Productividad y competitividad

Productividad y competitividad

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 .  (Foto: IDC online)

Preámbulo

En la búsqueda de respuestas ante la insistencia de ser más productivos y competitivos, nos encontramos con diversas respuestas, porque no existe un solo y único camino para ser la mejor empresa en nuestra rama o sector, pues si bien es cierto que el mercado es la última circunstancia en la que compiten empresas e individuos, en ella también, se ven reflejadas nuestras acciones, planeación, límites y alcances de la construcción de ventajas competitivas.

Para mantener o generar nuevas ventajas competitivas, debemos renovar las estrategias de productividad y de competitividad para que nuestro negocio no sea eliminado, o absorbido por otra empresa más competitiva o productiva, por ello nos referimos al término productivo en un sentido amplio, es decir, en el entendido de: que es productivo todo aquello que genere valor agregado dentro de nuestra empresa o negocio, y así podemos englobar no sólo la fabricación de bienes y servicios, sino también la concepción, administración, el abastecimiento y la venta final.

¿Por qué debemos renovar las estrategias

Siempre debemos tener presente que la productividad se explica por todas aquellas acciones, y conocimientos que nos permiten ser más eficientes dentro de las áreas de la empresa, por otra parte, la competitividad es todo pensamiento y acciones estratégicas que nos permite ser más eficientes y ocupar de manera más eficaz un espacio en el mercado de bienes y servicios. Entre más competitivos somos, mejor nos vinculamos a los nichos de mercado y logramos dominar una o más ventajas que aseguran la ganancia y permanencia de nuestra empresa.

El objetivo de renovar nuestras estrategias es, entonces, el constante fin de mantener y hacer crecer nuestra empresa; de ahí la búsqueda incesante de mercados, fuentes de ganancia, productos, procesos y medios de producción nuevos, además de lograr que de manera armónica obtengamos de los empleados, la producción deseada en tiempo, calidad, costos y plazos de entrega en todas las circunstancias.

Debemos dotar a nuestra empresa de una ventaja competitiva duradera en el largo plazo; a partir de las prioridades de los nuestros clientes. Exigencias que pueden estar determinadas por uno de los siguientes aspectos o la mezcla de algunos de ellos: precio, calidad, diversidad, novedad, disponibilidad, o la mezcla de más de uno de ellos.

Partir de nuestra ventaja actual La primer tarea para renovar nuestra estrategia, debe ser tener claro el horizonte de nuestra empresa con la o las ventajas competitivas que ya dominamos, por ejemplo, si la actual ventaja competitiva dentro de la empresa, se puede ubicar en bajos salarios, productos, la tecnología, o la organización del trabajo, al ser expertos en el dominio de alguna de ellas, podemos estar preparados para iniciar el dominio de otra nueva.

En la construcción de una nueva estrategia, debemos analizar las opciones competitivas como tentativas de respuesta a los efectos inciertos entre una serie de soluciones posibles, además debemos dotar a nuestros trabajadores del poder de cooperar y desarrollar su saber hacer, con la condición de mejorar sus productos, técnicas  y desempeños a cambio de contrapartidas a negociar.

Nuevas estrategias para ser más competitivo Es muy importante tener claro que de acuerdo con el mercado, el trabajo que realizamos y tamaño de nuestra empresa, no siempre se pueden explotar las mismas fuentes de ganancias, que otras empresas.

Además y tomando en cuenta lo anterior, de acuerdo con los últimos estudios sobre ventajas competitivas que se han realizado por centros como la OIT, o el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, así como de las  fuentes de ganancia directamente vinculadas con la producción de bienes y servicios, se pueden identificar las estrategias competitivas como la:

  • diversidad de la oferta, que permita ampliar la demanda a todos los clientes solventes respondiendo a sus propias expectativas;
  • calidad del producto, que autoriza un precio superior o hace ganar partes de mercado;
  • innovación comercial y productiva, que sea pertinente y garantice por un tiempo una renta de monopolio;
  • flexibilidad productiva, que permita ajustar rápidamente los costos a las variaciones de la demanda;
  • reducción permanente de los costos, para mantener un margen suficiente de ganancia en todas circunstancias, y
  • economía de escala, que consiste en distribuir los costos fijos sobre el volumen más amplio posible para reducir los costos unitarios.

Al observar las estrategias antes anotadas, es preciso subrayar que ninguna empresa debe hacer menos, a cada una de las fuentes de ganancia, pues todas ellas son igualmente importantes; sin embargo, se requiere de un adecuado estudio del entorno económico para decidirse por una u otra: por ejemplo, es inútil intentar aplicar economías de escala si las condiciones de un consumo masivo no se cumplen.

