Recuperación económica no se ha normalizado: Ceesp

La evolución del consumo es aún lenta y se relaciona con bajos ingresos, precariedad del mercado laboral y posiblemente cautela de los hogares, afirma

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 .  (Foto: iStock)

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp) informó que “el estado de la economía es todavía débil. Aun cuando surgen algunas señales de reanimación, no las hay de una recuperación pronta”.

Datos del INEGI indican que en enero la actividad económica del país mejoró. Sin embargo, sus niveles están muy por debajo de los registrados en 2018 y su dinamismo muestra una importante debilidad. 

Los resultados de los principales indicadores no señalan de forma concluyente un fortalecimiento que confirme los pronósticos de un crecimiento de 5% para todo el año.

De acuerdo con el indicador global de la actividad económica (IGAE), en enero la economía creció 0.1% respecto al mes previo, después de haberse corregido al alza desde una disminución de 0.1% que se había previsto de manera oportuna por el INEGI, mientras que su cambio respecto a enero de 2020 fue -4.2%.

Las expectativas de corto plazo no prevén una mejora en la actividad económica. De hecho, el indicador oportuno de la actividad económica del INEGI (IOAE) anticipa que en febrero la economía habrá caído a una tasa mensual de 0.8% y a una tasa de 4% respecto a febrero de 2020.

Aunque hay señales de que el mercado laboral mejora, esto no ha sido suficiente ni para reducir la precariedad del mercado laboral ni para recuperar lo perdido tras la crisis sanitaria. 

Las cifras del INEGI indican que en febrero la población ocupada fue 2.7 millones de personas inferior a su nivel del año pasado. 

En relación con la precariedad laboral, se aprecia que en febrero el porcentaje de la población ocupada en condiciones críticas se ubicó en 27.1%, equivalente a 14.4 millones de personas, 1.5 millones más que en febrero del año pasado. 

Aunque advirtió que “el factor positivo que puede impulsar de manera importante a la economía nacional es el dinamismo de la economía de los Estados Unidos. No obstante, no hay garantía de que se pueda contar con el crecimiento de los Estados Unidos o su efecto en el consumo de ese país de forma duradera o confiable como impulsor de las exportaciones mexicanas”.