Condiciones para comprar una empresa

Mida los aspectos prácticos y legales que debe considerar si desea vender o comprar una negociación

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 .  (Foto: IDC online)

¿Qué motiva la venta de una empresa o en su caso la compra?

Las motivaciones pueden ser muchas y variadas. En el mundo corporativo la venta de una empresa puede darse por situaciones tales como:       

  • pérdida de competitividad ante un entorno internacional en donde la tecnología de la empresa en venta no le permite obtener rendimientos esperados y adecuados. En ese caso la corporación adquirente tendrá una buena oportunidad para crecer, comprando un negocio en marcha al cual le puede aportar su ventaja tecnológica permitiéndole ser más competitiva
  • una compañía se vende cuando deja de ser parte de las estrategias de crecimiento del grupo en el que se encuentra inmersa. En estos casos, el grupo empresarial decide concentrarse en su negocio principal y enfocar todas sus energías administrativas a la atención del mismo, justificando la venta de una empresa que hubiese dejado de ser estratégicamente útil. La contraparte es igualmente válida, es decir, que algunas empresas son adquiridas precisamente para hacer crecer el negocio principal y, en congruencia con su estrategia de crecimiento, lograr mejores economías de escala y volumen de operación con base en dichas adquisiciones
  • hay empresas que se venden porque los dueños y accionistas consideran que ha llegado el momento de retirarse de su operación, pues no encuentran dentro de la familia algún posible sucesor en la administración que permita la continuidad de la operación exitosa. En este supuesto los compradores deberán de analizar cuáles son las fuerzas y debilidades de la compañía a adquirir, la cual indudablemente tratarán de obtener al mejor precio posible. En muchas adquisiciones de este tipo el adquirente motiva a los vendedores a permanecer por un tiempo determinado en la administración de la empresa, a través de un contrato de prestación de servicios profesionales
  • hay empresas que se venden simplemente porque dejan de ser negocio y sus dueños deciden tomar sus pérdidas y rematar los activos. En este tipo de situaciones la contraparte trata de adquirir los activos en un valor muy por debajo de su valor real e incluso, de conformidad con la legislación fiscal vigente, se puede pensar que es conveniente para una empresa adquirente el comprar empresas que tienen pérdidas fiscales acumuladas permitiéndole beneficiarse de ellas en el renglón de impuesto sobre la renta
  •  no debemos de olvidar el caso de ventas parciales de empresas, las cuales en términos generales están constituidas como sociedades por acciones

En este último supuesto es frecuente ver la venta de la mayoría de las acciones para lograr: 

  • una alianza estratégica buscando que el adquirente del 50% de la empresa pueda aportar tecnología ya sea de producción o administrativa
  • ventas parciales importantes de la negociación con el objeto de consolidar en un mismo dueño el control total de la corporación
  • igualmente ventas parciales importantes de la compañía a través del mercado de valores, con lo que se busca poder levantar capital con la inversión del gran público inversionista, y al mismo tiempo darle un carácter de seriedad a la administración de la empresa, la cual deberá cumplir con todos los principios regulatorios ante las autoridades necesarias.

¿Cómo se oferta la venta de la empresa? 

En términos generales cuando una empresa desea venderse, se busca el asesoramiento de intermediarios especializados como pueden ser, entre otros, los bancos de inversión, quienes tienen un conocimiento extenso de los inversionistas institucionales y de las corporaciones que pudiesen estar interesados en adquirir la empresa cuya venta se oferta. 

Cuando se está negociando la venta de una empresa, se debe celebrar previamente un convenio o carta de intención estableciendo, durante un período de tiempo, una exclusividad para que el posible adquirente pueda analizar la información presentada por el vendedor y decidir, dentro del período pactado en esa carta, si compra o no la empresa.  

No es frecuente que las empresas que estén a la venta acudan de una manera libre y abierta al mercado para ser vendidas al mejor postor, ya que en la práctica común se llevan a cabo negociaciones exclusivamente con un posible adquirente. 

