Tendencias mundiales de empleo 2001

Tendencias mundiales de empleo 2001

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 .  (Foto: IDC online)

La Organización Internacional del Trabajo publicó un estudio intitulado Informe sobre el Empleo en el Mundo 2001, en el cual se analizan las características del empleo, sus tendencias mundiales y regionales, así como sus perspectivas.

Este estudio se realizó antes de los acontecimientos de las Torres Gemelas, por lo que algunas estadísticas cambiaron, sin embargo la esencia misma del análisis sigue vigente aunado a que la situación del empleo incide directamente en la economía mundial, y por ende en la calidad de vida de hombres y mujeres inmersos en procesos económicos tendientes a una globalización, que se ven afectados por las nuevas características de las formas de producción y por las consecuencias que conllevan, de ahí que a continuación se presente una síntesis del mismo.

Preámbulo A principios del siglo XXI, la situación mundial del empleo sigue siendo muy precaria. Pese a la recuperación de la economía mundial, la persistencia de un desempleo generalizado causa gran preocupación. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a fines del 2000 el desempleo declarado afectaba a unos 60 millones de personas, lo que supone 20 millones más que antes de la crisis de Asia Oriental en 1998. Muchos de los países afectados por esta crisis se han recuperado económicamente, pero otros están en una fase de transición a un modelo de desarrollo plenamente basado en el mercado. Esa transición trae consigo perturbaciones, y en muchos casos, inseguridad.

En los Estados Unidos y en otros países industrializados hay cada vez más personas que encuentran empleo a pesar de la actual desaceleración económica, pero en América Latina el desempleo sigue aumentando, al igual que en Europa Central y Oriental, Oriente Medio, África del Norte y en las zonas urbanas de África Subsahariana, y está haciendo su aparición en China. Son cada vez más comunes los empleos de mala calidad, con remuneración insuficiente, carga de trabajo excesiva y condiciones insalubres y poco seguras, y también va en aumento la inseguridad del empleo y de los ingresos.

Las perspectivas de una mejora de la situación mundial del empleo hoy son mucho más alentadoras que en los últimos años, y a pesar de ciertos retrocesos, la economía de los Estados Unidos tiene un ritmo de crecimiento superior al 4% y sin duda seguirá siendo el motor de crecimiento para el resto del mundo. Las economías de la Unión Europea se muestran más dinámicas, Japón va saliendo del marasmo y Asia se ha recuperado rápidamente tras la crisis financiera de 1997-1998. Después de varios años de baja de la producción por persona, Africa y América Latina están progresando. En las economías de transición está creciendo la producción, y la Federación de Rusia está consolidando su reforma fiscal al recuperarse rápidamente de su crisis de 1998.

Trabajadores esenciales y periféricos El empleo total ha progresado en los estados miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), pero la estructura del empleo ha cambiado: en las empresas de los países industralizados se observa una mayor fragmentación de los mercados de trabajo. Los empleadores han reorganizado sus sistemas de personal, distinguiendo entre sus elementos fijos (esenciales) y variables (periféricos) esto es, los que se desempeñan en empleos primarios (estables, con oportunidades de ascenso profesional y dominados por los hombres) y secundarios (fuerte rotación de personal y pocas perspectivas de ascenso o formación). En este contexto, el número de trabajadores periféricos está aumentando en comparación con el personal esencial, pues sus contratos son de corta duración, por períodos de prueba o reciben una formación subvencionada con fondos públicos. Se recurre a elementos externos como: los temporeros que proponen las agencias, a la contratación externa, subcontratación y de trabajadores por cuenta propia.

Todo lo anterior, acentúa la vulnerabilidad del número creciente de trabajadores secundarios, recorta sus perspectivas en materia de formación y de carrera profesional y tiene efectos negativos en sus condiciones de empleo.

Migración internacional La producción y el empleo se han expandido para los mercados mundiales en las economías de salarios bajos, éste es uno de los aspectos de la mundialización de los mercados de trabajo, otro es la migración internacional. En los niveles superiores de calificación del mercado de trabajo mundial, la libertad de movimientos es cada vez mayor, lo que constituye un aspecto de la ?división mundial del trabajo impulsada por los costos?. Esto es, las perspectivas de división mundial del trabajo a causa de los costos relativos es muy grande en el caso de los servicios que recurren a las tecnologías de la información y de la comunicación, al progresar las economías de costos altos por la secuencia de valores, subcontratando actividades de valor añadido, como el tratamiento de datos a distancia y las funciones de trastienda, a economías de desarrollo de costos más bajos, para las cuales los puntos de ingreso en el comercio digital no son uniformes, ya que dependen de la base local de calificaciones, de la infraestructura del mercado y de la legislación.

