Multas para los “gorditos”
En Estados Unidos los patrones pueden imponer sanciones económicas al personal poco saludable
Laboral
En Estados Unidos los patrones pueden imponer sanciones económicas al personal poco saludable, a través de la implementación de programas de incentivos y castigos para controlar el sobrepeso.
Estas acciones tienen su fundamento en La Ley de Asistencia Asequible de Estados Unidos recientemente aprobada.
Una de las justificaciones de la aplicación de estas medidas está relacionada con los gastos anuales que en materia de salud realiza esa nación. Según Adam Bosworth cofundador de la empresa de bienestar en línea Keas y ex jefe de Google Health, de los 2.7 billones de dólares erogados cada año en cuidado de la salud, entre el 50% y 60% se relaciona con condiciones que pueden ser mejoradas a través de cambios en la dieta, ejercicio y control del estrés.
No obstante un reciente estudio publicado por John Cawley, economista de la Universidad de Cornell y profesor de políticas públicas y Joshua Price de la Universidad de Texas en Arlington, señala que en un programa laboral que ofrecía incentivos financieros para perder peso a 2,635 trabajadores se descubrió una pérdida de peso modesta y en contraparte una alta tasa de deserción.
En ese sentido, Morgan Downey, director y editor de The Downey Obesity Report, declaró: “estos programas, en lo que respecta al manejo de la obesidad y el peso, simplemente no son muy eficaces. Todos los estudios han mostrado una pérdida de peso muy marginal a lo largo de más de 12 meses. Los mejores científicos y médicos de todo el mundo tienen problemas para tener esas condiciones bajo control. ¿Por qué pensamos que el departamento de recursos humanos puede hacerlo?”
Por su parte Jim Winkler, director de innovación de recursos humanos AON Hewitt, considera que para que funcione eficazmente la adopción de estos esquemas legales de aplicación de multas a los subordinados, es indispensable que la cultura y el nivel de confianza dentro de una organización sean los elementos más importantes. Por ello, las recompensas o sanciones en torno a un comportamiento saludable deben ser aplicadas en un contexto de información, intervenciones y programas que permitan a los trabajadores alcanzar sus metas de salud, porque los programas que están adaptados a las personalidades, los riesgos de salud, y otras variables del personal tienen más probabilidades de tener éxito, aun cuando ciertamente son más difíciles de administrar.
De ahí que las organizaciones requieren ser cada vez más creativas e intentar conectar a su capital humano con acciones que les permitan cambiar, entre otros aspectos, sus hábitos alimenticios utilizado tácticas de marketing en lugar de comunicaciones tradicionales.
Algunas compañías en lugar de amenazar o sobornar a los colaboradores, están implementando concursos y aplicaciones de juegos que fomentan el logro de las metas de salud de una manera divertida. De acuerdo con un estudio de AON Hewitt, el 22% de los empresarios encuestados están interesados en incorporar conceptos de juego en sus programas de bienestar.
Posiblemente una de las conclusiones en torno a este tema es que no basta con establecer leyes que permitan coaccionar a los trabajadores para mejorar sus patrones alimenticios y con ello evitar el sobrepeso, sino combinar estas medidas con una serie de acciones implementadas por el área de recursos humanos de las corporaciones en las que, con innovación y creatividad, se generé una cultura de la salud entre el personal, pues de lo contrario solo se logrará que las personas se sientan presionadas, no logren bajar de peso en la medida deseada, se frustren y en el peor de los casos decidan renunciar a su trabajo.