¿Quiénes normalmente son los candidatos a la compra?

No es posible hablar de candidatos naturales a la compra, pero evidentemente los primeros candidatos son aquellas compañías que se encuentran dentro del mismo ramo de la empresa que se vende, pues en un mundo en el cual se busca el mayor crecimiento en las ventas de un producto y la concentración de recursos evitando quebrantar las leyes antimonopolios, los candidatos más importantes se encontrarán en el propio sector en el cual la empresa se desempeña. 

¿Cómo se decide la venta?

Como en cualquier caso de venta, el vendedor se decidirá por el comprador que le ofrezca mejores condiciones económicas, valuadas ya sea en forma de efectivo, acciones, opciones, adquisición de las obligaciones financieras de la empresa que se vende y, como un factor muy importante, también se decidirá por aquel comprador que esté de acuerdo en aceptar los términos del contrato de compraventa que liberen a los vendedores de un mayor número de responsabilidades. Éste es un factor muy importante en muchas ocasiones, pues el comprador que normalmente adquiere acciones, quiere asegurarse de que no habrá sorpresas en la operación de la empresa en ninguno de los aspectos fiscales, contables, contractuales, ambientales, laborales, etcétera, por mencionar sólo algunos de ellos, mientras que el vendedor deseará vender la empresa “en el estado en el que se encuentra” aceptando las menores responsabilidades posibles. 

¿Cuál es el tiempo aproximado para la venta?

La respuesta depende del interés que tenga el vendedor en vender y el comprador en comprar. No hay reglas claras, ya que depende de muchos factores: la flexibilidad que tengan las partes para tomar decisiones que no requieran de sus respectivos accionistas; el monto y complejidad de la transacción; o el resultado de la auditoria que lleve a cabo el comprador para conocer el estado de la empresa que pretende adquirir.  

En la práctica se pretende que la compraventa se realice a la mayor brevedad posible, pues el tiempo largo no es el mejor amigo para este tipo de operaciones de compraventa de empresas. Por el contrario, los interesados normalmente trabajan intensamente para tratar de cerrar la transacción a la mayor brevedad posible. En la práctica, es raro ver alguna adquisición de importancia que se realice en un período de tiempo menor a un mes. 

¿Qué aspectos integran la venta?

El primero y más importante es el aspecto económico, es decir, la determinación del valor de la empresa para efectos de poder calcular, entre otras cosas, el monto de los financiamientos requeridos por parte del adquirente y que dichos créditos se encuentren debidamente respaldados por los flujos de dinero generados por la propia empresa. Éste es un aspecto esencial en el que el vendedor tratará de maximizar su precio de venta, y el comprador tratará de obtener el conocimiento exacto de los flujos que generará el negocio que adquiere para poder hacer frente a los compromisos financieros que, con toda seguridad, deberá de adquirir para poder concretar la compra.

Otro aspecto que integra la venta es el análisis cuidadoso del historial de cumplimiento de la empresa de sus obligaciones fiscales, con objeto de que el comprador esté seguro de no encontrar contingencias negativas derivadas del incumplimiento de las leyes fiscales de la vendedora. 

La auditoría de carácter legal también se involucra en la compraventa de la empresa en la que debe analizarse que aquélla ha cumplido con todos los aspectos corporativos, contractuales, laborales, de seguridad social, ambientales, etcétera. Las empresas y/o despachos dedicados a este tipo de actividades cuentan con listas extraordinariamente detalladas que constituyen lineamientos a seguir para investigar todos y cada uno de los aspectos operativos de la empresa que se vende. 

¿Ante qué autoridades debe notificarse la venta de la empresa?

Cuando se vende una empresa ésta sigue siendo el mismo ente jurídico, si es que, como es lo normal, está constituida como una sociedad por acciones. En consecuencia, el que ocurra un cambio de accionistas no implica que se deba dar alguna notificación a las autoridades sobre la venta, salvo las correspondientes a los aspectos fiscales involucrados en la transacción. 

