En diciembre próximo la condición de China ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) cambiará: al cumplir 15 años dentro del organismo será reconocida como una `economía de mercado´.
Hasta ahora por no ser considerada así, los países miembros de la OMC le puedan imponer sanciones si detectan alguna práctica de comercio desleal.
Pero en diciembre expira un párrafo del Protocolo de Adhesión de China al organismo mundial que hasta hoy permite a los gobiernos demostrar una práctica de dumping –venta de un producto a un precio menor que el del mercado– usando como referencia los precios de otros países, pues las cifras de China están distorsionadas al no ser una economía de mercado abierto dada la intervención del Estado con subvenciones.
En el nuevo escenario, quienes adquieran productos chinos deberán demostrar, de ser el caso, que el gigante asiático no es economía de mercado y que sus prácticas dañan a la industria, dice Hugo Perezcano, quien estuvo al frente de la Unidad de Prácticas Comerciales Internacionales, de la Secretaría de Economía. En muchos casos quizá no pueda probarse el dumping y China deberá ser tratada como cualquier miembro de la OMC.
En México, los acereros, junto con la industria automotriz, de empaques y plásticos, entre otras, se mantienen expectantes frente a los cambios futuros.
Actualmente México aplica cuotas compensatorias contra 26 productos del sector siderúrgico, 14 de ellos originarios de China, y en abril renovó por un semestre la aplicación del arancel del 15 % a la importación de estos productos, para frenar la entrada de acero chino presuntamente subvaluado.
En 2015, las compras de acero se incrementaron 10 %, mientras que la producción nacional disminuyó 3.7 %. Tan solo las importaciones chinas crecieron 30 %, según la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero).
El principal consumidor de acero en México es el sector automotriz, que espera aumentar la producción de 3.5 a 5 millones de automóviles de 2015 a 2020, de acuerdo con proyecciones de la Asociación Nacional de la Industria Automotriz (AMIA).
“China estaría en igualdad de circunstancias con los demás países. Los productores nacionales tendrán que ser más competitivos”, dice César Buenrostro, director de Comercio internacional y Aduanas en la consultora KPMG México.
Relación tirante
El intercambio comercial de México y China ha obligado, en algunos casos, a los productores nacionales a ser más competitivos para no desaparecer del mercado.
No fue hasta 2007 cuando México, uno de los últimos países que firmaron la adhesión de China a la OMC, impuso restricciones a la importación de 166 productos del país asiático. Por su parte, el resto de naciones que aplicaron medidas similares las eliminaron entre 2003 y 2005.
“El 20 % de los productos que podían ser importados tenían estas tarifas extraordinarias, pero las quitaron básicamente todas en octubre de 2008”, dice Chad Bown, especialista del Peterson Institute for International Economics con sede en Washington DC.
En ese año, México acordó eliminar las medidas antidumping para varios productos y disminuir progresivamente hasta 2011 las cuotas para otros.
Desde entonces, México mantiene seis investigaciones de prácticas desleales contra China.
La industria mexicana debe competir con diseño, calidad y precio porque no solamente enfrenta a productores de China, advierte Amapola Grijalva, directora de la firma World Trade & Investment Group.
“Tener una ruta de desarrollo de la industria. Si no, nos van a seguir golpeando, no solamente las importaciones de China, sino las de cualquier país con un precio menor”, dice.