El bajo crecimiento económico, combinado con el deterioro del mercado laboral y el repunte de la inflación han provocado que durante la primera mitad del presente sexenio la economía cayera 3.4%, lo anterior de acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), quien agregó que el consumo y la inversión son los factores que permitirían impulsar la economía.
Una reciente encuesta de expectativas del Banco de México (Banxico) mostró que el pronóstico de crecimiento para 2021 se ubicó en 5.59% y para 2022 se espera un avance de apenas el 2.79%, por lo que el pronóstico de inflación para el presente año se ha ido ajustando a la alza para ubicarlo en 7.6%, considerada la más alta en los últimos 21 años.
En ese sentido, se prevé también que para 2022 la inflación sea de 4.2%, superando así el rango máximo del objetivo del Banco Central de 3% +/- un punto porcentual, por lo que especialistas del sector privado estiman que al cierre del año la inflación se ubique en 7.6% y para 2022 en 4.2%.
Lo anterior, de acuerdo con los expertos, provocaría que se siga encareciendo así el crédito y el costo de oportunidad de la inversión, causando que al cierre de este 2021, la inversión se sitúe en más de 10% por debajo de su nivel de cierre del 2019, mientras que el consumo privado podría situarse en 3.0% por debajo del 2019, indicó el CEESP.
Por otro lado, la “brecha laboral” también se ha convertido en un problema en este rubro, pues el segmento de ocupados en condiciones críticas sumó 13.9 millones de personas y la población ocupada con ingresos de más de dos salarios mínimos aumentó en 10 millones, mientras que los que perciben ingresos superiores disminuyeron en siete millones y los que perciben menos de un salario mínimo representan el 26% de la fuerza laboral.
En ese sentido, el Centro de Estudios puntualizó en que si la inversión productiva se eleva a 25% del PIB, la actividad económica podría recuperarse, mejorando así los ingresos de los hogares para abatir la pobreza, elevar la movilidad social y lograr un verdadero mejoramiento del bienestar, a través de un gobierno facilitador.
El CEESP resaltó que “la inversión en capital humano en el ciclo de vida, vía educación que generara capacidades productivas y salud desde la niñez, así como la creación de empleos de calidad” sería la combinación que podría “eliminar la pobreza y desatar la movilidad social”.
