¿Millennials sin redes sociales?

El uso de las nuevas tecnologías tiene ventajas pero también desventajas

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 .  (Foto: iStock)

En 2018 hay más de 2,200 millones de usuarios en Facebook, 1,500 millones en Whatsapp, 800 millones en Instagram, 330 millones en Twitter y 300 millones en Snapchat. Esto se traduce en que si no se está en alguna red social, se está básicamente fuera de la actualidad y las comunicaciones sociales.

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Es poco probable conocer a un individuo que no tenga una cuenta en alguna red social y que sea menor de 35 años. Improbable más no imposible; vivir en una sociedad en la que no se está en Internet parecería una vida de ermitaño, sin ningún tipo de comunicación con el resto del mundo.

Los profesores de las escuelas ven diariamente como el teléfono se ha transformado en otra extremidad de los jóvenes. Algunos consideran que son herramientas útiles, pero otros afirman que existe un abuso en su uso, el cual incluso puede llegar a la adicción. Estos últimos sostienen que hay cuestiones que pueden resolverse en un par de minutos hablando y estas se demoran debido a la sucesión de mensajes, que incluso pueden generar un malentendido y un conflicto posteriormente.

Dentro de las consecuencias de vivir de lleno en las redes, según algunos educadores es que se crean grupos de Whatsapp de ámbito laboral, a los cuales se tiene que atender incluso fuera del horario de oficina. Las presiones de amistades y de cuestiones laborales son constantes gracias a las redes sociales, pues ahora se puede estar conectado en todo instante.

Muchos consideran que las redes sociales están contribuyendo a banalizar las relaciones personales porque se puede saber lo que hacen los jóvenes, dónde comen, dónde viajan, pero ello no significa que estén conectados con los individuos.

En los inicios de Facebook, mucha gente cuestionaba su uso porque muchos lo empleaban para espiar y discutir con otros sobre las cosas que veían. Sin embargo, los jóvenes que no utilizan redes sociales muchas veces quedan aislados, toda vez que pierden contacto con la sociedad de su edad. No obstante, ello depende de la personalidad de las personas, los introvertidos ven ventajas en las redes sociales, pues les permiten tener una interacción que no logran de manera personal y quienes no desean usarlas argumentan que se mantienen alejados de la “toxicidad” que puede generarse de esa constante interacción digital.

La inmediatez del Internet al final puede provocar una obsesión porque incluso existe una dependencia en que la gente suele estar constantemente revisando sus dispositivos para saber si recibieron algún mensaje nuevo o si se están perdiendo de la última actualización disponible o meme del momento.

Hay quienes no conciben la idea de estar permanentemente localizados ni sujetos a un dispositivo externo, pero son los menos porque como puede constatarse con las generaciones más jóvenes, son estos quienes más emplean las nuevas tecnologías. Las redes sociales han significado un gran cambio cultural y el que estas vayan emparejadas a las nuevas tecnologías implica que a los primeros a quienes se identifica con ello es a los llamados millennials.