Ante la escasez de hidrocarburos fósiles, tanto a nivel mundial como en México, resulta indispensable buscar alternativas energéticas a partir de la diversidad geográfica y microclimas, que por sus condiciones produce diversas variedades de productos agropecuarios, forestales, y biotecnológicos, que permiten producir bioenergéticos que podrían sustituir a los energéticos tradicionales.
Por ello, el 1o de febrero de 2008 se publicó la Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos, misma que tiene por objeto la promoción y desarrollo de los bioenergéticos para coadyuvar a la diversificación energética y el desarrollo sustentable para garantizar el apoyo al campo mexicano.
En dicha ley se establecen las bases para:
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promover la producción de insumos para bioenergéticos, a partir de las actividades agropecuarias, forestales, algas, procesos biotecnológicos y enzimáticos del denominado campo mexicano
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desarrollar la producción, comercialización y uso eficiente de los bioenergéticos para contribuir a la reactivación del sector rural, la generación de empleo y una mejor calidad de vida para la población; en particular las de alta y muy alta marginalidad
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promover el desarrollo regional y el de las comunidades rurales menos favorecidas
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procurar la reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera y gases de efecto de invernadero, utilizando para ello los instrumentos internacionales contenidos en los Tratados
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coordinar acciones entre los Gobiernos Federal, Estatales, Distrito Federal y Municipales, así como la concurrencia con los sectores social y privado, para el desarrollo de los bioenergéticos
Los beneficiados de la aplicación de esta ley son: ejidos, comunidades y las organizaciones o asociaciones de carácter nacional, estatal, regional, distrital, municipal o comunitario de productores del medio rural; toda persona física o moral que, de manera individual o colectiva, realice preponderantemente actividades en el medio rural; los productores de bienes naturales de los que se pueda obtener biomasa, y en general toda persona física o moral, que de manera individual o colectiva, realicen cualquier actividad relacionada con la producción, comercialización y/o distribución, transporte y almacenamiento de bioenergéticos.
Las ventajas para ellos son:
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aumentar la demanda de materias primas generadas a partir de las actividades agropecuarias y forestales, procesos biotecnológicos, y otras actividades que provean biomasa como las algas
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alcanzar un mejor desarrollo rural para los actores del campo, reflejado en mayor rentabilidad, menores riesgos, permanencia y crecimiento de sus explotaciones
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diversificar, en el sector privado, la agroindustria, valor agregado a los subproductos, alternativas a nuevos mercados y financiamientos de inventarios, así como el desarrollo y difusión de nuevas tecnologías
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generar empleo y garantizar a la población campesina el bienestar y su participación e incorporación en el desarrollo nacional
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fomentar la actividad agropecuaria y forestal para el óptimo uso de la tierra con obras de infraestructura, insumos, créditos, servicios de capacitación y asistencia técnica