Lo aprendido en 2009 no se debe perder

Sin duda la negociación colectiva, junto con otros factores, va a ser esencial en el panorama económico de México en 2010

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 .  (Foto: IDC online)
Lic. Ricardo de Buen Rodríguez -

Primero que nada, es importante definir a la negociación colectiva y dimensionar su alcance dentro del entorno laboral de nuestro país.

Para efectos de este artículo, circunscribiremos al concepto de negociación colectiva, a la posibilidad que tienen las partes de un Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) o de un Contrato Ley (CL), de solicitar o requerir a su respectiva contraparte y algunas veces a la autoridad laboral, la modificación de las condiciones plasmadas en alguno de estos instrumentos legales. Es decir que el primer escalón legal en el que se basa la negociación colectiva, es en la posibilidad, por varios medios que establece la Ley Federal del Trabajo, de ser parte en un CCT o en un CL.

En ese sentido y visto desde un punto de vista general del entorno laboral, en teoría la negociación colectiva afectaría únicamente a aquéllas empresas y trabajadores, éstos a través de su sindicato, que sean parte de uno de estos contratos. No obstante, varias de las empresas sin CCT, también de alguna manera pueden utilizar las herramientas colectivas, si bien no de acuerdo estrictamente a la definición legal, sí desde un punto de vista práctico.

Hecha la anterior introducción conceptual, hagamos un poco de historia y entremos en materia.

Está claro para todos, y los hechos hablan por sí mismos, que la crisis mundial del último año (2009), ha afectado en el caso particular de México, de manera muy grave, a muchas compañías y trabajadores por lo que este lapso ha sido una prueba que hemos tenido todos para encontrar soluciones compartidas que atenúen los efectos de la crisis.

En particular, en el tema de la negociación colectiva, sin duda 2009 ha sido un año ejemplar de su utilización dentro de las empresas. Los patrones y sindicatos han tenido que desarrollar capacidades de negociación sin precedente; aprendizaje, que desde mi punto de vista, no debe de olvidarse para el año que está por comenzar.

Creo que la principal circunstancia que hizo que los sindicatos y las empresas llegarán más fácil a alcanzar acuerdos, es la claridad para todos de la existencia de una crisis. Es decir, a diferencia de otros períodos que cuando las partes negociaban la modificación de las condiciones de trabajo; éstas podían no tener claro si las posiciones de su contraparte respondían a la realidad, lo que en algunas veces generaba desconfianza. Al día de hoy, empresas y sindicatos están precisas de que su respectiva contraparte está afectada por la crisis y de que están juntos en ella.

Existe una mayor confianza de que se está negociando con bases claras para todos los involucrados.

Lo anterior, por lo que toca al 2009, tuvo como inexorables consecuencias que se pudieran llegar a acuerdos, aún en la toma de decisiones más extremas y difíciles. Negociaciones no deseadas pero indispensables.

Fue común, la revisión anual de CCT sin aumentos salariales, la modificación a la baja de condiciones de trabajo, los denominados paros técnicos y otras medidas que se volvieron, desgraciadamente, el pan de cada día en la vida laboral.

Nada garantiza que el 2010 sea un año mejor; sin embargo esperamos que lo sea. Si las cosas siguen en la economía como están, las medidas serán parecidas a las de 2009, si mejoran estaremos ante una etapa de transición que deberá inexorablemente reflejarse en la manera en que se lleven las negociaciones colectivas.

En caso de que las cosas apunten a una recuperación, es claro que en 2010 no se daría ésta en sí, sino que a lo más se entendería que se está empezando y se concretará en otros años. Es importante que los sindicatos y centros laborales estén conscientes de esto al momento de tomar decisiones conjuntas.

Por ello, considero que dada la experiencia de haber llevado a cabo conjuntamente patrones y sindicatos decisiones difíciles, pero basadas en la cruda realidad y en la claridad, esto no se debe perder para el 2010, más bien se debe aprovechar.

Sugiero que las empresas, dentro de lo posible, procuren promover esa confianza adquirida en la crisis, siendo lo más transparente posible frente a los sindicatos respecto de su situación económica y financiera, y desde luego aplicando este criterio para bien o para mal, es decir asumir que cuando las cosas se restablezcan, se mejoraran las condiciones de trabajo, ya que no se valdría únicamente lo contrario, abusando del discurso de la crisis. Una actitud así, desaparecería de tajo la confianza ganada en tiempos de crisis y provocaría la imposibilidad de implementar medidas extremas en caso de ser necesarias en el futuro.

Sí confiamos en la negociación colectiva como una herramienta valiosísima en el 2010, porque las partes todavía tendrán el sabor de la crisis y tendrán fresco lo que se hizo en 2009, y los sindicatos tendrán la expectativa de que el 2010 pueda ser mejor que 2009. Para evitar causar falsas perspectivas que luego nos puedan traer problemas al estar sentados negociando, insistimos en la necesidad de una claridad de la empresa respecto de lo bueno y lo malo que le esté pasado, y no sólo de lo segundo.

En 2010 desde luego se tendrán que dar aumentos salariales responsables y en las revisiones de prestaciones se deberá de tener claro que si bien quizá no se dé un congelamiento como el que en muchos casos se dio en 2009, estos conceptos sólo podrán incrementarse levemente.

Los denominados paros técnicos quizá se darán, esperemos que menos que en el 2009 y desde luego, ojalá que sean la última medida previa ante la posibilidad de recortes de personal.

En 2010 nos seguirá tocando a todos poner nuestro granito de arena, hagámoslo de manera inteligente y pensando en el bien de la empresa y de los trabajadores como una unidad de conveniencia mutua.