Ajuste fronterizo alteraría TLCAN y doble tributación

Este tipo de impuesto se asemeja más al del IVA y sería el primero en su tipo fronterizo

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Una propuesta de reforma tributaria que incluye el impuesto al flujo de dinero con ajuste fronterizo tendría efectos potencialmente nocivos en la competitividad regional y, especialmente, sobre el comercio bilateral con México, considerando la concentración de su comercio con Estados Unidos.

Además, alteraría los términos del acuerdo bilateral para evitar la doble tributación y del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

De acuerdo con un análisis del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques (CEIGB) esta propuesta podría enfrentar controversias en el ámbito internacional, ya que la Organización Mundial del Comercio (OMC) no permite ajustes fronterizos en un impuesto directo y podría catalogarlo como una barrera ilegal al comercio.

El análisis estudia el modelo tributario que propone desincentivar a las compañías que dejan Estados Unidos en busca de regímenes fiscales más favorables, y generar otra fuente de ingresos tributarios, para reducir el impuesto del 35% que se aplica a las ganancias de las compañías estadounidenses.

Es previsible que las compañías que vendan productos en Estados Unidos trasladen el costo del impuesto al precio final de estos, por lo que el gravamen recaería directamente en los consumidores estadounidenses.

Dicho modelo simplificaría el régimen fiscal, al cambiar el sistema tributario para que, en vez de que lo recaudado provenga directamente de las ganancias de la corporación, sea un impuesto sobre el consumo.

Este tipo de impuesto se asemeja más al del IVA y, de implementarse, sería el primero en su tipo por su componente fronterizo.

Aunque el ajuste fronterizo desincentivaría las importaciones, la teoría económica sugiere que este efecto podría ser contrarrestado por el movimiento automático que conllevará en otras variables. Por ejemplo, al incrementar el costo de las importaciones, bajaría la demanda de productos importados, lo cual aumentaría el valor del dólar.

Al ajustarse el dólar, los importadores podrían comprar el inventario a mejor precio y los consumidores no se verían tan afectados por el cambio. Es decir, el impuesto al flujo de dinero con ajuste fronterizo podría ser neutral con respecto al comercio y no alteraría gravemente, al menos en teoría, los flujos comerciales a corto plazo.