Insatisfacción laboral repercute productividad

Los trabajadores no necesitan solo un buen salario, también requieren reconocimiento social

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 .  (Foto: Getty)

Para que las personas se sientan satisfechas en su trabajo y sean productivas, no solo necesitan un buen salario,  también requieren estímulos cognitivos y afectivos, afirmó Ricardo Lozada Vázquez, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Carecer de estos elementos a largo plazo, puede traer problemas laborales y originar una falta de satisfacción que repercute directamente en la productividad de la persona.

Además de esos elementos, los trabajadores deben sentirse en un ambiente de competencia y autonomía, ya que en la actualidad la mayoría de la gente está en empleos que no cubren necesariamente los objetivos personales.

"Por lo regular, se trata de individuos que estudiaron, pero no ejercen su carrera y si a ello se le suma que se desempeñan en una tarea que no les agrada, entran en conflicto y es una condición que no es benéfica para ellos ni las organizaciones", aseguró Lozada Vázquez.

En ese aspecto, el experto de la UNAM resaltó la importancia de que las empresas consideren la satisfacción laboral de su personal como una inversión y no un gasto.

Al prestar atención en estos puntos, los empleadores sabrían que las personas a veces no necesitan dinero, sino ser visibles, tener reconocimiento social o que se les otorgue alguna prestación o beneficio.

La satisfacción laboral considera tres ejes:

  • el cognitivo: la percepción que se tiene hacia la actividad
  • conductual: cómo realiza su trabajo
  • afectivo: cómo lo siente y valora.

La ausencia de dichos ejes puede ocasionar:

  • Ausentismo
  • Daños a la salud
  • Desánimo
  • Actividades inconclusas en tiempo y forma
  • Incumplimiento de horarios
  • Deterioro de relación entre compañeros

Idealmente, la satisfacción laboral se lograría si se conoce a los empleados para saber qué les gusta y qué quieren; sin embargo, eso implicaría invertir recursos monetarios que, muchas veces, las organizaciones no están dispuestas a gastar.