Perspectivas laborales para 2006

Perspectivas laborales para 2006

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 .  (Foto: IDC online)
Preámbulo
En el inicio de este nuevo año, invitamos a nuestros lectores a efectuar un breve recuento de las perspectivas que en los próximos meses se pueden presentar en el entorno productivo y de las relaciones laborales entre los actores de la producción.

En este panorama es importante subrayar que desde el ámbito productivo habremos de seguir sorteando situaciones de crecimiento limitado e ingreso restringido, además de que al ser un año hartamente influenciado por los procesos electorales, debemos poner particular interés en que estas circunstancias no detengan los esfuerzos de competitividad y productividad que con diferentes magnitudes se han realizado por los sectores productivos, sean estos de la manufactura o de servicios.

En la empresa, desde diferentes áreas de trabajo, todos los colaboradores intentan mejorar la productividad y en la sociedad se observa un panorama que en ocasiones impulsa y favorece, o entorpece dichas mejoras. Observemos el panorama esperado.

Sectores productivos y la competitividad
Ahora afortunadamente se ven cristalizados los esfuerzos de los últimos cinco años; por primera vez se aprecia un crecimiento en sectores como el manufacturero, ya que los últimos meses la industria automotriz ha mostrado crecimiento, y esto es determinante en el plano nacional, porque este sector contribuye con el 15% en el valor agregado de las manufacturas del país, y las manufacturas en general crecen 2.7% al año.

Por otra parte, después de haber visto disminuir la producción y el empleo de la industria maquiladora en los dos últimos años, ahora se observa una recuperación sostenida, ya que las maquiladoras de exportación aumentaron en un 3.3%. De igual manera, observamos comportamientos positivos en sectores como los de la cerveza, piel y calzado, y por supuesto, de los derivados del petróleo.

El crecimiento también se ha sostenido en la rama de la construcción, pues esta industria ha mostrado incremento del 4.2% en relación con otros años; esto es particularmente importante, ya que como sabemos las industrias de la construcción y automotriz son de las consideradas de arrastre, que al crecer generan el crecimiento de importantes cadenas o de segmentos productivos.

Podemos esperar con optimismo el año 2006, ya que al terminar el 2005, la producción industrial en México creció en un 2.6% a tasa anual, por arriba de las estimaciones de los analistas que pronosticaron un aumento de 2.1%, ello fue fundamental para que al cierre del año se tuvieran cifras de desempleo abierto menores al 3%.

Para el presente año, la tarea será sobre todo consolidar las acciones de reducción de costos para hacer más eficiente nuestra administración de costos de las materias primas y/o de calidad en los procesos y productos, así como de mejora de la calidad hacia la competitividad, de identificación de nichos de mercado en función a las preferencias del consumo y de fortalecimiento de cadenas productivas con instrumentos apropiados al tamaño y dimensiones de la empresa en la cual laboramos.

La situación actual de competitividad le ha brindado a la empresa mexicana la oportunidad de conocer y dominar nuevas prácticas productivas, ahora sigue también reconstruir la deteriorada desarticulación de segmentos en varias cadenas productivas.

Sostener el empleo; diversificar y ampliar nuestro mercado
En el camino de la productividad y competitividad, las opciones no se reducen a un solo camino, por lo que resulta indispensable buscar las formas más adecuadas para sostener el nivel de empleo; evitar pérdidas mayores al despedir gente en la que ya se ha invertido, pues esto nos llevaría a acrecentar los costos por posibles despidos o la posterior recontratación en el momento en que se supere el ciclo recesivo de la economía.

Además, debemos construir nuevas líneas de diálogo que pongan en práctica las personas responsables de la gestión, estudio y la negociación, para la solución de controversias en la producción, sin llegar a la confrontación ni mucho menosa la ruptura.

Nuevas estrategias de productividad en la empresa
Estas circunstancias nos deberían llevar justamente a buscar formas novedosas de gestión de procesos que nos hagan posible aumentar los índices de flexibilidad y adaptabilidad de dichos procesos que permitan ajustar cualidades y cantidades de producción para enfrentar el severo mercado tan competido en el que estamos moviéndonos actualmente.

La búsqueda de estrategias de diversificación de productos y mercados, deberían ser de primordial atención para los próximos meses, pues en ello se podrían hallar las opciones para mantener la planta productiva y así fortalecer las capacidades de empleo de las micro, pequeñas y medianas empresas.

Las nuevas formas de organización de la producción y del trabajo, así como el cambio de técnicas y métodos, han dotado a la empresa de fuerza para ser más productiva y competitiva, pero no se debe abandonar el camino de la capacitación de los trabajadores, ni la organización del trabajo que privilegie el trabajo en equipo y la generación de ideas de mejora desde los trabajadores mismos.

