Estrategia productiva en nuestra empresa

Estrategia productiva en nuestra empresa

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 .  (Foto: IDC online)

Una buena estrategia productiva debe:

  • plasmar y respaldar la estrategia global del negocio
  • establecer objetivos específicos que respondan a las necesidades de los clientes
  • diseñar la asignación de todos los recursos de la empresa para permitir alcanzar sus objetivos
  • concretar las decisiones prácticas (automatización de sistemas y ampliación de instalaciones)

Preámbulo

Hablar de estrategia de productividad en la empresa nos lleva a reflexionar acerca de la importancia que le debemos otorgar a la planeación y evitar al máximo la improvisación respecto a la estrategia de productividad.

Si bien en los últimos 10 años en nuestro país el tema de productividad se aborda con mayor seriedad, y profundidad, con miras a largo plazo; no está por demás subrayar que el tratamiento superficial y formal del tema sólo lleva a cubrir apariencias e impide arraigar verdaderas semillas de nueva cultura y práctica laboral.

En el México actual ante el limitado crecimiento de sus mercados comerciales, y desorden de los laborales, sigue siendo imprescindible asumir con una visión de estratega nuestros desafíos ante la competitividad y el perfil productivo de nuestro negocio que permita obtener un rendimiento aceptable en la gestión diaria y asegurar una continuidad y mejora en el futuro.

¿Para qué preguntarnos acerca de la estrategia de productividad de nuestra empresa

El entorno actual se caracteriza por ser dinámico, complejo, diverso y hostil.

Por ello, debemos preguntarnos con frecuencia ¿qué estrategia de productividad domina nuestra empresa de la respuesta actualizada puede depender la sobrevivencia de nuestro negocio. Ante los mercados globales con severa repercusión local y un entorno cada vez más competitivo, de acuerdo con estudios recientes, las cinco prioridades estratégicas de las empresas en México para los próximos tres años se centran en:

  • incrementar la satisfacción de los clientes y mejorar la calidad de sus servicios;
  • reducir costos y maximizar la utilización de sus capacidades;
  • mejorar procesos y desempeño;
  • innovar y desarrollar nuevos productos, y
  • tener un mayor control interno y una buena administración de riesgos.

En segundo lugar encontramos otras prioridades como son:

  • poner en marcha nuevas estrategias;
  • mejorar su planeación;
  • desarrollar nuevos mercados;
  • fortalecer la organización e imagen corporativa;
  • globalizar más sus operaciones, y
  • otorgar un mayor peso al outsourcing.

El estudio al que nos referimos concluye que: ?El error más grave que una compañía puede cometer es creer que es inmune a los cambios del mercado?.

Las empresas exitosas continuamente trabajan en sus prioridades estratégicas considerando su entorno, creando mejores condiciones para su negocio y midiendo los avances con base en los objetivos planteados.

Definición de estrategia productiva

En toda compañía, el entorno y las fuerzas del sector actúan en forma distinta, además de que sus recursos y capacidades son diferentes entre sí; es por este motivo que no pueden generalizarse las estrategias, debiendo, en cada caso, estudiar en forma particular la mejor combinación de sus características propias para conseguir una ventaja competitiva.

Al hablar de estrategia debe quedar claro que estamos pensando y actuando para lograr una ventaja competitiva.

La estrategia empresarial principalmente se sustenta en los objetivos, en todos los horizontes temporales: corto, medio y largo plazo, consiguiendo de esta forma controlar mejor el cumplimiento de los mismos.

La estrategia de productividad debe observar todas las dimensiones del perfil productivo y competitivo de nuestro negocio.

Mediante la estrategia empresarial, se forma y perfila la ventaja intrínseca de nuestra organización; en ella subyacen los planes y compromisos a largo plazo y se diseña, en definitiva, el futuro de la empresa.

La estrategia también debe ser útil para disminuir las tensiones internas entre los diferentes niveles jerárquicos de la empresa.

