Cómo crecer, pese al efecto asiático

Cómo crecer, pese al efecto asiático

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 .  (Foto: IDC online)

Análisis presentado por Walter Heckel, director de Cuentas de Imagen y Comunicación Empresarial, en la cual presenta diversas acciones y recomendaciones a seguir para hacer frente a las importaciones chinas, no como enemigo comercial, sino como oportunidades de negocios.

Es necesario no perder de vista las ventajas que ofrece el mercado chino para nuestro país y reconsiderar los puntos fuertes de la industria nacional.

Intercambio comercial

Ante la problemática que representan los avances y el posicionamiento de China a escala internacional, y algunos ejemplos que ilustran esta situación, sobre todo los casos de la industria textil-confección y la cadena de cuero-calzado, además del punto de vista gubernamental y las políticas que se siguen al respecto, el reto ahora es integrarnos a esta nueva realidad que se impone en la industria y el comercio internacional.

Algunas de las acciones que el gobierno chino llevó a cabo en los últimos años, que le redituaron un crecimiento sostenido promedio de 9% del PIB y le permitieron mantener un ritmo de exportaciones que inquieta no sólo a nuestro país, sino a otras naciones, como Italia, Alemania y Estados Unidos, son mejoras en sus prácticas de manufactura; una educación de primer mundo, desde la escuela básica hasta la universidad, y una mejor organización económica, que incluye aspectos fiscales, facilidades para invertir y la concentración de zonas de producción. Si un país, en apariencia tan diferente al nuestro, está logrando sobresalir a nivel mundial, sería importante pensar qué aspectos debemos mejorar en nuestros procesos.

Además de alcanzar una manufactura más esbelta, mayor eficiencia y programas de mejora continua, es importante tomar en cuenta otros aspectos interesantes del país asiático: a pesar de que se ha criticado su sistema político centralizado, en donde en apariencia no existen libertades individuales, ha podido crear una fuerte clase media, que ya empieza a disfrutar de los avances tecnológicos y de un mayor consumo. A pesar de que aún existen 300 millones de personas en estado de pobreza extrema, el acceso a la educación, no obstante a tener un costo elevado, le permite a quienes tienen mayores posibilidades ser enviados a mejores escuelas preparatorias y universidades, con las más modernas instalaciones.

El hecho de que un chino necesite pasaporte especial dentro de su propio país, para poder desplazarse de una zona de exclusividad económica a otra, no hace que se pierda el entusiasmo por el trabajo, según lo demuestran los bajos niveles de ausentismo, la puntualidad al comienzo de la jornada laboral y, sobre todo, el poco desperdicio de materia prima, cuyos sobrantes son utilizados, incluso, para fabricar otros bienes.

Por otra parte, la inversión en investigación y desarrollo también comienza a rendir sus frutos, ya que una gran cantidad de fábricas chinas utilizan maquinaria de fabricación propia, mientras que en nuestro país, la mayoría de la maquinaria es importada.


Rumbo a la cimaEl sorprendente crecimiento de la economía china tiene sus orígenes en el deseo de entrar a la competencia mundial. 
Resulta evidente que la paulatina flexibilización del monopólico régimen político hacia una economía de mercado, en que cada vez contribuyen más las empresas privadas, hasta casi el 50% del Producto Interno Bruto (PIB) en el presente, ha sido un elemento esencial para mantener un avance sostenido, en virtud de que ha propiciado una utilización más eficiente de los abundantes recursos naturales y humanos disponibles. A fin de penetrar en los mercados mundiales, China ingresa a la Organización Mundial del Comercio (OMC), en diciembre de 2001, y de allí para adelante ha logrado un importante aumento en sus exportaciones, ya que del 0.9% del total de las ventas externas mundiales de 1980 pasó a aproximadamente 5% en 2003, con un monto de más de 380,000 mdd. Esto no sólo trajo como consecuencia un impulso en el consumo interno y la actividad industrial, sino un fortalecimiento en las reservas internacionales, mismas que ascendieron a 400,000 mdd al finalizar 2003. China está a punto de sobrepasar a Japón como el mayor importador y exportador de Asia, y se prevé que este año también supere a México. Por otra parte, hasta ahora Estados Unidos es el segundo socio comercial de China, precedido de Japón, generándole al país oriental un excedente comercial estimado de 140,000 mdd el año pasado.

