¿Debemos dar empleo a los migrantes?

La migración no es solamente una oportunidad de generar mayor riqueza económica sino de desarrollar la mano de obra del país, aseguró el encargado de negocios de la Delegación de la Unión Europea en México, Jean-Pierre Bordeu.

México dejó de ser un país de tránsito para convertirse en el destino de miles de personas que salen de su país con el deseo de establecerse en el extranjero, aseveró el coordinador general de la Comisión de Ayuda para los Refugiados, COMAR, Andrés Ramírez Silva.

Ahondó en que durante 2019 se recibieron más de 70,000 solicitudes de refugio en nuestro país y en lo que va de 2020 hubo más de 5,000 solicitudes, 50% más de lo reportado durante el mismo período del año anterior.

El representante de ACNUR en México, Mark Manly explico que esta nueva dinámica migratoria obliga a cambiar las políticas para atender el fenómeno y  responder a su necesidad de empleo.

Detalló que tan solo en enero de 2020 los trabajadores migrantes aportaron 4 millones de pesos por concepto de ISR, con una estimación de que al terminar el año sus contribuciones en materia de impuestos rebasen los 170 millones de pesos.

No obstante, se enfrentan a una serie de obstáculos para integrarse al mercado laboral, Ramírez Silva, alertó que dé inicio, debido a que la ley pide que el solicitante de refugio se quede todo el proceso en el lugar donde lo requirió; más de la mitad se concentran en el estado de Chiapas, uno de los más pobres de nuestro país.

Esto condena a las poblaciones a una constante falta de oportunidades por lo que destacó la necesidad de que los proyectos de empleabilidad de estos migrantes busquen la reubicación de los potenciales trabajadores a otras entidades federativas.

Otro impedimento es la inclusión financiera, puesto que las instituciones bancarias no reconocen los documentos que emite el Estado para esta población, salvo la reciente modificación de los reglamentos de Bancoppel.

La empleabilidad de refugiados necesita de formal, digna y decente, de acuerdo con la directora de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para México y Cuba, Gerardina González Marroquín, desde 1949 la institución trabaja en diseñar protocolos de atención a estas necesidades.

Resultado de ello en 2016 emitieron la recomendación 205 para la paz y la resiliencia, en donde se incluyen los derechos de los refugiados que incluye capítulos sobre la protección de los derechos de los trabajadores refugiados y migrantes.