Aspectos del mundo laboral en el 2002

Aspectos del mundo laboral en el 2002

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 .  (Foto: IDC online)

Consideraciones en exclusiva para IDC, del asesor externo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Ancelmo García Pineda, en torno a los sucesos ocurridos en las distintas áreas del sector laboral durante el año que culmina.

Ver tabla 1:

Ancelmo García Pineda
Asesor externo de la Organización Internacional del Trabajo 

 

Introducción

Nos encontramos en la etapa final de un año más, y tan sólo por efectuar una obligada reflexión y un importante ejercicio de repaso de lo acontecido en el terreno de la administración de la producción y las relaciones laborales, así como de sus principales actores, a continuación se presenta un breve y rápido recuento de algunos elementos que nos ayudan a mantener una observación sistemática, para estar al día en cuanto a dichos sucesos.

Productividad y relaciones laborales

La productividad en México ha seguido avanzando a tasas de crecimiento aproximado en promedio de 4.5% anual. Como instrumentos más utilizados por los diferentes sectores industriales para su incremento, se continúan utilizando, como ha sido característico de la manufactura y los servicios, los siguientes:

Capacitación

Este instrumento se ha potenciado en los últimos años, y si bien sigue en discusión su alcance y profundidad, si debe ser más integral o más técnica o diseñada para el corto o el largo plazo; se ha visto fortalecida pues continúa vinculada al concepto de competencias laborales, enlace en el que han seguido creciendo los sistemas de certificación de esas competencias, así como los centros de evaluación y el número de calificaciones de las mismas.

Sistemas de remuneración

En el año que concluye, hemos podido asistir a un relativo y permanente debate que tiene como fondo el seguir analizando y buscando formas novedosas para renovar el sistema de remuneración y hacer más flexible y útil este recurso para la empresa, sin afectar en demasía a los trabajadores. Se han logrado sistemas más flexibles de remuneración en algunas industrias que tienen ya períodos largos estudiándolos y aplicándolos, como: la metalmecánica, industria del mueble, y otros sectores, aun cuando su diseminación en el sector empresarial todavía es un gran reto.

Condiciones de trabajo

Éste es quizá el instrumento aún menos atendido, ya que observamos un crecimiento en los índices de riesgos de trabajo a nivel nacional, sin embargo, se puede anotar que ello refleja grandes limitantes de cultura y negociación, pues son varios los sectores que lo descuidan ya que casi siempre ha sido visto como costo y no como inversión por parte de los empresarios y por la mayoría de los sindicatos.

Participación de los trabajadores

Es un hecho que la cultura del trabajo en equipo, los círculos de calidad y los grupos autodirigidos han dado como resultado un aumento de los índices de participación, y hoy por hoy son elementos valiosísimos para el incremento de la productividad, por ello, se deben redoblar esfuerzos para reproducir experiencias participativas y de mejora en esa materia con distribución de sus beneficios.

Medición de la productividad

En esta materia los avances se han mostrado lentos y poco consistentes. En los últimos años, se ha dado importancia a las herramientas de medición y mejora de la productividad, surgiendo diversos conjuntos de indicadores y descriptores que permiten un control más específico de segmentos del proceso productivo, así como en su integralidad o en los resultados finales del mismo; hoy se cuenta ya con métodos mucho más acabados de dichos indicadores y se espera vincularlos a formas individuales o colectivas de medición para a su vez ligarlos con formas de distribución de beneficios de la productividad.

Si bien es cierto que las empresas de nuestro país han iniciado y recorrido cierto camino en relación con la medición de la productividad y la distribución de sus beneficios, es un hecho que las formas tradicionales de reparto como son: el destajo, el volumen o la tarea determinada, siguen dominando y a veces impidiendo la consolidación de novedosos y más dinámicos esquemas de distribución de beneficios.

Acerca de los temas de productividad, no podemos dejar de mencionar que nuevamente nos encontramos con incrementos moderados en el plano nacional, sumado a ello, el mercado de las exportaciones está a punto de colapsarse y el mercado interno no muestra señales de recuperación, con crecimiento de nuestra economía por abajo del 2% anual.

La empresa y la competitividad

Si bien en el presente año se sigue observando que las empresas consolidan estrategias de desarrollo y crecimiento, a pesar de ello vimos como se deterioraron casi el 10% del sector de maquiladoras y algunas regiones productivas del centro del país, así como otras cadenas productivas se vieron también severamente deterioradas, por ejemplo: la del calzado y textil.

