Ausentismo laboral por enfermedades pega a economía

La mala salud de la población podría generar pérdidas que alcanzarían el 6.3% del PIB

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El impacto del ausentismo laboral, acudir enfermo al trabajo o retirarse temprano por algún malestar, generaron durante 2016 una pérdida económica de 1,647 millones de pesos, precisó el  presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Elías Octavio Iñiguez Mejía.

De acuerdo con el estudio “El impacto de la salud en la productividad: Caso de la industria automotriz mexicana”, cuando una persona va enferma a trabajar no es productiva y genera mayores pérdidas que cuando se queda en casa, ya que ocasiona 4.5 veces más mermas de productividad que el ausentismo.

El documento detalla que los padecimientos que causan más del 50% de los problemas de ausentismo son las migrañas y las enfermedades respiratorias; mientras que el mayor costo directo en productividad proviene de la hipertensión con el 95%, y la diabetes con 93%.

Al respecto, el legislador planteó la necesidad de analizar este tema de forma multidisciplinaria; de lo contrario, advirtió, las repercusiones económicas a causa del ausentismo laboral por enfermedad representará un obstáculo para el desarrollo de la economía nacional.

En ese sentido, se estima que para el 2026, las pérdidas monetarias podrían alcanzar 8.22% del valor agregado.

En tanto, el diagnóstico sobre “Costos económicos del ausentismo, presentismo y retiro temprano debido a enfermedades: el caso mexicano”, elaborado por la Iniciativa Global en Salud y Economía de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, reveló que en el año 2030, una quinta parte de la fuerza laboral en México estará integrada por adultos entre 50 y 64 años, quienes requerirán servicios de salud para atenderse de enfermedades crónicas no transmisibles.

La consecuencia de la mala salud de esta población, según el estudio, será una pérdida para la productividad equivalente al 6.3% del Producto Interno Bruto.

Los empresarios de las industrias automotriz y farmacéutica coincidieron en que es necesario priorizar la prevención, el diagnóstico y tratamiento oportuno, así como el control terapéutico de los trabajadores.