Otra excepción sería en el caso de ventas o adquisiciones de empresas por parte de inversionistas extranjeros, en cuyo caso tendría que darse el aviso correspondiente al Registro Nacional de Inversiones Extranjeras dependiente de la Secretaría de Economía, que es la dependencia oficial que lleva el control de la inversión extranjera en México. Igualmente, de estar en presencia de adquisiciones que superen los umbrales económicos establecidos por la Ley Federal de Competencia Económica o la Ley de Inversión Extranjera, se deberá notificar la transacción a la Comisión Federal de Competencia o a la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras, en su caso. 

¿Cuál es el tratamiento que debe dársele a los bienes de su propiedad (inmuebles, intangibles, etcétera)?

Aquí es necesario distinguir dos situaciones. Si la empresa se vende a nuevos accionistas a través de la transmisión de las acciones que las representan, no es necesario llevar a cabo ninguna acción en relación con los activos de su propiedad. 

Sin embargo, también existe la posibilidad de que una sociedad se venda no a través de la venta de sus acciones, sino por el contrario, a través de lo que se denomina una venta de activos. En ese caso existe un cambio de propietario en los activos que se están transmitiendo y en consecuencia deberá llevarse a cabo un contrato de compraventa integral de activos y cumplirse con los requisitos correspondientes en cada caso concreto. Por ejemplo, la transmisión de inmuebles deberá efectuarse en escritura pública y ante notario; en la transmisión de activos intangibles como pueden ser marcas, patentes, derechos de autor o cualquier derecho de propiedad industrial debidamente inscrito ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial se deberán presentar los convenios necesarios para quedar registrados los nuevos titulares de los derechos. de la misma  forma ocurriría con todos y cada uno de los contratos en los que se contengan los derechos y obligaciones de la parte que se vende, pues dichos contratos deberán ser cedidos en favor del adquirente, pero en todo caso se debe contar con el consentimiento de la otra parte firmante de dicho contrato.  

En materia laboral, si únicamente se venden las acciones no es necesario hacer absolutamente nada, pero si hay una transferencia de activos es menester celebrar nuevos contratos colectivos o individuales de trabajo con la empresa adquirente, la cual tendrá el carácter de patrón sustituto y deberá asumir todas las obligaciones laborales que le correspondían a la compañía que se vendió. 

¿Qué formalidades deben cumplirse para efectuar la venta?

Si se trata de una venta de acciones se requiere, en términos generales, un contrato de compraventa de acciones en el cual se debe de cumplir con los requisitos establecidos por las leyes fiscales tanto para la parte vendedora como para la parte compradora, y en dicho contrato se deben incluir las representaciones y garantías que las partes consideren conducentes. Adicionalmente se tendrán que endosar y entregar al comprador los títulos de acciones correspondientes, y hacer los asientos necesarios en el libro de registro de acciones de la empresa que se adquiere.

Independientemente de lo anterior, habrá que analizar los estatutos sociales de la sociedad para determinar si existen formalidades especiales a seguir, tales como el otorgamiento de derechos de preferencia a los demás socios, aprobación del Consejo de Administración, etcétera.

En el caso de compraventa de activos, las formalidades que deberán cumplirse son las que corresponden a cada uno de los activos que son objeto de la misma.

¿Cuáles son las fases esenciales en la venta de una empresa?