Encender motores

Existe una gran variedad de retos a los que se enfrentan los distintos sectores industriales, como lo son el metalmecánico, el plástico y el automotriz, entre otros. Un ejemplo de la diversificación de los industriales mexicanos es lo que hizo Concalzado al integrar a los diferentes organismos empresariales de la cadena proveeduría, cuero-calzado-marroquinería. A esto se suma un plan piloto con 36 empresas para exportar calzado y que es parte de un proyecto que busca duplicar la venta de calzado mexicano al exterior. Un grupo de 27 productores locales se prepara para asistir a diversas ferias y exposiciones, como lo es la de Dusseldorf en Alemania, para mostrar sus productos. En este mismo sector se realizan los preparativos para una misión a China y Vietnam, a efectuarse este año, con el objetivo de que empresarios y dirigentes conozcan más de cerca los procesos de producción de calzado en esos países, y la organización de un focus group, integrado por 15 empresarios, que acudirá a la World Shoe Association (WSA), Feria de Calzado de Las Vegas, para reunirse con miembros de la Asociación Nacional de Detallistas (NSRA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos.

Asimismo, Concalzado firmó un convenio conjunto entre Nafinsa, la Secretaría de Economía, el Gobierno del Estado de Guanajuato y la banca de desarrollo, para financiar con 100 mdp a pequeñas y medianas empresas del sector.

Este recurso es parte de los 400 mdp solicitados en una reunión al presidente y al Secretario de Economía en junio pasado y constituye el compromiso asumido por el gobierno federal para apoyar a la industria del sector.

Ofrecer más

Otra de las opciones planteadas, además de la mejora en las prácticas de manufactura y el desarrollo de bienes de capital propio, es ofrecer mejores productos al consumidor final, con el fin de acelerar el ciclo de producción y venta. Tal es el caso de la rama textil-confección, en la cual se realiza un programa concreto para ofrecer al consumidor nacional y de otros países mejores productos y han decidido llamarlo speed fashion. Este programa, dado a conocer por la Cámara Nacional de la Industria Textil, consiste en el establecimiento de convenios internacionales entre los fabricantes y tiendas departamentales. Wal Mart, por citar un ejemplo, al desarrollar una marca propia de ropa, puso al alcance de los consumidores finales prendas de primera calidad y con moda europea.

Lo que busca este enfoque es poner en la cúspide de la pirámide de oferta de producto la innovación, el diseño y la creación, mientras que aspectos como la cadena de suministro, logística, calidad, diversificación y maquila, que ya se encuentran en óptimos niveles, no requieren de tanta atención. No obstante, es justo insistir en la importancia de fabricar maquinaria en México, pues tal situación podría generar ahorros de hasta 100% en la manufactura.

Además, es urgente contar con estímulos fiscales e infraestructura adecuada, como es el caso de la construcción y la remodelación de carreteras y aeropuertos, así como de financiamiento adecuado y de bajo costo, que desde la crisis de 1994 no ha podido obtenerse. Aunado a esto, la falta de oferta de maquinaria nacional incrementa los costos de inversión en hasta 100% en algunas plantas.

