Al celebrar contratos para la compra de bienes o servicios, es común que algunas empresas incluyan cláusulas que pueden resultar perjudiciales para los consumidores. Estas cláusulas, que buscan reducir o eliminar la responsabilidad de la empresa, imponer condiciones desproporcionadas o forzar a los clientes a renunciar a ciertos derechos que les otorga la ley, como garantías o reembolsos, son conocidas como cláusulas abusivas.
De acuerdo con el artículo 10 de la Ley Federal de Protección al Consumidor (LFPC), dichas cláusulas están prohibidas. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) se encarga de combatir estas prácticas, declarando nulas las cláusulas abusivas y sancionando a las empresas que las utilizan. No obstante, a pesar de los esfuerzos regulatorios, estas estipulaciones continúan apareciendo en numerosos contratos. Por ello, en este trabajo se identificarán, analizarán y clasificarán las cláusulas abusivas en los contratos, con el fin de concientizar a los consumidores y proveedores y fomentar mejores prácticas en las relaciones contractuales.
Definición de cláusulas abusivas
Una cláusula abusiva es aquella disposición en un contrato que provoca un desequilibrio significativo entre los derechos y deberes de las partes involucradas. Este desequilibrio se manifiesta cuando se imponen cargas o limitaciones injustas que afectan desproporcionadamente los derechos del consumidor en comparación con los beneficios que recibe el proveedor. Estas cláusulas son comunes en contratos de adhesión, especialmente en servicios esenciales o de gran impacto económico, donde la desigualdad de poder entre el proveedor y el consumidor deja a este último en una posición desfavorable.
Diferencia entre cláusula y práctica abusivas
La práctica abusiva se refiere a conductas o acciones del proveedor que son desleales o perjudiciales para el consumidor. A diferencia de una cláusula abusiva, que se vincula directamente al contenido contractual, una práctica abusiva abarca un espectro más amplio de comportamiento por parte del proveedor, extendiéndose más allá del contrato. Se trata de acciones, estrategias o modos de operar que vulneran los derechos de los consumidores. Según el artículo 20 del Reglamento de la Ley Federal de Protección al Consumidor, estas prácticas incluyen:
- manipulación de precios y tarifas como consecuencia de fenómenos naturales, meteorológicos o contingencias sanitarias
- realización de actos sin consentimiento previo y expreso del consumidor, cuando así lo exija la ley
- cobro de cargos no autorizados por el consumidor o que no se deriven del contrato correspondiente
- falta de exhibición de precios o tarifas
- negativa del proveedor de vender bienes, productos o servicios de consumo generalizado
- falta de entrega de comprobantes de las operaciones realizadas
- negativa del proveedor de entregar al consumidor un bien o producto, o de prestarle un servicio, después de que éste hubiere pagado por ello, y
- otras que violen los derechos de los consumidores en virtud de su realización de manera engañosa, excesiva, arbitraria o indebida
Tipos de cláusulas abusivas
Aunque la LFPC y su reglamento no establecen de manera explícita los supuestos o casos en los que una cláusula se considera abusiva, la Profeco cuenta con criterios específicos para determinar si una cláusula cae en esta categoría. Basándonos en dichos criterios, se procederá a clasificar algunos tipos de cláusulas abusivas más comunes.
