Abuso a la mujer, un mal laboral

Una de cada tres mujeres en México padece violencia psicológica dentro de su hogar o trabajoy 15% de las víctimas considera esa conducta como “normal”

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 .  (Foto: IDC online)

Es común observar que un gran número de personas consideran como algo normal la violencia en el trabajo o en casa, a tal grado, que según cifras del Colegio Jurista el acoso sexual es un ilícito que en un 99.7% de las ocasiones no se denuncia.

La violencia laboral generalmente se pasa por alto porque se desea evitar complicaciones como sanciones, cargas de trabajo excesivas o incluso el despido, lo que crea escenarios intolerables, poco productivos e incluso genera los siguientes transtornos:

  • sensación de inutilidad
  • ausentismo laboral
  • temor
  • torpeza
  • insomnio
  • neurosis, y
  • paranoia

En opinión de expertos en la materia hay que romper el mito de que en las empresas es indispensable un “poco de presión” para ser eficiente. Por lo que si existen comentarios insultantes deben ser reportados por las víctimas, a efecto de que el acosador, sea el jefe o un compañero, deje de avanzar en sus propósitos, porque de lo contrario el nivel de intimidación puede llegar al extremo de que los acosados no puedan más y renuncien.

Un dato, por demás significativo, es que en términos generales esta violencia psicológica es ejercida por un varón hacia una dama, sin embargo día con día se observan más casos en  donde están involucradas únicamente mujeres.

Algunas cifras sobre la violencia en contra del sexo femenino son:

  • una de cada tres mujeres en México padece violencia psicológica dentro de su hogar o trabajo
  • 15% de las víctimas considera esa conducta como “normal”
  • existen registrados 1.4 millones de casos de acoso sexual de mujeres en el país, lo que representa un 10% de la Población Económicamente Activa (PEA). Estos datos son muy conservadores si se considera que en el 99.7% de las ocasiones no se denuncia esta práctica, la cual tiene el índice más alto de impunidad, y
  • de cada 100 casos documentados, sólo el 1% denuncia

Ante este escenario tan lamentable es prudente conocer que el perfil del abusador tiene como común denominador:

  • falta de empatía, esto pudiera parecer obvio, pero se hace evidente hasta que los trabajadores empiezan a alejarse del acosador, por temor a convertirse en su blanco, y por rechazo a su forma de dirigirse, e
  • inseguridad, este tipo de personas tienen temor a la vida laboral, lo que las lleva a denigrar o intentar acabar con sus colegas

De igual manera es importante que todo trabajador conozca que los argumentos más comunes empleados por los abusadores en contra de sus víctimas se clasifican de la siguiente forma:

  • dependencia emocional: utilizan frases como “te querré sólo si...” o “sin ti no puedo vivir”
  • sometimiento económico: emplean expresiones como “yo te mantengo, quédate en casa”, “administraré los recursos de los dos porque tú no sabes hacerlo”
  • negligencia emocional y/o física: ignoran o minimizan las necesidades de la víctima, y
  • abuso:
    • de poder: hacen uso de burlas, humillación o desprecio
    • intelectual: hacen sentir inferiores a sus compañeros de trabajo, y
    • cultural: usan manifestaciones como “¡Por qué tienes ese acento tan horrible que deforma mi idioma!”

La victimización es una conducta aprendida, por lo que resulta normal observar que las hijas de mujeres abusadas psicológicamente tienden a repetir esos patrones e involucrarse con personas potencialmente violentas en su vida personal como laboral, por ello resulta necesario revertir esa predisposición para así contar con una población femenina más sana y evitar ambientes violentos dentro de los hogares y centros de labores.

Finalmente es menester que la sociedad entienda y aplique los valores de igualdad y equidad de género, pues mientras mantenga una mentalidad machista y de sometimiento contra las mujeres, se seguirán obteniendo los mismos resultados: abuso, violencia e improductividad.

Fuente: cnnexpansion.com