Definiciones útiles y prácticas que pueden llevar a entender la estrategia son:

  • ?determinación de los objetivos y metas a largo plazo de carácter básico de una empresa y la adopción de los cursos de acción; así como la asignación de los recursos que resultan necesarios para llevar a cabo dichas metas?;
  • ?patrón de los principales objetivos, propósitos o metas y las políticas y los planes esenciales para lograrlos, establecidos de tal manera que definan en qué clase de negocio la empresa está o quiere estar y qué clase de empresa es o quiere ser?;
  • ?determinación de los impulsos para el desarrollo futuro de la empresa?;
  • ?esquema de decisiones de una empresa que determina y revela sus objetivos, propósitos o metas, que define las principales políticas y planes para lograrlo y define el tipo de negocios que la empresa persigue, la clase de organización económica y humana que es o intenta ser, y la naturaleza de la contribución económica y no económica que quiere aportar tanto a sus accionistas, trabajadores, clientes como a la comunidad?, y
  • ?la formulación de una estrategia competitiva consiste en relacionar a una empresa con su medio ambiente y comprende  una acción ofensiva o defensiva para crear una posición defendible frente a las cinco fuerzas competitivas en el sector industrial en que está presente y obtener así un rendimiento superior sobre la inversión de la empresa. Estrategia que se adjetiva así dada su perspectiva externa, propia de la economía industrial.? 

En resumen e intentando agrupar los conceptos principales anteriores, la estrategia de la empresa se puede definir como: el modelo de decisión que revela las misiones, objetivos o metas de la empresa, así como las políticas y planes esenciales para lograrlos; de tal forma que precise su posición competitiva ventajosa en el entorno socioeconómico donde la organización se desenvuelve, como respuesta de en qué clase de negocio la empresa está o quiere estar y qué clase de organización quiere ser.

Elementos del perfil competitivo de nuestro negocio

Para reflexionar de manera cabal acerca de la estrategia competitiva, también hemos de analizar el concepto de perfil competitivo de nuestra empresa: cuando hablamos de este perfil nos referimos o acercamos a definiciones que tienen que ver con:

  • conquistar, mantener y ampliar la participación en los mercados;
  • desarrollar habilidades para el ejercicio de la competencia, entendida ésta como la rivalidad económica y productiva, y
  • tener la:
    • capacidad para participar y converger en un mercado específico, y
    • habilidad para obtener ganancias.

Debemos entender la competitividad como la capacidad de ser aptos para generar, conservar, conquistar e incrementar mercados en los que interactuamos, así como  afianzar las condiciones necesarias y óptimas para generar empleo y un negocio que posibilite el bien común.

El experto en productividad y competitividad, M. Porter, desarrolla los conceptos de las fuerzas competitivas que configuran la estructura básica de un sector industrial, como sigue:

  • amenaza de ingresos;
  • rivalidad entre competidores;
  • productos sustitutivos;
  • poder negociador de los clientes y proveedores;
  • concentración del sector;
  • grado de madurez, y
  • riesgo de competencia internacional.

El perfil competitivo resulta básico para responder a la pregunta de: ¿qué estrategia de productividad domina y debe dominar en el futuro en nuestra empresa

Un primer diagnóstico nos permite conocer el avance pormenorizado y situación actual de nuestra empresa, nos debe servir para explicar los diferentes enfoques en el planteamiento de modelos de problemas y de sistemas de soluciones posibles.

En la construcción de nuestro perfil competitivo de negocio, debemos tomar en cuenta, cuando menos, los siguientes factores que influyen o determinan dicho perfil:

  • entorno del negocio;
  • sistema de dirección y gestión de la empresa, y
  • organización de:
    • objetivos, y
    • prioridades del pasado y futuro.

En lo que respecta a la estrategia resulta esencial conocer a fondo la identificación de oportunidades y amenazas en el entorno en que se desarrolla la empresa, se deben valorar sus puntos fuertes y débiles, junto con los recursos disponibles y su alcance, para determinar, con la mayor objetividad posible, su capacidad real y potencial para conseguir ventaja en las posibilidades del mercado y del entorno.

