Probablemente un nutrido grupo de sus colaboradores, en compañía de su familia, está gozando en este momento de unas merecidas vacaciones de verano, sin embargo no todo es felicidad durante estos lapsos.
Diversos estudios indican que en períodos vacacionales existe mayor incidencia de accidentes y enfermedades, porque las personas se exponen a riesgos que habitualmente no enfrentan, tales como quemaduras de delicadas a graves por exposición al sol, accidentes por la práctica de deportes extremos, enfermedades endémicas y respiratorias por cambios de clima.
Estos padecimientos originan que los colaboradores asistan a los servicios médicos del IMSS para ser atendidos debidamente y en su caso, les sean expedidos los certificados médicos de incapacidad respectivos.
Según el numeral 138 del Reglamento de Prestaciones Médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social los certificados de incapacidad son los documentos médico legales que son elaborados por el personal médico del IMSS, en los cuales se hace constar la incapacidad temporal para el trabajo de algún asegurado durante cierto tiempo, esto es, que ha perdido sus facultades o aptitudes físicas o mentales para desempeñar cualquier actividad de trabajo durante un período determinado, por ende, esos días se convierten en no laborables.
Las vacaciones exclusivamente se disfrutan sobre días laborables, en términos del artículo 76 de la LFT, de ahí que su goce sea imposible durante lapsos de incapacidad médica, pues todos los certificados de incapacidad suspenden o interrumpen el período vacacional por el tiempo que éstos amparan.
Así, los días que los colaboradores no hubiesen podido disfrutar de sus vacaciones a causa de una incapacidad, tendrán que reprogramarse con su patrón, de acuerdo con los requerimientos empresariales de producción y las necesidades personales de aquéllos.