En términos generales los pasos a seguir en una venta de una empresa son: 

1 Convenio de confidencialidad, por virtud del cual la parte vendedora y la parte compradora se comprometen y están de acuerdo a revelarse mutuamente información propia de la empresa que les permita llevar a cabo una evaluación preliminar sobre el interés del adquirente en comprar, y sobre el interés del vendedor en vender
2 Celebración de una carta de intención la cual normalmente tiene una vigencia determinada, y en la que ya se incluyen algunos de los lineamientos básicos de la transacción a seguir como: un rango de precio, forma de pago, condiciones, las representaciones y garantías más representativas dentro de la transacción, y la intención de que, si la auditoría a practicarse resulta favorable, se llevaría a cabo la compraventa. En este tipo de cartas de intención lo que tiene particular importancia es el grado de obligatoriedad para las partes, pues hay veces que en éstas cartas de intención ya se contienen todos los elementos esenciales del contrato y existe una manifestación de voluntad de las partes de llevar a cabo la transacción. Dependiendo de la forma en la que se redacte este convenio podemos caer prácticamente en un contrato de compraventa perfeccionado, en el que ya hay acuerdo sobre precio y cosa. Con objeto de no caer en una situación no deseada por las partes, si lo que ellas desean es que esta carta de intención sea no vinculante, es necesario ser lo suficientemente reiterativo para que quede claro que la voluntad de las partes es precisamente la de seguir analizando la conveniencia o no de cerrar la operación al precio pactado, sin contraer ninguna otra obligación. Son las puertas de salida con que cuente cada una de las partes en esta carta de intención las que van a determinar la obligatoriedad para este tipo de documentos
3 Una vez firmada la carta de intención se inicia el proceso formal de auditoría o “due diligence”. En ella la parte adquirente necesitará analizar con todo detalle los aspectos corporativos, legales, laborales, fiscales, de medio ambiente, económicos, tecnológicos, de mercado, de clientes, operatividad en general de la empresa, etcétera. A través de la auditoría que puede dividirse en aspectos comerciales y en aspectos organizacionales, el adquirente podrá lograr obtener un conocimiento muy importante de la empresa que pretende adquirir
4 Preparación y negociación del contrato de compraventa. Es aquí en donde las partes deben ponerse de acuerdo sobre el grado de responsabilidad de cada una de ellas después de cerrar la operación de la empresa. Como ya se indicó anteriormente, el vendedor querrá limitar su responsabilidad, mientras que el comprador querrá que existan las responsabilidades más grandes derivadas de inexactitudes en la información proporcionada o en hechos u omisiones ocurridos con anterioridad a la fecha en la que se hubiese cerrado la compraventa
5 Firma del contrato y “cierre” de la operación. Es en este momento cuando se formalizan todos los acuerdos, se firma el contrato; se transmiten las acciones o los activos, y el comprador paga el precio. Es frecuente que parte del precio de las acciones sea retenida por el comprador por un período determinado de tiempo con objeto de garantizar la existencia de hechos u omisiones que no hubiesen sido revelados o identificados en el período de auditoría ni en el contrato, y que pudiesen dar lugar a la creación de responsabilidades por parte del vendedor frente al comprador. Este tema es siempre motivo de arduas discusiones entre las partes que celebran contratos de esta naturaleza

¿Cuáles son los errores más frecuentes en este procedimiento?

La situación que crea mayores conflictos es el que no se lleve a cabo un debido proceso de auditoría que permita al comprador tener un conocimiento lo más amplio posible de la empresa que está adquiriendo. Otro error consiste en pretender celebrar contratos que son demasiado protectores de los intereses del vendedor o del comprador. Lo ideal es siempre buscar un contrato equilibrado y equitativo para ambas partes.

Un error que pudiera fácilmente evitarse es el de caer involuntariamente en una compraventa concluida, aceptando la redacción de una carta de intención que en realidad constituye un contrato de compraventa en el que hay acuerdo de las partes en precio y cosa, y en el que no se hubiese establecido con toda claridad que es no vinculante y no crea la obligación de las partes.

Dentro del proceso de auditoría o revisión, los errores más frecuentes son no haber podido detectar omisiones fiscales, contractuales o corporativas, en el área laboral o ecológica, etcétera. Desde el punto de vista económico evidentemente se incurriría en un error al no haber considerado adecuadamente el valor de los activos, pasivos, de mercado, o de los demás aspectos comerciales que motivan al comprador a llevar a cabo la adquisición de la empresa.