Una herramienta práctica de estrategia productiva

Debemos identificar de forma preventiva y hasta predictiva los cambios externos e internos, en relación con nuestra empresa, para instrumentar respuestas rápidas, procurando que el nivel de sorpresa de los ?impactos? sea lo menor posible.

A continuación se presenta una herramienta gráfica de autocontrol, en forma de cuadro de seguimiento que nos permite de manera sencilla ubicar aspectos de evolución de nuestra estrategia de productividad en diferentes componentes de la misma:
 

Concepto elegido Posibles etapas definidas de evolución de estrategia
Instrumento de modernización y control Recuento de problemas Control de proceso Equilibrio departamental Mejora continua
Tecnología Recuento de problemas Ajuste de tecnología Mezcla de tecnología Incremento de tecnología
Recursos humanos Inventario de recursos Descripción y capacitación Ampliación y/o enriquecimiento de tareas Movilidad y multihabilidad
Instrumentos de participación Sin participación de los trabajadores Participación básica Círculos de calidad y equipos de trabajo Administración horizontal
Salarios y remuneración Salario tradicional rígido Salario ligado a la productividad Salario ligado a la productividad y conocimientos Nuevo sistema de remuneración

En este cuadro se han presentado los conceptos utilizados por una empresa determinada y en un lenguaje entendible por la misma; no resulta innecesario señalar que es cada empresa la que debe desarrollar sus propios conceptos de acuerdo con su giro, dimensión y búsqueda inmediata y de largo plazo.

Elección y construcción de nuestra estrategia de productividad

Aunque es difícil demostrar que una estrategia es óptima e incluso afirmar que puede funcionar, la podemos someter a una serie de pruebas para determinar sus omisiones principales. Por otra parte, sí podemos afirmar en carácter predictivo que la estrategia:

  • no deberá:
    • presentar metas ni políticas inconsistentes entre sí, debe haber congruencia y coherencia entre los objetivos organizacionales y los valores del grupo administrativo;
    • agotar los recursos disponibles ni generar problemas de difícil solución, y
  • deberá:
    • representar una respuesta de adaptación y aprendizaje en relación con el ambiente externo, así como en los cambios relevantes que en él ocurren, y
    • facilitar la creación o la preservación de la superioridad competitiva en el área elegida de actividades.

La estrategia es particularmente vital en las empresas medianas y pequeñas, pues dejar que el camino que siguen éstas quede en un nivel implícito tiene serios inconvenientes y es tanto como dejar un barco a la deriva, lo que repercute en que se:

  • dificulten y limiten los resultados cuantitativos y cualitativos, y
  • obstaculicen las posibilidades de comunicación interna y externa, así como el control de los resultados de una estrategia implícita.

La estrategia aplicada adecuadamente mejora la gestión empresarial en los siguientes campos:

  • ayuda a la búsqueda y detección sistemática de nuevas oportunidades;
  • identificación de problemas y amenazas a largo plazo;
  • asignación de recursos, y
  • mejora de las funciones de integración, coordinación y control.

Conclusión

El principal objetivo, desde cualquier punto de vista, es que nuestra empresa lleve a la práctica un plan de negocios con una estrategia de productividad integral y con rostro humano.

Nuestra compañía no debe descuidar ninguno de los posibles espacios de innovación y aprendizaje desde la innovación tecnológica; la organización de la producción; la atención de los recursos humanos, hasta la adecuada organización del trabajo; de esa manera nuestra organización cubre de manera equilibrada un perfil productivo y competitivo que le permite reaccionar en cualquiera de los espacios que los mercados le demanden.

Actualmente podemos afirmar que entonces debemos trabajar en enriquecer nuestra actitud estratégica para mantener alerta la voluntad de adaptación de la empresa a los cambios, pero también hay que sostener una postura estratégica que propicie a integrarnos a un entorno  para dar respuesta total al desafió productivo y competitivo.