Directores a la medida de su empresa

El freelance es utilizado en los puestos directivos de las organizaciones por personas que rondan entre los 40 y 50 años de edad

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 .  (Foto: IDC online)

Según una nota recientemente publicada en la revista Expansión, durante mucho tiempo se creyó que en el ámbito de la prestación de servicios profesionales la figura del freelance era un nicho exclusivo para personas jóvenes.

Sin embargo, esta percepción ha cambiado porque actualmente el freelance también es utilizado en los puestos directivos de las organizaciones por personas que rondan entre los 40 y 50 años de edad.

Este modelo de prestación de servicios conocido como Interim Management, se ha aplicado en Europa desde la década de los 70 y últimamente en nuestro país. De ahí que resulte interesante conocer las características de estos profesionistas:

  • son maduros y se cotizan bien: No debe confundirse con el outsourcing tradicional, porque el Interim trabaja por cuenta propia y no a través de una empresa que lo subcontrata. Por ello tiene una oficina dentro de la compañía contratante (su cliente) y recibe percepciones superiores a $100,000.00
  • tienen canas y le echan más ganas: los conocidos directores exprés cuentan con alrededor de 50 años y tienen un perfil agresivo, mano dura y dominan a la perfección su mercado
  • responden a las crisis de manera efectiva: son contratados para resolver problemáticas corporativas, reestructurar departamentos, facilitar una fusión, entre otras actividades, y
  • son veloces y exclusivos a pesar de la edad: toda vez que laboran para la empresa que los contrata un aproximado de tres a cuatro meses, en ese lapso deben resolver la crisis para la cual fueron llamados. Centran todos sus esfuerzos en ello; además de que mantienen la lealtad y exclusividad profesional con la organización

Al observar este modelo de prestación de servicios profesionales independientes, novedoso para nuestro país, pero ya con varias décadas de aplicación en el viejo continente, resurge la esperanza de volver a ser productivos en aquellos profesionistas que fueron separados injustificadamente de sus trabajos por cometer el pecado de envejecer.