Importancia de los reportes financieros

¿Tus reportes financieros representan una carga administrativa o una herramienta útil en la planeación del negocio?

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 .  (Foto: IDC online)

Estados financieros auditados, declaraciones anuales, reportes trimestrales y dictámenes fiscales, son algunos de los reportes que comúnmente tienen que preparar las compañías en México de forma rutinaria y que emanan de requerimientos regulatorios impuestos por autoridades, acreedores y accionistas, en adición a los reportes utilizados por la administración para propósitos internos.

La presión que tienen las compañías de entregar en tiempo y forma la información financiera a los usuarios es cada vez mayor y está sujeta a un gran escrutinio. Las normas contables y los requerimientos de los reguladores son cada vez más complejos y requieren de un análisis profundo, sin considerar la obligación que tienen las compañías públicas en México de adoptar las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF, o IFRS, por sus siglas en inglés) a partir del 1 de enero de 2012.

Esto representa un desafío para las áreas de finanzas, cuya función es desarrollar procesos de cierre, de consolidación y de reporte financiero eficientes, oportunos y consistentes que aseguren la calidad, agreguen valor y lo hagan al menor costo posible.

Para saber si una compañía puede saber si su proceso de reporte financiero no está funcionando con la calidad que debería, puede hacerse las siguientes preguntas:

  • ¿Es demasiado el tiempo que se invierte en el proceso de cierre?
  • ¿El personal de finanzas invierte la mayoría de su tiempo en los procesos de cierre y consolidación?
  • ¿El proceso de reporte financiero es inconsistente cada mes por no contar con procedimientos y controles internos documentados y validados?
  • ¿Se tienen cuentas que no se pueden conciliar en cada cierre financiero?
  • ¿Se tienen que hacer un número de reclasificaciones periódicas en cada cierre?
  • ¿Frecuentemente se tienen que realizar ajustes posteriores al cierre?

Adicionalmente, se pueden identificar las razones que hacen deficiente un proceso de reporte financiero entre las que figuran las siguientes:

Razones Consecuencias
Roles y responsabilidades no definidas Duplicidad de trabajo o responsabilidades no asumidas
Políticas y procedimientos documentados desactualizados Cuellos de botella debido a la ausencia de coordinación en el proceso de cierre y reporteo financiero
Uso excesivo de hojas de cálculo y por ende intervención manual considerable Retrasos en el proceso y errores humanos significativos
Dependencia en controles manuales y en controles de detección Involucramiento de personal en exceso y estructuras de gobierno imprácticas  
Capacitación insuficiente que deriva en la falta de entendimiento de tratamientos contables complejos Errores por falta de conocimientos técnicos

Por lo anterior, muchas empresas han iniciado programas de calidad en el proceso de reporte financiero, comúnmente llamado “Quality Close”, ya sea de manera interna o a través de recursos externos. Lo importante es encontrar los incentivos adecuados para llevar a cabo una “remodelación” del proceso de reporteo financiero, y verlo como una herramienta que proporciona información valiosa que sirve de base para proyectar, presupuestar y modelar, no sólo para cumplir con requisitos administrativos, sino para el crecimiento del negocio.

De esta forma el departamento de finanzas puede dedicar más tiempo para el análisis de los resultados de operación y para la creación de estrategias que generen valor al negocio y hagan atractiva a la organización para futuros inversionistas, e inclusive para una potencial participación en los mercados de capitales, tanto en México como en el extranjero.

Ciertamente son muchos los beneficios a corto y largo plazo que se obtienen al contar con un proceso de reporte financiero de calidad, pero lo que resulta más atractivo es tener un proceso que esté en línea con los objetivos de la compañía y en particular con los lineamientos para acceder a los mercados de capitales.

 

Fuente: KPMG