El Banco Mundial sugiere que en los decenios próximos el mercado para el personal muy calificado estará cada vez más integrado en el plano mundial, y es posible que la utilización creciente de un personal muy competente fomente la concentración espacial. Los trabajadores intelectuales cruzarán las fronteras libremente, facilitando con ello la difusión de la tecnología y el florecimiento de las industrias con elevado coeficiente tecnológico, contribuyendo así a crear un mercado realmente mundial para el personal calificado.

La extensión a la migración internacional en su conjunto de esa liberalización de la política aplicable a los inmigrados calificados puede depender de las conclusiones de los debates en curso sobre las consecuencias del envejecimiento y la disminución de la población en las economías industrializadas. Hay que considerar que la tendencia a la jubilación anticipada acentúa la pérdida de autonomía de las personas de edad, situación que a menudo fomentan los gobiernos de manera consiente, por el afán de reducir el desempleo, o bien como efecto subsidiario, no deliberado, de las normas y tasas relativas a los impuestos y las pensiones. Esta tendencia importa también a los empleadores, a causa de las escalas salariales basadas en la antigüedad y, en algunos casos, de las consecuencias involuntarias de un desempleo de larga duración (más de un año).

Por considerar que la población activa nativa del país no va a producir un sobrante capaz de financiar a los viejos, o que no está dispuesta a ello, se piensa ahora en la posibilidad de aumentar la población en edad de trabajar en los países industrializados importando trabajadores jóvenes de países en desarrollo.

Otra posibilidad para mantener el nivel de vida de los pensionistas, es elevar la edad de jubilación o reducir los incentivos y presiones que apuntan a fomentar la jubilación por adelantado, posiblemente con una legislación sobre las discriminaciones basadas en la edad.

Trabajo en función del género Los cuadros de indicadores claves del mercado de trabajo de la OIT (Key indicators of the labour market ?KILM-), confirman que a fines de 1990, los trabajadores no asalariados de sexo masculino tendían a trabajar por cuenta propia, mientras que las mujeres no asalariadas solían ser trabajadoras familiares no remuneradas. Hoy, las mujeres siguen percibiendo salarios más bajos por término medio que los hombres, y tienden a tener tasas más altas de desempleo y de inactividad, sin embargo, la proporción del empleo femenino representado por el trabajo familiar no remunerado está menguando, al igual que la proporción femenina del empleo de jornada parcial.

En los Estados miembros de la OCDE la proporción entre el empleo y población, al igual que las tasas de participación han venido aumentando en el caso de las mujeres y disminuyendo en el de los hombres, mientras que se ha reducido la diferencia entre las tasas de desempleo masculinas y femeninas. Estudios recientes ponen también de manifiesto que la situación laboral de las mujeres está cambiando en los países en desarrollo. En la población activa de Asia, América Latina, Africa del Norte y Oriente Medio, la participación de las mujeres en el mercado de trabajo tiende a aumentar con el tiempo, abandonando la agricultura por la industria, los servicios y el comercio, y el trabajo familiar no remunerado por un empleo remunerado; además, ciertas ocupaciones dominadas antes por los hombres lo están hoy por las mujeres y su remuneración está aumentando en proporción a la masculina.

Pese a la evolución positiva, las discriminaciones en el mercado de trabajo menoscaban especialmente las perspectivas salariales y de carrera profesional de las mujeres. Por ello sigue siendo necesaria una intervención política en materia de género, con el objeto de ofrecer un acceso más fácil de las mujeres y las muchachas a la educación y la formación, de promulgar y aplicar efectivamente leyes sobre la licencia de maternidad y contra la discriminación, de dedicar fondos públicos a la tarea de proporcionar, observar y subvencionar las guarderías y de compensar los costos de la licencia de maternidad.

