La evasión tributaria constituye uno de los principales puntos débiles de las economías de América Latina, pues en 2015 ascendió a un monto equivalente a 2.4% del PIB de regional en el caso del IVA y 4.3% del PIB en el caso del ISR, lo que suma 340,000 millones de dólares (6,7% del PIB en total), de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
De igual forma, los flujos financieros ilícitos derivados del comercio internacional constituyen también una fuente considerable de pérdidas de recursos tributarios, agrega el informe Económico de América Latina y el Caribe 2016.
De acuerdo con la CEPAL, para combatir la evasión se requieren cambios administrativos en las estructuras tributarias de los países para mejorar la recaudación y la progresividad, dados los elevados niveles de informalidad, pobreza y desigualdad socioeconómica, la pobre calidad institucional y la escasa conciencia y educación fiscal de los contribuyentes.
En la mayoría de los países latinoamericanos la carga tributaria aún es baja con respecto a su nivel de desarrollo y los sistemas tributarios mantienen un sesgo regresivo, ya que los impuestos directos no generan suficientes ingresos fiscales para causar un impacto importante en la redistribución.
Este resultado se debe principalmente al bajo nivel de tasas impositivas efectivas en América Latina, especialmente en el decil de altos ingresos.
Según el documento, la evasión del impuesto sobre la renta de las empresas y de las personas llega a más de 60% en algunos países.
Pérdidas en el comercio internacional
La evasión fiscal no solo se limita al ámbito interno. Cuanto mayor es la inserción en la economía mundial, mayor es la posible erosión de la base tributaria.
De acuerdo con estimaciones de la CEPAL, estos flujos ilícitos –es decir, salidas de recursos derivados de la manipulación de precios del comercio internacional- representaron el 1.8% del PIB regional 765,000 millones de dólares en el período acumulado de 2004 a 2013. Dos tercios de esta cifra se deben a la sobrefacturación de las importaciones y un tercio a la subfacturación de las exportaciones.
En términos de productos, las principales pérdidas se registraron en dos sectores: maquinarias eléctricas (incluyendo computadoras) y reactores nucleares, calderas, máquinas, entre otros (incluyendo circuitos integrados).
Dado el actual contexto internacional, para combatir este tipo de evasión es necesario profundizar los mecanismos de cooperación entre países y bloques regionales, para lo cual los organismos multilaterales pueden servir de espacios para alcanzar acuerdos y consensos.