¿Cuáles son sus sugerencias para que la venta sea un éxito?

Una venta se puede considerar exitosa cuando fue analizada integralmente y desde todos los ángulos posibles.  

Considero que para que la venta de una empresa sea un éxito, tanto el vendedor como el comprador necesitan contratar asesores especialistas en cada una de las ramas que se han venido mencionando, para llevar a cabo el análisis minucioso de tales aspectos.

¿En qué supuestos se recomienda no adquirir la empresa?

No se debe de comprar una empresa cuando:

  • no se ubique dentro de la estrategia del adquirente
  • la administración sea tan deficiente que se considera que no es posible corregirla
  • los activos sean obsoletos y no sea posible adaptarlos o reemplazarlos para lograr ventajas tecnológicas
  • las cargas laborales sean tan pesadas que ya no es posible revertir las prestaciones otorgadas a través de muchos años de negociaciones laborales
  • se llegue a la conclusión de que el precio es tan alto que no va a poder lograrse un razonable retorno sobre la inversión  

Igualmente es importante determinar cuál es la “cultura” de la empresa. Hay veces que basta una sola visita para darse cuenta de si, como en muchas compañías, lo que predomina es la limpieza, el orden y la disciplina, o si por lo contrario dichos conceptos no forman parte de la cultura empresarial. Hay veces en que no se adquieren empresas, no obstante las posibilidades que éstas presentan, por el solo hecho de que el posible adquirente se percata de la existencia de una cultura dentro de la empresa que es negativa y en contra de valores esenciales como los ya descritos. 

¿De qué manera se relaciona el abogado con otros profesionales para poder asesorar a un cliente en la toma de la decisión? 

El abogado esencialmente se relaciona con otros profesionales en el proceso de la auditoría y en la elaboración de los contratos necesarios para perfeccionar la operación. El abogado tiene que ser cuidadoso, pues a él le corresponde la elaboración de las cartas de confidencialidad, cartas de intención, y contrato de compraventa. Igualmente le corresponde la negociación y el análisis detallado de todos los contratos y obligaciones en que hubiese incurrido la empresa que se vende.

En la elaboración del reporte de auditoría legal se pondrán de manifiesto cuáles son las fuerzas y debilidades de la empresa que se compra, ya que muchas veces de ese solo estudio se descubre la falta de orden, o de cumplimiento de las disposiciones legales, en cuyo caso el abogado deberá hacérselo notar al posible adquirente para que lleve a cabo la evaluación correspondiente. 

Es evidente que el abogado se relaciona con otros profesionales tales como los contadores que lleven a cabo la auditoría contable y fiscal; con los financieros que llevan a cabo el estudio sobre la valuación del negocio; así como otros especialistas como pudieran ser aquéllos del área comercial de la empresa a adquirir.

¿Qué peso tiene la propiedad industrial o los derechos de autor de una empresa en la toma de la decisión?

Hoy en día lo que otorga ventajas competitivas a las empresas son precisamente los conocimientos técnicos que poseen en determinadas especialidades. En tal virtud, la existencia o no de marcas, patentes, o derechos de autor, es un factor muy importante para evaluar, toda vez que del análisis correspondiente se derivará una respuesta sobre el posicionamiento de la empresa y de sus marcas en el mercado y el grado de reconocimiento que se tiene de éstas; la posibilidad de elaborar productos muy sofisticados con base en patentes modernas y de punta; la posibilidad de desplazar a otros competidores con la utilización adecuada de todas las ventajas que la legislación otorga a las corporaciones cuando son propietarias de derechos de propiedad industrial. 

Puede mencionarse que hay empresas que se adquieren únicamente en función del valor que tienen sus marcas. Hay otras, sin embargo, principalmente aquéllas que se encuentran dentro del ramo de materias primas no diferenciadas, en donde los derechos de propiedad industrial no tienen un valor significativo, y posiblemente únicamente se utilizan para que el nombre de la empresa sea identificada dentro del mercado.