¿Por qué contratar un consultor?

¿Por qué contratar un consultor?

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 .  (Foto: IDC online)

Su consultor es competente cuando:

  1. Elabora y presenta un plan con alcance y resultados esperados
  2. Ordena la información histórica de la empresa
  3. Determina el punto de partida y oportunidades
  4. Define riesgos
  5. Establece medidas de control

Preámbulo

Desde hace muchos años las empresas u organizaciones productivas de todos los sectores recurren al apoyo de diversos tipos de asesoría y auxilio para llevar a buenos términos las metas que se han propuesto.

Con el advenimiento de la globalización y de la apertura de los mercados comerciales nacionales a la competencia internacional, las empresas han tenido que responder con las más eficaces estrategias de productividad y competitividad.

Lo anterior, sin embargo no es fácil, pues por más eficaz y eficiente que resulte ser un empresario o un grupo empresarial nunca tendrá todos los conocimientos que sobre la materia existen en las opciones de administración y gestión empresarial.

Justamente en esta circunstancia vale la pena reflexionar acerca de la importancia que tienen los consultores de empresas, los cuales hoy día tienen un lugar importante, el cual se han ganado poco a poco al contribuir a fortalecer las ventas productivas y competitivas de la empresa.

Acerca de los problemas a resolver por un consultor

Obviamente antes de decidirnos a contratar un consultor, debemos tener claro el porqué de sus servicios. A continuación se presenta un breve recuento, en términos generales, de algunos problemas por los que atraviesa el sector empresarial y es a ellos a los que deberían dar respuesta los consultores en México:

  • ineficientes sistemas de organización de la producción;
  • falta de:
    • espíritu emprendedor;
    • estrategias de capacitación y productividad, y
    • gestión moderna de recursos humanos;
  • baja calificación de mano de obra;
  • intensa competencia de productos y empresas extranjeras;
  • dificultad de acceder a créditos;
  • nula delegación de funciones/liderazgo obsoleto;
  • limitada:
    • inversión en innovaciones e investigación, y
    • construcción de nichos de mercado interno, y
  • desconocimiento de diferentes culturas productivas.

Sólo cuando la empresa ha intentado resolver sus problemas y no lo ha podido hacer, debe llevar a cabo un diagnóstico serio y a profundidad, para ubicar sus debilidades e identificar aquellas dificultades u obstáculos que no ha podido superar; además de que cuando tenga clara su necesidad de evolucionar a un nivel superior: sólo entonces deberá pensar en buscar un auxiliar externo a su ámbito productivo.

¿En qué consiste el servicio de un consultor?

La tarea de un consultor deberá estar centrada en construir las fórmulas de éxito adecuadas a cada empresa; para lo cual debe recurrir al conocimiento acumulado, a la experiencia alcanzada, las metas planteadas, los problemas existentes y a los recursos con los que cuentan.

Es importante precisar los contenidos de trabajo de un consultor, de la actividad de consultoría y de lo que debemos esperar en la empresa al contratar a un consultor externo.

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT): ?...los servicios de consultoría han de mantenerse al tanto de las tendencias económicas y sociales, prever los cambios que puedan afectar a las empresas de sus clientes y ofrecer el asesoramiento que ayude al cliente a lograr y mantener un alto rendimiento en un entorno cada vez más complejo, competitivo y difícil...? 

Como podemos observar, la actividad de un consultor es una profesión enriquecedora de la labor productiva en la empresa y debe ser una forma de innovación productiva que puede impactar en los siguientes campos de la empresa:

  • estrategia de competitividad y productividad;
  • gestión financiera;
  • comercialización y distribución;
  • dirección de la producción;
  • administración de recursos humanos;
  • tecnología de la información, y
  • subcontratación.

Ahora bien, debemos precisar que las tareas de un consultor deberían estar delimitadas por las necesidades de la empresa misma; desde el marco conceptual, el consultor observa a la empresa como una comunidad económica y productiva con personas que conjuntan intereses y contradicciones, en un entorno y tiempo específico y limitado.

El consultor, entonces, debe cumplir con la misión de su profesión que es el servicio:

  • ?...complementario a la empresa que ayuda a nuestra organización a obtener sus objetivos mediante la solución de problemas, la generación de nuevas ventajas, nuevos aprendizajes y nuevos cambios...?
  • ?... de asesoramiento profesional independiente que ayuda a los gerentes y a las organizaciones a alcanzar los objetivos y fines de la organización mediante la solución de problemas gerenciales y empresariales, el descubrimiento y la evaluación de nuevas oportunidades, el mejoramiento del aprendizaje y la puesta en práctica de cambios; servicio complementario a la empresa que ayuda a nuestra organización a obtener sus objetivos mediante la solución de problemas, la generación de nuevas ventajas, nuevos aprendizajes y nuevos cambios...?

Al contratar a un consultor en la empresa estamos llevando a cabo una acción de cambio, la cual puede ser estratégica y nos permitirá generar, atraer y retener a los talentos esperados por el negocio; además de alinear a cada individuo y área de la organización en la dirección correcta.

Siempre debemos tener presente que la capacidad de adaptación de una organización productiva está directamente relacionada o es directamente proporcional a la capacidad de adaptación de los individuos que la integran.

¿Cuándo contratar un consultor?

En el momento en que iniciemos en la empresa el detonante para el desarrollo es cuando debemos contratar a un consultor, quien será el responsable de:

  • estimular la aplicación de procesos de mejora continua;
  • identificar causas, correlaciones y opciones de salida y solución;
  • investigar todas las variables articuladas en los procesos productivos;
  • colaborar en la solución de problemas;
  • capacitar y educar en sus hallazgos;
  • tener el dominio de las herramientas de comunicación, y
  • sugerir directrices y orientación en todo el proceso.

Por otra parte, es importante mencionar los aspectos más relevantes respecto a la ética de un consultor de empresas que debemos considerar:

  • no:
    • aceptar trabajos para los que no está capacitado, y
    • acordar acciones que vayan en contra del interés del cliente;
  • nunca:
    • revelar o permitir que sea revelada información confidencial acerca de las actividades de la empresa cliente, ni salirse del terreno de la imparcialidad que afecte la objetividad del consultor, y
    • aceptar un encargo si no se cuenta con la calificación apta y competente.

Es indispensable señalar que es tan importante un servicio de consultoría que en México ya contamos con un proyecto de Norma Oficial (aún en proyecto) que permitió ya durante casi dos años un debate del cual extraemos las recomendaciones para que un consultor sea competente a fin de que efectúe con éxito su trabajo. En el proyecto de norma se destaca que el consultor es competente cuando:

  • elabora y presenta un plan que evita improvisaciones y descontroles;
  • ordena la información histórica de la empresa;
  • determina la situación de partida y oportunidades de la empresa;
  • en el plan de implementación se menciona el resultado esperado;
  • presenta:
    • el plan a todos explicando el contenido;
    • más de una opción y señala convenientes e inconvenientes de cada una;
  • define riesgos de cada propuesta, e
  • incluye mecanismos o instrumentos de control y resguardo de la unidad productiva.

Conclusión

La empresa que contrate un consultor, entonces, debe tener claro el porqué de ello, además de encontrar el momento adecuado, el que algunos ubican como de crisis, otros de estabilidad en la empresa.
Respecto a lo anterior, es preciso aclarar que el momento de la contratación de un consultor si bien resulta trascendente, lo es más aún la decisión de hacerlo, ya que el hecho mismo de decidirlo sitúa a la empresa en un momento de reflexión e innovación en su administración de procesos y por lo tanto la ubica como una acción de mejora en la administración.