Las tasas que miden la informalidad en el país permanecieron sin cambios durante el último semestre, en términos de falta de prestaciones de ley en los puestos laborales y de la proporción de la población que trabaja en unidades económicas no empresariales, es decir en 57.3% y 27.1% respectivamente.
Por otro lado, la población desempleada fue de 2.2 millones de personas durante el trimestre julio-septiembre de 2016, es decir el 3.8% de la Población Económicamente Activa (PEA), lo que implicó una disminución de 0.5% frente a igual trimestre del año anterior.
La población empleada tuvo un ascenso de 0.2% frente al mismo periodo de 2015, por lo cual la tasa es de 54.2 millones, que representa el 60.2% de la PEA, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI.
“El aumento en un millón de personas es consecuencia tanto del crecimiento demográfico, como de las expectativas que tiene la población de contribuir o no en la actividad económica”, explicó el INEGI.
En el país trabajan 78 de cada 100 hombres y 44 mujeres de cada 100.
Por distribución, poco más de la mitad de la población ocupada (50.3%) se concentra en las ciudades más grandes del país; le siguen las localidades rurales (menores de 2 500 habitantes) donde se agrupa 20.8% de la población ocupada total.
La tasa de condiciones críticas de ocupación, subió de 12.7% en 2015 a 13.7% en el último trimestre de 2016, la cual representa a aquellas personas que trabajan menos de 35 horas a la semana por decisión ajena a la suya, pero también a quienes obtienen ingresos mensuales inferiores al salario mínimo y las que laboran más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos.
Las entidades que durante el tercer trimestre de 2016 observaron las tasas de desocupación más altas fueron:
- Tabasco con 7.8%
- Estado de México 5.7%
- Sonora 5.7%
- Baja California Sur 5.3%
- Ciudad de México 5%
- Durango
- Tamaulipas 4.9%
- Tlaxcala 4.6%