Capital chino en México

Pretextos

Es importante tomar en cuenta que precisamente el calzado y la confección, en donde Italia es uno de los principales productores, también son de las principales industrias de China. Sin embargo, como ya se explicó, los empresarios mexicanos comienzan a exportar a este país, como pie de playa hacia el resto de Asia, creando alianzas estratégicas con empresas chinas, lo que da un intercambio de conocimiento y fortalece las relaciones con otros países. Lo mismo ocurre en otras ramas, como la del plástico, la automotriz, la metalmecánica, y del software, entre muchas otras. Así, más que seguir cuestionándonos si la solución es buscar otros mercados y transformar nuestro país en polo de desarrollos regionales, con estímulos fiscales reales, hay que entender, al fin, que si bien México no posee una estructura política vertical y rígida, los muchos tratados de comercio que se tienen firmados estimulan la industria nacional. De esta manera, lejos de ver a China como un enemigo a vencer, es importante tomar en cuenta el gran potencial que representa como nación consumidora de productos.

Por citar sólo un ejemplo, en ese país se están construyendo 25 millones de viviendas al año, lo que representa una gran oportunidad para las empresas de este ramo, no solamente a nivel de fabricación de cemento, sino también en la gran gama de artículos de interior que se requieren.

Es necesario considerar todo esto para evitar que continúe la caída del comercio en nuestro país y evitar que los sectores involucrados se vean afectados, como la maquila, la manufactura especializada y la industria en general. La tendencia en este momento es mirar a otros países, no sólo a Estados Unidos.

De hecho, en la XI Reunión Plenaria del Comité México-China, llevada a cabo en días recientes en nuestro país, Yu Ping, vicepresidente del Consejo Chino para el fomento del Comercio Internacional, recordó las oportunidades a las que México debe poner atención. De hecho, para el año 2008, se prevé que la balanza comercial de China cambie de manera radical, pues se espera un repunte en las importaciones, ya que el crecimiento acelerado va aparejado de mayores necesidades de consumo de la población.

En este sentido, Bancomext afirmó que el acuerdo bilateral existente entre México y China no se ha explotado en forma óptima, a pesar de tener cerca de 70 productos con arancel cero. Además, la Secretaría de Economía fomentará las visitas de empresarios mexicanos a China, a partir del mes de mayo, con el fin de sustituir las exportaciones que se hacen al competido mercado de Estados Unidos.

Con el fin de no ver a China como enemigo sino como una oportunidad de negocio, algunos países ya están modificando sus leyes fiscales y hasta su sistema educativo. En el caso de Italia, donde la exportación de calzado al país asiático genera importantes utilidades, también se está poniendo énfasis en el renovado turismo proveniente de este país. Alemania, por ejemplo, espera la visita de alrededor de un millón de chinos este año, cada uno con una franquicia de gasto permitido por su gobierno de 5,000 dólares.

En la citada reunión bilateral, se dio a conocer que el intercambio comercial entre los dos países se ha venido incrementado a ritmos acelerados de 39.8% en los últimos cinco años. Sin embargo, durante 2002, China vendió 6,274.4 mdd en el mercado mexicano, mientras que las compras chinas a México solamente sumaron 1,125 mdd.

Con el ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC), 136 productos agrícolas mexicanos se beneficiarán a partir del año 2005 con la reducción de tarifas arancelarias. Entre estos productos se encuentran el aguacate, la fresa, el mango, los cítricos y el azúcar, además del tequila, el mezcal y la cerveza. En el sector industrial, lo harán los productos de acero y algunos acrílicos. También las tarifas arancelarias a los productos chinos en México no se reducirán durante un período de seis años.

Oportunidad de negocio

Reto a la industria

Aunque el tema sobre China puede desglosarse en varios artículos, hay que destacar lo apremiante que es para la industria mexicana ordenar las prácticas de manufactura, adelgazar las estructuras y lograr la cooperación de toda la cadena de suministro, hasta el consumidor final. Tal vez por la misma estructura política y social de nuestro país, sea más difícil reordenar a la industria en zonas económicas exclusivas, pero lo que sí es posible lograr es la unificación de los sectores afectados y, sobre todo, buscar la diversificación en todos los sentidos.