Nueva justicia penal debe evitar vicios del pasado
El presidente de la SCJN realizó diversas consideraciones sobre el nuevo proceso penal, revísalo aquí
Corporativo
México, (Notimex).- El presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Luis María Aguilar Morales, consideró necesario evitar que el nuevo Sistema de Justicia Penal se contagie con los defectos del anterior.
En opinión de Aguilar, la implementación del nuevo proceso fue un éxito para el Poder Judicial de la Federación (PJF) y exhortó “no caer en falsos triunfalismos ni a llamarse a engaños; debemos reconocer que apenas ha comenzado el proceso para revertir inercias del sistema penal”, con lo cual, el desempeño de los juzgadores federales dependerá de la realidad y la percepción social.
Entre sus consideraciones, resaltaron las siguientes:
- “la confianza ciudadana será recuperada en sus instituciones cuando los resultados hablen por sí mismos, lo demuestren y así se le hagan sentir a la gente”
- la reforma penal requiere de la excelencia de los juzgadores federales
- “la justicia federal está preparada para asumir a cabalidad el compromiso histórico que le ha tocado desempeñar como forjadora de la transformación de fondo del nuevo sistema”, con lo que requiere de la mejora continua de los integrantes
Con la inauguración del Curso de Actualización en el Nuevo Sistema de Justicia Penal, dirigido a Magistrados de Circuito habilitados como Tribunales de Alzada, en el Instituto de la Judicatura Federal (IJF), añadió que “no basta con que hayamos seleccionado y capacitado a una excepcional generación de jueces especializados; es indispensable que las decisiones, consideraciones, forma de actuar y resolver se complementen con los juzgadores de alzada (…) pues son fundamentales para garantizar a las personas el acceso a la justicia y la tutela judicial”.
No obstante reconoció la dificultad del nuevo reto e invitó a actuar como maestros de la ciencia jurídica en esta coyuntura histórica en la que se encuentra la justicia federal y establecer el equilibrio entre la primera y la segunda instancia por el que debe andar el desarrollo procesal del Nuevo Sistema de Justicia Penal.