Más allá de los cambios de funcionarios en la Banca de desarrollo, se necesita dotar de certidumbre sobre el rumbo y enfoque que tomarán estas entidades que impulsan los principales sectores de la economía, aseguró el presidente regional de la Zona Centro de la Asociación de Sofomes de México (Asofom), Enrique Presburger.
“La gran incógnita para nosotros es si la banca de desarrollo va a finalmente a evolucionar, porque son bancas que se hicieron en los años 70 para empujar a ciertos segmentos que en esos momentos eran para México relevantes, como el campo y la minería”.
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Advirtió que México ya cambió, ensambla automóviles; está en los sectores de tecnología, aeroespacial, así como servicios y no hay una banca de desarrollo que esté lista para atender este tipo de proyectos.
Para el directivo, las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes) podrían funcionar como ramal para distribuir esos préstamos, ya que tienen la infraestructura, pero necesitan fondos competitivos para hacerlo.
Destacó que las Sofomes representan entre 17% y 20% del financiamiento total al sector privado, eso quiere decir que uno de cada cinco préstamos a las empresas viene de esta industria, que ya juega como un competidor serio en el sistema financiero mexicano.
Presburger expuso que las fusiones de algunos bancos de desarrollo podrían provocar que “el gobierno de créditos más chiquitos”, pulverizados y de primer piso, lo cual sería un fracaso; pero también podría consolidarse, hacer mancuerna con los intermediarios financieros no bancarios para atender a nichos de manera más amplia.
