NiNis sin trabajos para el futuro
Los jóvenes corren de mayor riesgo de quedar sin un lugar en el campo laboral por no explotar sus habilidades
Laboral
Los jóvenes conocidos como NiNis –expresión comúnmente utilizada para identificar al grupo de personas que no trabajan ni estudian– están abandonando los estudios a nivel secundaria, lo cual los coloca en mayor peligro de quedar fuera del mercado laboral, pues cuentan con pocas competencias y eso les dificulta acceder a puestos formales.
Esto lo aseguró la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en el documento ¿Cómo se sitúa México? Employment Outlook 2016 la OCDE. Entre los resultados dados a conocer de la evaluación y proyección a corto plazo de las tendencias de las ofertas de empleos, en México el 15 % de los sujetos entre 15 a 29 años de edad son NiNis con baja calidad educativa, contrario al 6 % de aquellos individuos pertenecientes a los países que conforman dicho organismo –34 naciones–.
Según Rodrigo Negrete Prieto, investigador en el área del derecho del trabajo y Gerardo Leyva Parra, Director General Adjunto de Investigación en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), autores del estudio “Los NiNis en México: una aproximación crítica a su medición de la edición Realidad, Datos y Espacio, Revista Internacional de Estadística y Geografía”, es difícil pensar que no realizan tarea alguna –porque pueden desarrollar un rol doméstico, que aunque no incide en el Producto Interno Bruto (PIB) sí es contado en estudios como la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi–, más bien se debe considerar que su actividad no les permite delinearse un perfil o identidad ante ellos mismos, por ende no ejercen presión, ni hacen presencia en el terreno profesional.
Adicionalmente uno de los rasgos que resalta en los NiNis, es que no toman decisiones en cuanto a lo que harán de su vida, lo cual le da sentido a su decisión de desertar del grado escolar a que hace referencia la OCDE.
Bajo estas circunstancias es preciso considerar que el reto de las políticas públicas es retener a los personas de 15 a 17 años en el sistema educativo, dándole un enfoque de derechos, primero haciéndoles efectiva la facultad constitucional de acceder a la educación media superior, y segundo, revisando que en las contrataciones se respete el límite de edad mínima para trabajar (arts. 3. y 123, apartado A, fracc. III, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos –CPEUM– y 22-Bis, LFT).
Por otra parte en la 93 reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se señaló que los muchachos que finalizan sus estudios y proceden de ambientes socioeconómicos privilegiados realizan la transición a la vida laboral sin dificultades. Esto revela que un aspecto a resolver es el paradigma del primer empleo, porque una buena inserción en el ámbito del trabajo genera en el futuro puestos con mejores condiciones.
Según la OCDE las medidas requeridas son las siguientes:
- implementación de políticas por medio de las cuales se conecte a los NiNis con la oferta de trabajo y así aumenten sus perspectivas de mejorar a través de una carrera
- promoción de las capacidades para reducir la deserción escolar en la secundaria y el bachillerato, particularmente de quienes son parte de familias con ingresos reducidos
- elevación de la calidad de las instituciones educativas, y
- facilitar la transición de la escuela al campo laboral
Por su parte Rodolfo Tuirán Gutiérrez, Subsecretario de Educación Media Superior de la Secretaría de Educación Pública expresó en el tema: “Los jóvenes y la educación, Encuesta Nacional de la Juventud 2010” que los factores que marcan a estos individuos son: experimentar presiones económicas para dejar la escuela; contar con acceso limitado a oportunidades –tratándose de individuos de las zonas rurales–, y por las decisiones que cambian el curso de su vida –se embarazaron o se casaron tempranamente–.
Sin duda el fenómeno es preocupante, tanto por el hecho de involucrar a un grupo vulnerable en sí mismo, como porque uno de sus efectos es poner en juego la productividad que el empresariado en México diariamente construye.
Ante esto es preciso que este sector se sensibilice y se abra a los esquemas de formación dual, en donde los estudiantes, después de adquirir conocimientos en las aulas, complementen su formación en los centros de trabajo directamente, porque con ello se estaría creando un incentivo para que aquellos no abandonen ni la escuela ni el campo de trabajo, y consecuentemente, decidan superarse personal y laboralmente.