En Estados Unidos, si el empleado de un banco denuncia a éste por las infracciones que cometa, puede cobrar entre un 10% y un 30% de la multa que sea impuesta (siempre que alcance el millón de dólares); una sanción que podría convertirse en un incentivo irresistible para los empleados y los bufetes de abogados que quieran defender sus intereses.
La Comisión de Valores americana (SEC, por sus siglas en inglés) espera, según el periódico Financial Times, que las denuncias aumenten gracias al incentivo y en especial, proviniendo de sus directivos, pues son ellos los que tienen acceso a la información más sensible y conocen mejor las infracciones más graves de sus compañías.
Como ejemplo de lo anterior, en un artículo reciente, The New York Times señaló que un ejecutivo medio de Goldman Sachs cobrará este año 544,000 dólares. Las autoridades consideraron que había que ofrecerles una suma de dinero acorde a sus retribuciones para que se atrevieran a contar lo que saben sobre sus empresas y, probablemente, a dar por finalizadas sus carreras en Wall Street.
Sin embargo, una recompensa tan jugosa podría resultar contraproducente, ya que podrían generarse un gran número de denuncias falsas por parte de empleados resentidos.
El nuevo mecanismo de la SEC tiene su precedente en la regulación del sistema sanitario. Muchas de las indemnizaciones millonarias publicadas por la prensa en los últimos años estaban relacionadas justo con los incentivos que ofrecían las leyes para los que llevaran a tribunales a las grandes empresas por infracciones contra la salud pública.
¿Qué sucedería si en México ocurriera lo mismo? Si por denunciar prácticas ilegales se premiara a los empleados de bancos, o de otros sectores comerciales, es muy probable que nuestra legislación fiscal sufriera una reforma pues serían muchas las personas que tendrían un ingreso por tal concepto.
