Mente sana en ocho pasos

Con estas recomendaciones, los líderes de la Pymes podrán lograr que sus colaboradores tengan un equilibrio emocional

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 .  (Foto: IDC online)

Cuando un trabajador, desde el líder hasta los integrantes de su equipo de trabajo, está preocupado o estresado, resulta complicado que se concentre en sus tareas y por ende que las resuelvan satisfactoriamente.

Esto sin duda es trascendental para las organizaciones, porque deben contar con personal que no estalle ante cualquier conflicto, sino que busque soluciones simples a los retos que se le presentan, sin disminuir el nivel de su desempeño.

Por lo anterior lo ideal es que las compañías cuenten con un sistema que tome en cuenta la salud mental y el bienestar de todo el equipo de trabajo, lo cual no siempre se logra y, por ende recurren a una institución externa. De ahí que a estos esquemas generalmente puedan acceder las grandes corporaciones, sin embargo, existe una serie de recomendaciones que pueden seguir los líderes de las Pymes para lograr que sus colaboradores tengan un equilibrio emocional, sin que ello implique alguna carga económica, a saber:

  1. poner el ejemplo: los directivos deben ser el modelo a seguir, por eso la tarea de construir un equipo de trabajo mentalmente sano inicia con ellos
  2. escuchar: no implica reuniones mensuales con cada trabajador, sino ver su desenvolvimiento y mantenerse alerta a las señales generadas por el equipo de trabajo
  3. alinear metas: es necesario ordenar los objetivos de la compañía con los personales y no verlos como dos aspectos separados, sino como una meta común
  4. emprender: buscar mecanismos para que la motivación salga de los propios colaboradores y no forzosamente de la compañía para tener un mejor progreso económico y profesional; hay que planear nuevos proyectos, buscar clientes nuevos, aumentar ventas, etcétera
  5. ser positivo: crear un efecto pigmaleón, mediante el cual una persona consigue lo que se propone basándose en la creencia preestablecida de que lo puede lograr
  6. integrar y relacionar: tener la capacidad de otorgar libertad a sus trabajadores para expresarse, distraerse y reírse, combinándolos con momentos de mayor concentración y desempeño laboral. Se recomienda también que los grupos pequeños de amigos se integren al equipo de trabajo para evitar focos de “chisme”, los cuales pueden interferir en la salud mental del grupo
  7. estrechar brechas: mientras mayor sea la distancia de los líderes con el personal, más conflictos pueden crearse, debido a que los colaboradores no se atreven a señalar las fallas que se presentan y mucho menos si las comente un directivo, y
  8. probar al personal: solicitar la realización de un proyecto, esto es un medidor natural de la seguridad de las personas y el grupo de trabajo. Si surgen muchos voluntarios los niveles de confianza son buenos, pero si son pocos o nulos entonces se verá reflejada la mentalidad de los subordinados, lo cual se traduce en que no creen poseer las aptitudes necesarias para lograrlo

Lo cierto es que estos pasos no garantizan al 100% la salud mental de su equipo de trabajo, pero de aplicarlos podrá observarse un cambio en la actitud en sus colaboradores, lo que generará un círculo virtuoso por el cual éstos tendrán una actitud positiva y la empresa la verá reflejada en su productividad.

Fuente: Revista Expansión número 1084 del 20 de febrero de 2012