Una vez abierta la frontera para la libre importación de camiones usados provenientes de Norteamérica, la producción de camiones en el mercado mexicano podría verse devastada.
Esto debido a que Estados Unidos desecha cada año alrededor de 668 mil camiones, mientras que en México se comercializan apenas 50 mil unidades en el mismo periodo, de acuerdo con un estudio de la firma Global Insight.
Juan José Guerra, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), señaló que esta apertura comercial provocará una competencia desleal en el sector de autotransporte, ya que cualquier persona podrá comprar un camión usado y empezar a ofrecer el servicio de transporte de carga o pasaje, lo que presionaría las tarifas a la baja.
Como los camiones importados no pagan la misma cantidad de impuestos que sus contrapartes mexicanas, y se operan con las condiciones mínimas de seguridad y mantenimiento, los dueños de estos vehículos pueden ofrecer sus servicios de carga y pasaje hasta 40 por ciento más barato que un transportista formal, que opera con un vehículo nuevo.
Actualmente, se pueden importar camiones pesados nuevos libres de arancel, pero a partir del 1 de enero de 2009 se podrán traer camiones de carga, transporte y pasaje con 10 años mínimo de antigüedad, también libres de arancel.
De acuerdo con la ANPACT, las principales consecuencias de la importación de camiones usados al País serán la caída en las ventas de unidades nuevas, competencia desleal en tarifas de transporte y carga, alta siniestralidad, alto consumo de combustible y contaminación ambiental.
El organismo propuso la aplicación de todas las normas federales existentes y la instalación de una serie de centros de verificación en toda la frontera norte del País.
Fuente: Reforma
