Sindicalismo mexicano y productividad

Sindicalismo mexicano y productividad

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 .  (Foto: IDC online)

Preámbulo

En nuestro país, el tema de la relación de los sindicatos con la productividad ha sido poco afortunado, ya que por muchos años la cultura sindical y empresarial fue excluyente de los trabajadores y de sus organizaciones de cualquier posibilidad de opinar, o sugerir y hacer suya la discusión de temas productivos.

Lo anterior empezó a cambiar hace poco más de 10 años, y aún hoy son pocas las organizaciones sindicales que se han ganado un lugar como protagonistas de la productividad; los sindicatos se han tenido que quitar el estigma de ser obstáculos y de servir más a intereses personales que a los sociales de la empresa en general, y de los trabajadores en particular.

Sindicalismo realmente existente en México

Las organizaciones sindicales en México de manera mayoritaria se encuentran organizadas en confederaciones de alcance nacional, entre las cuales las más importantes son, la:

  • de trabajadores de México (CTM);
  • Revolucionaria de  Obreros y Campesinos (CROC);
  • Obrera Revolucionaria (COR);
  • Regional Obrera Mexicana (CROM), y
  • Sindical Mexicana (CONASIM).

Además de estas confederaciones, existen los grandes sindicatos nacionales de rama como:

  • el de trabajadores:
    • Petroleros (STPRM);
    • de Petroquímica (STIQPCSCRM), y
    • Ferrocarrileros (STFRM);
  • el de Mineros y Metalúrgicos (SNTMMRM);
  • Sindicatos Nacionales de industria textil, y
  • otros sindicatos nacionales de Industria: minera, metalúrgica, del hierro, textil, entre otros.

Sumado a lo anterior, destacan también grandes sindicatos de empresa como el:

  • Mexicano de Electricistas (SME);
  • Único de trabajadores Electricistas (SUTERM), y
  • Nacional de trabajadores del Seguro Social (SNTSS).

Sindicalismo y competitividad

Respecto al tema de competitividad, las organizaciones sindicales tienen ante sí un gran reto, pues deben incorporar en su agenda los factores detonantes de la competitividad y así convertirse en organizaciones proactivas y co-responsables de la marcha de la empresa, sólo de esa manera dejarán de ser vistas como obstáculos de la productividad.

Para que un sindicato pueda ser parte de un esfuerzo conjunto de la estrategia de productividad y competitividad, debería aprender a hacer aportaciones negociadas en los rubros de:

  • calidad de producto y proceso;
  • costos unitarios y totales;
  • diseño de producto y proceso, y
  • satisfacción del cliente.

Por supuesto que no todas las empresas podrían incorporar en todos los espacios anotados las ideas, sugerencias y opiniones de los trabajadores, pero es un hecho que la empresa también debe ser capaz de construir estrategias de innovación que le permitan potenciar y motivar a los trabajadores para que ellos, a través de un sistema adecuado de gestión de las relaciones laborales, construyan sus propuestas y éstas se incorporen a los programas de productividad.

Estos aspectos se deben convertir en un lenguaje de común acuerdo y entendimiento entre las empresas y sindicatos, para que estos últimos remen al parejo de la empresa y en el mismo sentido.

Sindicalismo y su relación con la productividad

Desde la perspectiva de vinculación de las organizaciones sindicales con la productividad y competitividad podemos mencionar algunas tipologías de sindicatos en México. El objetivo de esta clasificación es contar con una información sistematizada acerca de las propuestas de negociación y contratación colectiva emanada desde las principales corrientes sindicales en nuestro país.

Los criterios que hemos utilizado para caracterizar las tipologías son, entre otros: la relación de la organización sindical con el trayecto de innovación de la empresa; y con base en ello si conocen el nuevo lenguaje; si están o no informados; si se involucran en el cambio o se oponen al mismo; si tienen propuestas o respuestas, antes, durante o después del cambio, y si pueden o están interesados en acompañar la evaluación de efectos y resultados de las innovaciones realizadas en las empresas.

Las tipologías que se enumeran a continuación resultan importantes, ya que cada una representa ventajas y desventajas para la empresa en aspectos que van desde: el tipo de interlocutor que por sí misma fomenta, hasta el de la organización sindical a la cual está dispuesta a respetar, reconocer y convivir, identificando los intereses de cada uno por su nombre, con la meta de establecer espacios de bilateralidad, reconociendo a sus contenidos, asesores, tiempos y aliados en el momento de la negociación y en la administración de los resultados en la contratación colectiva y, por lo tanto, también en la productividad.

Después de observar las anteriores tipologías, sólo nos queda preguntar ¿cuál es la mejor de todas ellas La respuesta en realidad es parte de la gestión de recursos humanos y relaciones laborales de cada una de las empresas donde laboramos, sin olvidar que de ello depende el tipo de organización sindical que contribuimos a formar.

Conclusión

Es muy importante anotar que más allá de nuestra filia o fobia por las organizaciones sindicales, éstas en el devenir de la historia surgieron como instituciones para mejorar el equilibrio social ante las injusticias laborales, por lo que debemos partir del hecho de que sólo ejerciendo y conociendo de la productividad se harán productivos y lograrán incorporar a su esencia la necesidad de esa manera en el mundo actual. El objetivo debe ser mejorar la productividad para una mejor calidad de vida de todos los actores sociales y productivos. Aunque al mismo tiempo no debe haber incremento de aquélla sin una equitativa distribución de los beneficios.