El primer ministro británico, Gordon Brown, dijo que las principales economías del mundo estaban cerca de acordar un impuesto global sobre los bancos y que en la próxima cumbre del G-20 en junio podría delinearse un entendimiento, según informó el jueves el Financial Times.
En entrevista, Brown expresó que creía que el respaldo a un arancel global sobre las operaciones de los bancos había ganado impulso desde que el presidente estadounidense, Barack Obama, llamó el mes pasado a imponer un impuesto sobre las principales instituciones financieras de su país.
En una reunión del Grupo de los Siete la semana pasada, los ministros de Finanzas y los responsables de los bancos centrales llamaron a estudiar la propuesta británica de crear un impuesto bancario para cubrir el millonario costo de los rescates bancarios realizados en 2008 y 2009.
Los banqueros, a favor del impuesto global
Algunos de los banqueros más importantes del mundo se han mostrado a favor de que se imponga un impuesto global a los bancos.
En declaraciones a Financial Times, el consejero delegado de Deutsche Bank, Josef Ackermann, aseguró ayer que "para ayudar a resolver el problema de las entidades demasiado grandes para caer, soy partidario de una coordinación a nivel europeo y de un fondo para los bancos. La mayor parte del capital para este fondo tendrían que aportarlo los bancos, por supuesto".
Bob Diamond, presidente de Barclays Bank, también presente en Davos, se mostró favorable a la idea de un impuesto global.
"Creo que todos los países del G20 estarían de acuerdo con un programa que ayude a cubrir el coste de la posible quiebra de un banco en el futuro. El sector bancario se mostraría receptivo. Es preferible un sistema global coordinado a una situación en la que haya desigualdad de condiciones", declaró Diamond.
Tanto políticos como reguladores se muestran cada vez más convencidos de que el impuesto global es la mejor forma de evitar que los contribuyentes tengan que sufragar el gasto de futuras quiebras bancarias.
Hasta ahora, los banqueros se habían mostrado reacios a aceptar la propuesta que había sido planteada por el presidente Obama como una forma de recuperar el coste del plan de rescates del Gobierno.
En la práctica, el impuesto se parecería más a la propuesta de que la banca anticipe recursos para crear un fondo.
Para los reguladores, el apoyo de Ackermann y Diamond al impuesto global llega en el momento oportuno, dado que siguen buscando la mejor fórmula para proteger al mundo de otra crisis financiera.
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Fuente: Reuters y The Financial Times Limited 2010