El nivel de vida de una persona depende de la evolución del mercado de trabajo, de los bienes que posee y de los precios en diferentes mercados, de los impuestos y subsidios y del reparto de los ingresos y el consumo en el propio hogar. El estado del mercado de trabajo ejerce una fuerte influencia en la pobreza y en la distribución de los ingresos. La mayoría de los pobres viven en el campo, pero la pobreza aumenta más de prisa en las ciudades. Las mujeres están en una situación particularmente difícil, porque tienen menos derechos a la tierra y a otros bienes, un acceso restringido al crédito y grandes probabilidades de inseguridad económica en la vejez. La malnutrición sigue planteando un grave problema, y cabe señalar que la pobreza no se limita a los países en desarrollo.

Tendencias regionales En los países industrializados se sigue centrando la atención en el dinamismo de la economía y el mercado de trabajo estadounidense, impulsados por la demanda interna privada, con un grado de confianza de los consumidores alto y unas inversiones en auge. Han mantenido su tasa de crecimiento superior al 4%, y la de desempleo en menos de la mitad de la correspondiente a los estados europeos miembros de la OCDE.

EUROPA En un estudio de la OIT se examina cómo Austria, Dinamarca, Irlanda y los Países Bajos han conseguido reducir el desempleo o mantenerlo a niveles muy bajos, disminuir el desempleo de los jóvenes y el de larga duración, aumentar la tasa de empleo y acortar los desajustes de género. Estos excelentes resultados son producto de una eficaz combinación de factores que toman en cuenta las necesidades de los trabajadores y de las empresas, en una coyuntura económica en rápida evolución. En estos países, el diálogo social ha creado un clima de confianza mutuo entre los principales actores sociales, lo cual ha fomentado la moderación salarial y la reforma del sistema de protección social. La moderación salarial se debe a una política macroeconómica de estabilización, la cual ha desembocado en una inflación muy contenida y en unos tipos de interés bajos. Por último, una política de mercado de trabajo, con planes de formación, readaptación profesional y seguridad de los ingresos, que garantiza la seguridad a los trabajadores y la flexibilidad de reajuste a los empleadores, ha generado las condiciones necesarias para una buena adaptación del mercado de trabajo.

Por otro lado, la persistencia de un fuerte desempleo en muchos países de Europa Occidental sigue planteando un problema económico y social fundamental y es una causa importante de pobreza. El desempleo de larga duración sigue sin disminuir, con lo que un gran número de individuos queda excluido del mercado de trabajo.

ASIA En Japón, el aumento del desempleo es una consecuencia de la erosión de un sistema de ?un empleo para toda la vida?, característico de sus grandes compañías y de las secuelas de sus intentos iniciales de reestructuración para sus proveedores, obligándolos a su vez a despedir personal.

Países en vías de desarrollo En las economías de transición, el desempleo juvenil y el desempleo de larga duración son problemas graves que afectan a las economías meridionales de Europa Sudoriental, el Cáucaso y Asia Central. El Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte que, en su afán por ingresar a la Unión Europea, las economías en transición deberán tener muy presente la necesidad de facilitar la adaptación del mercado de trabajo mediante el desarrollo de la infraestructura y vivienda, y de programas de formación y apoyo social, cuyos destinatarios se elijan acertadamente.

Sin embargo, en las economías de transición ha surgido un nuevo tipo de pobreza que afecta a la población más joven en edad de trabajar, a los poco remunerados, a los desempleados y subempleados y a  los trabajadores que no cobran su salario. En estos países, la mayoría de los salarios mínimos están hoy por debajo del nivel básico de subsistencia, y es muy común que no se paguen los salarios y que quiebren las empresas.

Debido a la pobreza también, ha disminuido la esperanza de vida y el aumento de la mortalidad en varios países en transición, sobre todo en el caso de los varones.

Las diferencias regionales en lo que se refiere al desempleo siguen siendo grandes y están aumentando en todos los países en transición. Por ejemplo:

  • América Latina y el Caribe: en 1999 el PIB real bajó en varias economías, por lo que el desempleo mostró una tendencia a la alza y los salarios industriales reales tendieron a no aumentar o a bajar a causa de la depresión. En América Latina el desempleo no menguó en los tres primeros trimestres del 2000, a pesar de la vigorosa recuperación de la economía e inexistencia del gran dinamismo salarial, ya que los ingresos laborales progresan más lentamente que la productividad.