Productividad y salarios
Aunque en nuestro país tenemos un logro importante con el que iniciamos el año, que es la baja inflación, esto por sí solo no es un éxito, ya que debe ser la plataforma para realizar actividades productivas en mejores condiciones, sea como empresario o trabajador asalariado. Una vez más los salarios mínimos y contractuales se han visto sometidos a fuertes presiones desde el Banco de México. No olvidemos que es desde ahí donde se afirma que los salarios empujan a la inflación; aunque la realidad de los últimos 20 años demuestre lo contrario. Es decir, aun con el limitado crecimiento de los salarios, la inflación nunca fue detenida. Y sí en cambio se provocó un nulo crecimiento del mercado interno.

Respecto a los salarios que se negocian a lo largo del año, es de esperar en ellos una recuperación lenta, por tanto su aumento será mínimo debido al crecimiento limitado de la economía. Nuevamente desde todas las empresas debemos buscar la manera de ligar los salarios al comportamiento de la productividad, sólo de esa manera podremos enriquecer las formas de incrementarla para mejorar los aspectos de una u otra parte del proceso de producción de nuestra empresa y que ello se vea reflejado en el ingreso de los trabajadores.

Después de varios años de haber institucionalizado el tema de productividad, éste no acaba de permear la cultura, ni los usos y costumbres para su mejor administración, vinculada totalmente a los salarios; ello representa un punto débil que deberá ser atendido con la más alta de las prioridades, sobre todo en un momento en que el peso se recupera frente al dólar y el tipo de cambio exige que la productividad nacional de cada una de las ramas productivas se incremente.

Conflictividad laboral
Un punto más que optimiza el año que comienza, es que en el ámbito laboral hemos tenido un bajo índice de conflictividad laboral, si definimos éste como la diferencia entre empresarios y trabajadores que genera pérdida de insumos y productos finales de nuestro ciclo productivo. El conflicto laboral es importante en tanto afecta nuestros índices positivos de ingreso y acrecenta costos o pérdidas. Un aspecto relevante ante la conflictividad laboral es que aquí también se presenta una situación de diálogo y enriquecimiento cultural, con una actitud que evite, prevenga y se anticipe al conflicto, para no afectar la producción de la empresa ni la calidad de vida de los trabajadores de cualquier nivel jerárquico que éste sea.

En este punto debemos ser severamente pesimistas, pues la mayor parte de los sindicatos en México siguen siendo organizaciones que sólo luchan por conservar lo que tienen o tenían, mostrando poca imaginación, carencia de propuestas y una muy limitada visión de ser organizaciones con responsabilidad productiva, social y humana; para contribuir al desarrollo de la empresa y de los trabajadores.

Estrategias y metas de corto y largo plazo
A lo largo del año las empresas y sus trabajadores deberánseguir insistiendo en la construcción de estrategias de impacto general, entre las cuales podemos mencionar cuatro grandes áreas:

  • operaciones y procesos;
  • recursos humanos;
  • tecnología de la información y sistemas, y
  • mercado y mercadotecnia.

Además de las estrategias, será necesario seguir trabajando en el fortalecimiento de indicadores típicos de la producción en mejora continua, que pueden ser universales para las empresas de manufactura y servicios, tales como:

  • mejora en:
    • indicadores de calidad del producto y proceso;
    • índices de:
  • clima laboral, y
  • ausentismo de personal, e
    • identificación de nichos de mercado.
  • reducción de desperdicios;
  • eliminación de retrabajos;
  • disminución de:
    • tiempo y producto en proceso, y
    • cambios en línea de producción, e
  • incremento de volumen producido por hora/persona.

Conclusión
La productividad y competitividad continúan siendo inclementes y la rudeza del competidor más cercano o más lejano; del más innovador o del más tradicional; todo ello debe ser la referencia para ubicar en perspectiva nuestra meta, y tanto desde el punto de vista de manufactura, como de administración, así como de gerencia de nuestros recursos humanos. No pasemos por alto que las empresas que han innovado lo hacen no por ocurrencia ni por simple deseo, sino por la urgente necesidad de adecuarse a un mercado más abierto, complejo y dinámico, en suma, más competitivo. Es evidente que los retos de las empresas deberán comenzar por resolverse de adentro hacia afuera; es decir, para lograr una mayor competitividad de la planta productiva antes y al mismo tiempo, se deberán reforzar los caminos de la productividad, así como una cabal comprensión del entorno.