Las combinaciones de las estrategias de ganancia o estrategias para ser competitivos nos  indican el orden de prioridad de los programas que debemos aplicar en los caminos de productividad en la empresa en un momento dado.

A cada una de las estrategias para generar ganancias le corresponden tres componentes básicos relacionados con la gestión de nuestras ventajas competitivas y son:

  • política-producto, que concierne a los mercados y segmentos o nichos de mercado a los que se apunta nuestra acción, la concepción de los productos ofrecidos y de su gama y los objetivos del volumen de ventas, de diversidad de modelos, calidad, novedad y margen;
  • organización productiva, que afecta a los métodos y medios elegidos para realizar la política-producto, abarcando el grado de integración de las actividades, su distribución espacial, la organización desde su diseño, abastecimiento, fabricación y comercialización, así como las técnicas empleadas y criterios de administración, y
  • relación salarial, que está constituida por los sistemas de reclutamiento, empleo, clasificación de los perfiles de puesto, remuneración directa o indirecta, promoción escalafonaria, horarios y de representación de los intereses de los trabajadores.

Es importante mencionar que los componentes básicos de la estrategia de competitividad se construyen a partir de lo que podemos denominar ?modelo productivo de competitividad?.

Los modelos productivos pueden definirse como el compromiso de gestión de la empresa, mismo que permite implementar duraderamente y con beneficio una o más de las estrategias de ganancia y competitividad, viables en el marco nacional y gracias a la conveniencia acordada coherente y aceptable de los actores involucrados; es decir, trabajadores, mandos, clientes, autoridades.

Características de los modelos productivos A continuación se detalla un listado de los puntos más relevantes de los tres modelos productivos que por su importancia, y actualidad, resaltan en la etapa actual:

De estrategia de volumen

  • La empresa ofrece un producto:
    • que responde a las necesidades individuales no diferenciadas, se ha estandarizado para eficientar la organización, el trabajo, las instalaciones y los servicios, y
    • estándar al precio más accesible al conjunto de los consumidores-destino, o cada segmento de la población cliente;
  • la organización productiva de la empresa, tanto en el diseño como en el abastecimiento, fabricación y venta debe pensarse enteramente para utilizar continuamente instalaciones especializadas, y
  • la relación salarial de la empresa debe ofrecer compensaciones atractivas para aceptar un trabajo consistente en repetir incansablemente el mismo objeto y contenido de la tarea.

De reducción de costos La empresa:

  • basa su ganancia en la permanente e ininterrumpida reducción de costos unitarios;
  • responde a la exigencia de ofrecer productos bien definidos en segmentos de mercado, con escasa diversidad y novedades limitadas;
  • trabaja con una organización productiva justo a tiempo, bajos inventarios, para resolver sin pérdidas los imprevistos de la empresa e impedir que se detenga el flujo continuo de proceso y producto, evitando despilfarros o desperdicios de cualquier tipo, y
  • cuenta con una relación salarial que incluye la subcontratación, donde se busca reducir costos, no sólo dentro, sino también fuera de la empresa en la cadena de proveedores; en el caso del salario, éste pasa a depender de la reducción de tiempos estándar, y estímulos individuales ligados a la productividad de cada trabajador o a un conjunto de ellos.

De estrategia calidad La empresa:

  • sustenta su ventaja competitiva a partir de satisfacer con innovaciones, las exigencias, gustos, y necesidades de sus clientes consumidores;
  • concibe a los productos y procesos, de manera dinámica para responder rápidamente a las nuevas expectativas de los clientes y de los mercados, por tanto responde elevando el volumen o reduciéndolo e incrementando variedad, dependiendo del mercado mismo;

  • responde, a la demanda, por lo que debe contar con fuerza de trabajo calificada, versátil y flexible, y
  • cuenta con relación salarial, valorando la pericia, las habilidades acumuladas, así como las iniciativas individuales desde el reclutamiento de personal, hasta la definición de perfiles ocupacionales y diseño de tareas que permitan la innovación del trabajador, sus aportaciones y estimulen su inventiva y cooperación en la mejora de la empresa.

Conclusión Como se aprecia, los principales desafíos que las empresas deben enfrentar, son los relativos a dominar los procesos que a su vez las hacen tomar decisiones estratégicas, para ser rentables y allegarse de los medios que les permitan llevarlas a cabo.

 La pertinencia de una u otra estrategia, dependerá de las condiciones nacionales, locales y de la rama o sector al que pertenece la empresa. La solidez de nuestra empresa también dependerá del grado de coherencia que muestren los directivos, con un compromiso que permita un mercado mucho más organizado y cuidadoso de los equilibrios macroeconómicos y sociales.