El presidente Felipe Calderón promulgó el decreto de la reforma política que contempla la posibilidad de que los mexicanos sean candidatos a puestos de elección popular de manera independiente, sin necesidad de ser postulados por algún partido político.
La reforma, que modifica varias disposiciones de la Constitución, “avanza en la construcción de un marco legislativo con mayor capacidad para el sostenimiento de la democracia”, dijo el mandatario mexicano al signar el decreto.
Con estos cambios, que fueron aprobados por el Congreso en 2011, también se permitirá que los ciudadanos presenten iniciativas de ley.
No obstante, la reforma advierte que las candidaturas ciudadanas deberán regirse por los términos establecidos en la ley, es decir, a fin de que ese tipo de candidaturas sean posibles se debe emitir una legislación específica o en su caso reformar el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe).
La democracia directa también se fortalece pues se eleva la consulta popular a rango constitucional, lo que abre la puerta a los ciudadanos para que expresen su opinión sobre temas nacionales, de los que se excluyen los relacionados con los derechos humanos.
De igual forma, se intenta tener un gobierno más eficaz con la “iniciativa de trámite preferente”, en la que el Ejecutivo federal podrá presentar al Congreso, al inicio de cada periodo ordinario, dos nuevas iniciativas que considere urgentes, las que deberán ser discutidas y votadas en un plazo máximo de 30 días naturales.
Así mismo, se amplía la fecha para concluir la revisión de la cuenta pública, lo que permitirá que los legisladores puedan analizar con mayor precisión los gastos de la administración pública federal.
Por otro lado, estas modificaciones constitucionales le dan una mayor estabilidad a la institución presidencial, ya que en caso de falta absoluta del presidente, el secretario de Gobernación se encargará provisionalmente del despacho.
En ese tenor, se prevén mecanismos alternos para la “rendición de protesta” del presidente electo, la cual podrá realizarse no sólo ante el pleno del Congreso, sino también ante las mesas directivas de las Cámaras.