La productividad laboral es uno de los factores más valorados por las organizaciones, pues de ello depende su subsistencia, y por ende, las fuentes de empleo.
Cumplir con este estándar exige un trabajo conjunto con su personal, pues deben proporcionar a sus subordinados condiciones de seguridad e higiene adecuadas, herramientas apropiadas y en buen estado; materias primas; capacitación, entre otros aspectos; y por su parte corresponde a los subordinados realizar sus tareas con la calidad, la intensidad y el esmero esperados.
Dentro de los aspectos a cuidar por los patrones está evitar la generación de niveles anormales de estrés entre sus trabajadores, pues esta condición ocasiona efectos negativos como: salud deficiente, baja en el estado de ánimo, desmotivación y desempeño raquítico.
La OIT en el manual “La prevención del estrés en el trabajo”, sugiere la adopción de diversas medidas, entre las cuales está promover entre los trabajadores la ayuda mutua y el intercambio de conocimientos y experiencia, esto es un trabajo en equipo.
De acuerdo con el citado organismo internacional adoptar estas acciones beneficia al sector empresarial en lo siguiente:
- mejora la confianza entre los individuos
- propicia, a pesar de los diferentes orígenes y personalidades de los subordinados, que se auxilien y escuchen unos a otros inhibiendo presiones laborales excesivas
- fomenta un ambiente de apoyo, sobre todo en los colaboradores que a menudo se sienten aislados y perdidos a la hora de resolver sus problemas personales. Esto se realiza mediante el asesoramiento proporcionado por sus propios colegas, a efectos de hacer frente adecuadamente a una situación difícil, y
- permite identificar las causas de los problemas generados como consecuencia del desempeño laboral y encontrar medios eficaces para resolverlos
Como toda medida de solución, ésta debe ir aparejada a una serie de diligencias que permitan darle cabal cumplimiento, la OIT recomienda:
- promover la ayuda recíproca entre los subordinados para identificar y solucionar problemas con su participación activa en la toma de decisiones conjuntas
- organizar equipos de deliberación para remediar conflictos comunes que alteren la productividad o generen estrés y reconocer, en su caso, su buen desempeño
- examinar las formas y los medios para apoyar a los grupos de trabajo
- asignar asesores o mentores para el personal recién contratado y para aquellos que tienen problemas, utilizando la dinámica de intercambio de experiencias
- difundir entre el personal las ventajas de promover estas tutorías, externándolas en reuniones y sesiones de capacitación
- intercambiar las experiencias positivas de los asesores y mentores sobre el apoyo brindado a sus compañeros, y capacitarlos para mejorar sus habilidades en esas tareas
- dar a conocer ejemplos exitosos de la implementación de estas medidas en juntas, boletines internos, tableros, memorándums, entre otros, y
- discutir, con los equipos de trabajo, las formas de perfeccionamiento de las estrategias señaladas, a través del análisis de ejemplos concretos y eficaces
Lo anterior propicia que el centro de labores esté en posibilidad de crear sus propios equipos de trabajo colaborativos: al conocer de primera mano los obstáculos en los procesos de trabajo no requieren la intervención de un coaching externo.
La adopción de estas medidas es un paso trascendental para lograr un primer objetivo: el desarrollo de una cultura de ayuda mutua, cooperación e intercambio de experiencias entre el personal para la solución de problemáticas comunes.
De conseguirlo se cumplirán consecuentemente tres propósitos adicionales: estar rodeado de personas que congenien con la operación de la compañía, abatir los índices de estrés e incrementar su productividad laboral.
Conozca más respecto de los factores generadores de estrés.
