Uno de los males del mundo moderno es sin lugar a dudas el estrés, que ha sido definido por los especialistas como: todas aquellas reacciones físicas o psicológicas del cuerpo cuando se ve expuesto a ciertas situaciones o circunstancias que rompen su estado de equilibrio.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el trabajo denominado “Estrés en el trabajo: un desafío colectivo”, diversos estudios han puesto en evidencia que los niveles elevados de estrés laboral pueden contribuir a la aparición de problemas de salud mental (cansancio, ansiedad y depresión) y física (trastornos cardiovasculares y musculoesqueléticos).
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Precisamente algunos de los padecimientos que con mayor frecuencia se observan como consecuencia del estrés,son los relacionados con problemas cardiacos y las embolias cerebrales.
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Lo anterior se explica porque el estrés activa la amígdala cerebral (cuya principal función, de acuerdo con esta página: es integrar las emociones con los patrones de respuesta correspondientes a estas, provocando una reacción a nivel fisiológico o la preparación a una de tipo conductual), lo cual da pie a la producción de células inmunitarias adicionales por la médula ósea, lo que a su vez puede afectar las arterias, causando inflamación y por ende conducir a un evento de enfermedad cardiovascular, como un ataque al corazón o un derrame cerebral.
Dada la gravedad de este agente psicosocial en materia de salud pública, algunas de las medidas de prevención y atención propuestas por la OIT son las siguientes:
| Aspecto
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Acción
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| Control
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| Carga de trabajo
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| Apoyo social
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| Equiparar el trabajo al personal
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| Entrenamiento y educación
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| Transparencia y justicia
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| Ambiente físico laboral
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