El mundo podría sufrir una crisis alimentaria como la que se padeció entre 2007 y 2008 si los países restringen sus exportaciones por temor a una escalada de precios, ligada a la sequía que afecta a naciones productoras, advirtió la agencia FAO de las Naciones Unidas.
Una combinación de un alza del petróleo, un uso creciente de los biocombustibles, mal clima, subidas en los mercados de futuros de granos, y políticas que limitan las ventas al exterior, impulsaron los precios hace unos cinco años y desataron protestas violentas en países como Egipto, Camerún y Haití.
Las preocupaciones por un clima extremadamente caliente y seco en la zona central de Estados Unidos disparó a la soja y al maíz a niveles récord en julio pasado, una tendencia que arrastró a los alimentos en general y obligó a la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) a revertir sus pronósticos bajistas para el año.
"Existe potencial para que se produzca una situación como la que tuvimos en 2007-08", dijo a Reuters el economista y analista de granos de la FAO, Abdolreza Abbassian.
"Las expectativas son que esta vez no se apliquen malas políticas y se intervenga los mercados mediante restricciones, y si eso no ocurre no veremos una situación tan seria como la del 2007-08. Pero si esas políticas son replicadas podría pasar cualquier cosa", añadió.