Inversiones podrían reactivar el empleo en México

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado explicó que la debilidad del mercado laboral y el deterioro del bienestar de los hogares limita las posibilidades de reactivación

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 .  (Foto: iStock)

El deterioro del mercado laboral se ha agudizado en los últimos tres años aumentando así los niveles de pobreza, resaltó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) y es que tan solo el crecimiento promedio anual del Producto Interno Bruto (PIB) es de 2.0%, una avance insuficiente para satisfacer las necesidades de bienestar de los hogares.

Al respecto, el CEESP señaló que para que la economía pueda crecer 4% anual es necesario que la inversión total alcance alrededor del 25% del PIB mediante una inversión pública de 5%, ya que esto implicaría más empleos de calidad de manera que las empresas mayores empleos mejor remunerados.

El Centro detalló que la inversión se ha deprimido y en los últimos tres años, por lo que es necesario identificar las necesidades a fin de diseñar políticas públicas idóneas para solucionar el problema, ya que los empleos que se requieren corresponden a la tasa de desocupación que en septiembre representó 4.2% de la población económicamente activa (PEA).

Asimismo, el CEESP puntualizó en que se requiere de una mayor participación en el mercado laboral, más puestos de trabajo de tiempo completo y de mayor calidad, pues el bajo crecimiento de la economía y la pandemia han dificultado la posibilidad de conseguir un empleo, pues hay al menos 8.4 millones de personas dentro de la población no económicamente activa.

Para septiembre de este año la economía mexicana requería un total de 17.6 millones de empleos de tiempo completo y bien remunerados para satisfacer las necesidades de los hogares, sin embargo, durante las crisis sanitaria los trabajadores estuvieron dispuestos a recibir salarios más bajos solo por conseguir una fuente de ingresos.

De hecho, de 2017 al segundo trimestre de este año, el número de trabajadores con menos de un salario mínimo aumentó en 6.8 millones, pero de ellos, 4.9 millones cayeron en la informalidad, además, la pobreza aumentó en 3.8 millones de personas, 15.6 millones perdieron servicios de salud, la ocupación se redujo, la participación laboral bajó y la clase media cayó significativamente.

A su vez, el INEGI expuso que la clase media pasó de representar 42.7% a 37.2% y la posibilidad de recuperar el bienestar de los hogares en el corto plazo es muy reducida, por lo que el CEESP puntualizó en que el gobierno debe invertir productivamente y adoptar políticas amigables a la inversión privada, el crecimiento y el empleo.