La situación actual de competitividad le ha brindado a la empresa mexicana conocer y dominar nuevas prácticas productivas; sin embargo, la competencia que ello conlleva ha dejado secuelas severas, aumentando la desarticulación de segmentos de cadenas productivas.

Las nuevas formas de organización de la producción y del trabajo, cambio de técnicas y métodos que han dotado a la empresa de fuerza para ser más productiva y competitiva en un entorno cada vez más lleno de competidores cambiantes, más dinámico y con variables de competencia mucho más complejas, nos han dejado un saldo de la globalización que por el momento quizá sigue siendo negativo para la mayoría de las pequeñas y medianas empresas.

Mas allá de esquemas generalizables y soluciones mágicas, consideramos de vital importancia analizar y difundir las experiencias que han fortalecido ciertos segmentos competitivos de cadenas y regiones productivas.

Debemos insistir en pensar más allá del interior de nuestra empresa misma, así sea que estemos convencidos de que nuestra gestión es positiva y de aceptable valor agregado.

No pasemos por alto que las empresas que han innovado lo hacen no por ocurrencia ni por simple deseo, sino por la urgente necesidad de adecuarse a un mercado más abierto, más complejo, más dinámico; en suma más competitivo.

La política pública laboral

Las actividades del gobierno actual en materia laboral no deben deslumbrar a nadie; no debemos pasar por alto que lo laboral se asienta en lo económico y social como suma de una sociedad y una comunidad productiva que trabaja por su supervivencia.

En materia de salarios nos hemos encontrado con incrementos moderados que en promedio nacional han logrado crecer a un ritmo de 1% a 1.5% por arriba de la inflación, lo cual no es positivo en sí mismo, pues es causa de la caída del crecimiento del mercado interno de nuestro país.

Respecto al empleo, también debemos afirmar que las actividades de fomento y promoción siguen siendo menores de lo que la sociedad demanda, y ello quizá debido a que su impulso se encuentra amarrado a situaciones que tienen que ver más con los grados de inversión e inserción en una economía vinculada en exceso a la de los Estados Unidos de Norteamérica.

Más allá de lo anterior, es cierto que nos encontramos en una etapa donde afortunadamente hemos visto disminuir el grado de conflictividad reflejado en un número menor de huelgas a nivel de todos los sectores y regiones industriales. Esto habla de que quizá hoy vivimos una etapa de revaloración de la importancia individual y social de estar trabajando y contar con un empleo.

Frente a ello, las opciones no se deben reducir a un solo camino, por lo que resulta indispensable buscar las formas más adecuadas para sostener el nivel de empleo, y evitar pérdidas mayores al despedir gente en la que ya se ha invertido.

Debemos anotar que un logro importante con el que finalizamos el año es la baja inflación, sin embargo al parecer una vez más se ha dado mayor importancia a detenerla que, como ya se dijo, hacer crecer el consumo interno a través de un mayor poder adquisitivo de los diferentes segmentos de ingreso y de consumo.

Las organizaciones sindicales en el año 2002

Respecto a las organizaciones sindicales podemos decir que por parte del Congreso del Trabajo, el cual agrupa a la mayoría, no se observa cambio drástico en su discurso, demandas y posturas; aunque los reclamos no por rutinarios dejan de ser importantes para todos los actores sociales, como: aquéllos que tienen que ver con la legítima preocupación por la mejora del empleo, los salarios y las condiciones de trabajo de los trabajadores sindicalizados y la población en general.

Aquí cabe destacar que las organizaciones del Congreso del Trabajo no abandonaron los trabajos de la Mesa Central de Decisiones para la Modernización de la Legislación Laboral y han acompañado a ese grupo al parecer hasta el momento de presentar sus conclusiones ante el Poder Legislativo, específicamente a la Cámara de Diputados, con el objetivo último de modernizar algunos puntos de nuestra Ley Federal del Trabajo que redunden en un mayor empleo, mayor productividad y mejores salarios.

Por último, en cuanto al sindicalismo representado por la UNT, cabe anotar que el panorama al interior de sus organizaciones se marca por su insistencia en demandas que rebasan por mucho el ámbito interno de la empresa y se ubican más bien en el plano social, con peticiones tales como: transformar y renovar al sindicalismo mexicano con mayor libertad sindical, combatir los contratos de protección, la eliminación del apartado "B" en el artículo 123 Constitucional, y la desaparición de las Juntas de Conciliación y Arbitraje.