¿Por qué no nos tomamos en serio la ciberseguridad?
A raíz de la pandemia crecieron significativamente los ataques de ingeniería social, particularmente mediante phishing
Corporativo
Destacó que los especialistas en tecnologías de la información han identificado que aun cuando hay muchas áreas de oportunidad para los usuarios en materia de herramientas de prevención y protección, no las utilizan por descuido o desinterés.
En ese sentido, subrayó que no es necesariamente caro o complejo,
hay sistemas muy prácticos; por ejemplo, los documentos que enviamos o recibimos a través de nuestro correo electrónico pueden protegerse por capas y ser resguardados con métodos cifrados, de tal forma que si en algún momento son vulnerados y alguien logra acceder a ellos, al descargarlos no podrán abrirlos.
Tlahuel advirtió que los principales ataques cibernéticos con mayor frecuencia se registran en lo que se conoce como ingeniería social y su principal objetivo radica en golpear la parte humana, vulnerar los datos personales y suplantar la identidad de los usuarios infiltrando los dispositivos móviles o computadoras personales.
De acuerdo con reportes de la policía cibernética, a raíz de la pandemia crecieron significativamente los ataques de ingeniería social, particularmente mediante phishing, en el que los hackers se centraron en atacar las redes de los usuarios finales, en su gran mayoría dirigidos a la banca en línea.
El phishing es uno de los tipos de ciberataque más comunes y consiste en el intento de suplantación de identidad por parte de un impostor, tratando de ganarse la confianza del usuario para obtener información confidencial, así como el acceso a documentos personales o contraseñas.
Añadió que la principal recomendación para prevenir los cibertataques en cualquiera de sus modalidades es desconfiar de toda aquella información o mensajes que parezcan extraños o de dudosa procedencia y que son compartidos vía correo electrónico, WhatsApp o redes sociales; otras sugerencias son descargar documentos y programas sólo desde sitios de confianza, usar contraseñas seguras, no realizar transferencias financieras cuando se está conectado a una red de wifi público, no compartir claves de acceso y no aceptar solicitudes de desconocidos en redes sociales.
Recordó que al tener hoy en día una sociedad cada vez más digitalizada, la cantidad de documentos que se mueven y se filtran a través del ciberespacio son varios cientos o miles de millones y, por lo tanto, los riesgos son mayores, por lo que cada uno debemos ir diseñando nuestros propios medios de protección.