Cláusula de modificación de condiciones financieras
Permitir que el proveedor modifique unilateralmente condiciones financieras del contrato, como el monto de interés o gastos relacionados, sin previo aviso o consentimiento del consumidor, crea una falta de transparencia y seguridad para el consumidor. Esto puede llevar a que el consumidor enfrente costos inesperados, afectando su capacidad de pago:
Cláusula de aumento de precio
Autorizar al proveedor a aumentar el precio acordado sin el consentimiento del consumidor y sin justificación, puede llevar a situaciones en las que el consumidor se vea obligado a aceptar precios más altos que no había contemplado, lo que afecta su presupuesto y puede resultar en gastos innecesarios:
Cláusulas de renuncias y limitaciones
Obligar al consumidor a renunciar a derechos o se imponen prescripciones más cortas de las que la ley establece, como, por ejemplo, reducir el plazo de 60 días para hacer efectiva la garantía de un producto o el de un año para solicitar la devolución de pagos, conforme a lo dispuesto en los artículos 77 y 91 de la LFPC. Esto puede resultar en pérdidas financieras y en la imposibilidad de obtener reparaciones adecuadas, dejando al consumidor desprotegido:
Cláusula de modificación de términos
Permitir al proveedor cambiar los términos acordados sin el consentimiento del consumidor, afecta la confianza en la relación comercial. El consumidor puede recibir un producto o servicio diferente al que esperaba, lo que puede disminuir su satisfacción y generar desconfianza en el proveedor:
Cláusula de exoneración de responsabilidad
Eximir al proveedor de cumplir con sus compromisos, impide que el consumidor pueda valer sus derechos:
Cláusula de limitación de derechos en caso de incumplimiento
Limitar los derechos del consumidor en situaciones de incumplimiento por parte del proveedor socava su capacidad de reclamar compensaciones adecuadas. Esto crea una asimetría de poder, donde el proveedor puede incumplir sin repercusiones significativas, dejando al consumidor en una situación vulnerable:
Restricción del derecho de recisión
Impedir al consumidor ejercer su derecho de rescindir el contrato en caso de incumplimiento, limita sus opciones para protegerse ante un mal servicio, llevándolo a la aceptación de condiciones desfavorables:
Cláusula negativa de entrega de contratos
Negar al consumidor la entrega de documentos esenciales para validar la operación, dificulta el ejercicio de sus derechos, como la garantía del producto o el reclamo de un reembolso:
Cláusula de exigencia de cumplimiento
Exigir al consumidor cumplir con sus obligaciones sin considerar el incumplimiento del proveedor crea un desequilibrio en la relación contractual:
Cláusula de no compensación
Permitir que el proveedor retenga pagos sin compensación adecuada en caso de rescisión le genera pérdidas financieras significativas:
Cláusula de carga de la prueba inversa
Colocar la carga de la prueba sobre el consumidor en situaciones donde, por ley, debería ser responsabilidad del proveedor demostrar que ha cumplido con sus obligaciones, puede resultar en que el consumidor no pueda demostrar defectos o incumplimientos:
Cláusula de aceptación de condiciones sin revisión
Obligar al consumidor a aceptar condiciones sin revisarlas adecuadamente, lo que puede llevar a la aceptación de términos desventajosos o engañosos. Además, crea una declaración de conformidad sobre hechos que pueden no ser ciertos, como la recepción de un producto en condiciones adecuadas:
Cláusula de condicionamiento de firma
Condiciona la firma del contrato a la aceptación de recibir publicidad, puede coaccionar al consumidor a renunciar a su privacidad:
Cláusula de carga económica por errores del proveedor
Impedir que el proveedor asuma la responsabilidad por errores administrativos coloca una carga injusta sobre el consumidor, ya se vería obligado a asumir consecuencias que no le corresponden:
Cláusula de sometimiento a un marco legal extranjero
Obligar al consumidor a someterse a un marco legal que puede no proteger sus derechos adecuadamente, a pesar de haber realizado la contratación en su país, dificulta el acceso a recursos legales:
Cláusula de interpretación unilateral
Permitir interpretar el contrato unilateralmente puede resultar en decisiones que perjudiquen al consumidor, creando un desequilibrio en la relación:
Cláusula de traslado de responsabilidad civil a terceros
Permitir que el proveedor transfiera su responsabilidad a un tercero que no está involucrado en el contrato, deja al consumidor sin opciones efectivas para reclamar daños:
Cláusula para completar títulos en blanco
Permitir al proveedor completar títulos de crédito sin consentimiento del consumidor puede resultar en abusos y fraudes:
Consecuencias de las cláusulas abusivas
De acuerdo con los artículos 85 y 86 de la LFPC, los contratos de adhesión que contengan cláusulas abusivas no serán inscribibles, ya que, para proceder a su registro ante la Profeco, la autoridad revisa que no contengan tales cláusulas. Si un contrato no debe inscribirse obligatoriamente y presenta cláusulas abusivas, su validez se verá afectada, lo que implica que no tendrán ningún efecto sobre el consumidor.
Ante la inclusión de cláusulas abusivas, el consumidor tiene derecho a presentar una reclamación o queja ante la procuraduría. Independientemente del acuerdo alcanzado entre el proveedor y el consumidor, la Profeco tiene la facultad de imponer sanciones por el incumplimiento de las leyes y derechos de los consumidores debido a la inclusión de cláusulas abusivas en la prestación de un servicio o producto. Para el año 2024, las multas pueden variar entre $ 701.15 y $ 2,243,671.49, conforme a lo establecido en el artículo 128 de la LFPC.
Comentarios finales
La identificación y eliminación de cláusulas abusivas es fundamental para garantizar un equilibrio justo entre consumidores y empresas. La implementación de mejores prácticas contractuales y el compromiso con la ética empresarial contribuyen a prevenir abusos y mejorar las relaciones comerciales.