Crisis en costo de vida por riesgos sociales y ambientales
Expertos indicaron que para este 2023, existe la posibilidad de una crisis mundial de suministro de alimentos
Corporativo
El precio de productos y servicios para cubrir necesidades básicas en todo el mundo aumentó incluso antes de la pandemia, en 2022 los costos registraron un incremento aun mayor a consecuencia de las interrupciones en flujos de energía y alimentos por el conflicto entre Rusia y Ucrania que se va a agravar por los riesgos sociales y ambientales, señaló un informe elaborado por el Foro Económico Mundial.
De acuerdo con el Reporte de Riesgos Globales 2023, en el que la aseguradora Zurich colaboró como socio estratégico en el estudio, los especialistas encuestados anticiparon que las interrupciones en las cadenas de suministro que se vieron en los últimos dos años y que continúan por el conflicto bélico al otro lado del globo, “conducirían a una inflación subyacente”.
Lo anterior provocaría mayores alzas en las tasas de interés y riesgo de sobrendeudamiento, así como una inminente recesión económica prolongada y limitaciones a una planificación fiscal que finalmente tendría efectos especialmente en países en desarrollo.
El reporte expuso que las tasas hipotecarias globales alcanzaron su nivel más alto en más de una década, así como las de arrendamiento inmobiliario, y se estima, las pensiones de los jubilados se verán cada vez más afectadas y los hogares se seguirán enfrentando a mayores costos en alimentos y energía.
Los expertos indicaron que para este año, existe la posibilidad de una crisis mundial de suministro de alimentos por la guerra en Europa, el efecto retardado del aumento en los precios de fertilizantes y el impacto de las condiciones climáticas extremas en la producción de alimentos en regiones clave.
Además, hay países donde las sequías y escasez de agua provocarán una disminución de las cosechas que agravarían problemas como la hambruna y pérdida de vidas que tendrían efectos indirectos profundos como el incremento de la violencia generalizada y migración involuntaria que se prolongará al menos 2 años más, provocando una crisis en el costo de vida.
En cuanto a la escasez de energía se podría dar pie a apagones generalizados e incluso pérdidas humanas si se combina con el clima extremo estacional que derivaría en hambre y angustia para millones de personas en países dependientes de las importaciones, o convertir la crisis energética en una crisis humanitaria particularmente en los mercados emergentes más pobres.
Los riesgos sociales y ambientales impulsados por tendencias geopolíticas y económicas subyacentes anticiparán a corto plazo una volatilidad constante con crecientes impactos a nivel global, tanto que en el estudio, la crisis del costo de vida fue clasificada como la amenaza más severa para 2025.
Y es que la persistencia de dicha crisis mundial, en el costo de la vida amenaza con afectar más a sectores vulnerables de la sociedad, quienes se quedarían sin acceso a necesidades básicas, provocando inestabilidad política y disturbios sociales.