Durante la fase de recuperación del ciclo, el empleo reaccionó peor que la producción.

    • Chile, la disminución del desempleo desde el 2000, se debe principalmente a una menor participación en el mercado de trabajo, más que a un aumento sensible del empleo;
    • Brasil no se ha recuperado plenamente de la recesión, la tasa de desempleo es mayor que antes de la crisis y están menguando los salarios reales en la industria;
    • México presenta una disminución del desempleo y los salarios reales han aumentado, tras haber estado a la baja en la mayor parte del decenio de 1990, y
    • Países del Caribe, sus mercados de trabajo se han distinguido por un desempleo superior al 10%, además de las características estructurales de su economía, de la distribución por edades de su población y su rápida urbanización.

            Otro indicador útil en la evolución de los mercados de trabajo latinoamericanos, son los datos relativos a la estructura del empleo no agrícola. Se distingue entre el sector organizado, consistente en el empleo asalariado en el sector público y en las grandes empresas privadas, y el sector informal, que comprende los asalariados del servicio doméstico y las pequeñas empresas y los trabajadores por cuenta propia. A México le corresponde la proporción mayor de empleo asalariado en el empleo no agrícola de todo el subcontinente.

            Los intentos de reducir la proporción correspondiente al empleo del sector público ha dado resultado, pero la de las empresas privadas ha menguado también, al igual que la del empleo asalariado en su conjunto, excluidos los trabajadores del servicio doméstico, lo cual indica normalmente que ha empeorado la situación en los mercados de trabajo. La proporción de trabajadores urbanos varones por cuenta propia es hoy mayor que la correspondiente a las mujeres, las cuales tienden a trabajar en empresas pequeñas, y más aún, en el servicio doméstico;

  • Asia y el Pacífico: entre 1999 y 2000 el crecimiento fue particularmente vigoroso en la República de Corea, India y Malasia. Aumentó la producción y disminuyó el desempleo, mientras que el empleo y los salarios reales progresaron en la mayoría de los países, debido a un gran aumento de la producción real, respaldado por medidas de política monetaria adecuadas, una consolidación fiscal gradual y una mayor competitividad. No ocurre lo mismo con el mercado de trabajo, ya que se está recuperando más lentamente de la crisis.

            La aceleración del crecimiento en China contribuyó eficazmente a la recuperación asiática al abstenerse de devaluar. Está aumentando la proporción del PIB que aporta el sector privado, al compás de la reforma y del cierre gradual de empresas estatales, y tanto los consumidores como las empresas abrazan con entusiasmo la causa de la nueva economía de la información y de la comunicación. Se piensa que su ingreso en la Organización Mundial del Comercio (OMC) mantendrá el dinamismo de la reforma.

            En Viet Nam los cambios estructurales implantados en el decenio de 1990 repercutieron positivamente en el crecimiento económico, la producción agrícola y la reducción de la pobreza.

  • Asia Meridional: en casi todos los países de esta región se observa una lenta recuperación económica. El crecimiento impulsado por un aumento de las exportaciones, sigue siendo apenas adecuado para tener efectos sensibles en la pobreza. La proporción de la población que gana menos de un dólar al día bajó de un 44% a un 40% en los ocho primeros años del decenio de 1990, pero el número de pobres extremos en 1998 era casi de 30 millones más que en 1990.

            En la India no se observa una tendencia clara en cuanto a la reducción de la pobreza. En el sector organizado, aunque ha disminuido desde hace unos años el empleo en el sector público, ha habido cierto crecimiento positivo en el sector privado después de la reforma; los salarios reales de los trabajadores disminuyeron en un 2.1% en 1998-1999 después de un buen aumento, superior al 6% en los dos años anteriores, y el número de trabajadores ocasionales de ambos sexos ha venido aumentando en toda la economía, tanto en el sector urbano como en el rural.

            El desempleo y la pobreza se han agravado en Pakistán debido a una recesión económica y a una disminución de la emigración y de las remesas enviadas por los emigrados. En el segundo semestre del 2000 se observaron en su economía ciertos indicios de recuperación, sobre todo gracias al crecimiento de la agricultura y de las exportaciones de productos manufacturados, pero se requerirá una recuperación larga y duradera para compensar la agravación de la situación del empleo ocurrido en el decenio de 1990.

