En los últimos años la fuerza de trabajo femenina ha refrescado e impulsado el desarrollo productivo de las organizaciones. Esto ha provocado una serie de corrientes empresariales, unas pretenden impulsar con mayor fuerza su participación a través del establecimiento de porcentajes o cuotas de género, y otras señalan que fijar dichas cuotas sería un error, porque el talento se genera en los individuos con independencia del sexo al cual pertenecen.
Toda vez que mundialmente el trabajo de las mujeres cada día es más reconocido y apreciado, es oportuno señalar los puntos a favor y en contra sobre las cuotas de género:
Opiniones | |
A favor | En contra |
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Las consideraciones generales de estas corrientes se basan en que las empresas temen sacrificar el talento por la cuota. Existe el riesgo de contratar mujeres sin el perfil o talento necesario solo porque hay que cubrir el requisito, por ejemplo:
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Con independencia de que si es o no válido establecer cuotas de género, un aspecto a señalar es que la sociedad mexicana continua siendo eminentemente machista, y mientras no cambie habrá discriminación hacia el sector femenino, pues persistirán abusos como asignarles bajos salarios; desdeñar sus proyectos e ideas; acosarlas sexualmente; discriminarlas por ser madres y tener bajo su cuidado a hijos menores de edad o cambiar su estado civil.
Aunado a lo anterior, un factor que dificulta la incorporación de las mujeres al sector productivo es la imposibilidad de compaginar los tiempos de trabajo con los que demanda la atención de su familia, tal y como lo señala Alejandro Llantada, director de Mercadotecnia de Grant Thornton: “En la sociedad machista en que vivimos, siempre se plantea a la mujer la disyuntiva de ser madre o trabajar”.
Por ello, quizás antes de fijar cuotas de género se tendrían que crear en las organizaciones ciertos esquemas de flexibilidad de horarios y de respeto de los derechos humanos y laborales de las trabajadoras, para que su inserción al ámbito productivo fuese en un mayor número y sobre todo que su participación sea efectiva y plenamente reconocida. ¿No lo cree así estimado lector?
Fuente: Revista Expansión, número 1097, del 20 de agosto de 2012