Un ingreso básico para reducir desigualdad

Ya se formuló una propuesta de renta básica para todas las mujeres

(Foto: Cuartoscuro)
 (Foto: Cuartoscuro)  (Foto: Redacción)

El enfoque de igualdad e inclusión está orientado a la ampliación de las libertades, el fortalecimiento de la autonomía y la independencia de las personas y comunidades, por lo que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) propone un Ingreso Básico Ciudadano.

“Este enfoque de igualdad e inclusión debe ser complementado con el de la emancipación para perseguir un propósito más ambicioso (…). En esta dimensión reside uno de los mayores atractivos de la aspiración de la renta básica o del Ingreso Básico Ciudadano”, explicó la Secretaria Ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena.

En México este debate forma parte de la esfera pública, de los medios de comunicación y de los espacios legislativos, indicó Bárcena, quien recordó que la primera Carta Magna de la Ciudad de México, que entrará en vigor el 17 de septiembre de 2018, señala en su noveno artículo que “todas las personas tienen derecho a un mínimo vital para asegurar una vida digna en los términos de esta Constitución”.

La secretaria ejecutiva recordó que el organismo regional ya incorporó una referencia a la renta básica o Ingreso Básico Ciudadano en su documento estratégico “Horizontes 2030: La igualdad en el centro del desarrollo sostenible”, presentado en mayo de 2016, y que también se formuló una propuesta de renta básica para todas las mujeres  en octubre del pasado año.

A nivel global, añadió, las propuestas de renta básica presentes también en los círculos de economistas, periodistas y políticos dieron pie a la realización de referéndums, como en el caso de Suiza en 2016 –la iniciativa promovida por un grupo de ciudadanos fue finalmente rechazada por los votantes-, o a la puesta en marcha de programas pilotos en países como Canadá, Holanda, Estados Unidos, Finlandia e India.

Alicia Bárcena señaló que el mundo requiere de un nuevo estilo de desarrollo basado en la igualdad y la sostenibilidad, lo que implica, entre otros cambios, transformaciones profundas en las políticas sociales con el fin de abandonar enfoques minimalistas y limitados a la corrección de fallas de mercado y al combate de la pobreza para adoptar otra visión que incorpore la reducción de las brechas de desigualdad y la búsqueda de la inclusión social.