            En el decenio de 1990 se incorporaron al mercado de trabajo de Bangladesh ocho millones netos de personas, pero el empleo aumentó apenas cinco millones; más del 80% de la población vive en el campo, la mitad por debajo del umbral de la pobreza.

            En Nepal se observa un muy ligero aumento del desempleo en los últimos años. Los indicadores de la pobreza en este país no van en el sentido de una disminución, y actualmente se calcula que hay aproximadamente un 45% de pobres.

            La tasa de desempleo en Sri Lanka a fines de 1999 era de un 9.2%, con un desempleo femenino del 14.7%, mientras que el masculino era de un 6.3%.

  • Oriente Medio y África del Norte: muchos países de esta región han salido, sin grandes percances para su economía, de la crisis financiera mundial recurriendo a sus reservas de divisas y a los archivos extranjeros, sin embargo el desempleo sigue representando un grave problema.

            Han progresado los sectores informales que constituyen una verdadera solución de supervivencia, pero el problema se ha agravado debido a un fuerte aumento de la población en comparación con el crecimiento económico y a un exceso de empleos situados en el sector público.

            En los estados miembros del Consejo de Cooperación del Golfo la política laboral se centra en la indigenización. Los trabajadores extranjeros constituyen una proporción muy grande de la población activa, menos del 10% de los nacionales que trabajan en esos países lo hacen en el sector privado. Se han expulsado a algunos trabajadores extranjeros y se están llevando a cabo varios programas de indigenización de los sectores público y privado, a consecuencia de lo cual muchos trabajadores extranjeros quedan inmovilizados en diferentes países, sin trabajo y sin fondos suficientes para su repatriación. En cuanto a la mujer, se mencionan unas tasas de inactividad de la población femenina de 25 a 54 años muy altas en comparación con unas tasas masculinas inferiores al 10% en todos los países, aunque tal vez ello sea en parte un reflejo de las prácticas locales de medición.

  • África Subsahariana, África Meridional y África Oriental: en África Subsahariana la producción crece más lentamente que la población. A fines del decenio de 1990 era la región del mundo donde abundaba más la pobreza extrema, situación que mejora muy despacio, porque las calamidades naturales contrarrestaron el impacto de las reformas económicas aplicadas.

            El problema socioeconómico más grave en África Meridional es el desempleo que afecta a aproximadamente un quinto de la población.

            En África Oriental la situación económica se ha visto afectada con la situación del empleo. En algunos países desgracias como las sequías y guerras han coartado el crecimiento y proliferado el desempleo y el subempleo.

            La epidemia del VIH-SIDA es una amenaza que pesa sobre toda la región, y que afecta a todos los aspectos de la vida, la economía y el mercado de trabajo, se calcula que actualmente la padecen 25 millones de personas, sobre todo en los países de Africa Meridional.

            A la larga, el problema más grave puede ser la pérdida de capital humano provocada por la infección del VIH. Se estima que las pérdidas son desmesuradas en el caso del personal calificado, profesional y de dirección. La epidemia no sólo reduce su número sino también la posibilidad de mantener el flujo futuro, a causa de la pérdida de personal en los centros de enseñanza y de formación, y porque las presiones en el seno de la empresa reducirán su capacidad de formación en el lugar de trabajo y otras maneras de formación interna.

Perspectivas del empleo Para saber si se puede esperar que continúe la reactivación de la economía mundial y por ende el contexto favorable al nivel y calidad del empleo mundial que de ésta se derivan, debemos tomar en cuenta las siguientes reflexiones:

  • ¿Volverá la euforia económica de los Estados Unidos El rápido crecimiento económico con niveles muy bajos de desempleo ha sido últimamente su característica distintiva. Algunos autores advierten que la euforia de la Bolsa es meramente especulativa y que no cabe descartar que se deshaga de la noche a la mañana, en cuyo caso habría una recesión y aumentaría el desempleo. Si los inversionistas estadounidenses moderan sus previsiones de una rentabilidad futura de las inversiones en valores, en comparación con la de otros sucedáneos existentes, ya sea debido a una mayor rigidez de la política monetaria por la Reserva Federal o a raíz del replanteamiento de las dimensiones del futuro crecimiento de la productividad que pueda derivarse de la nueva economía, el éxodo consiguiente de fondos provocaría una corrección de los mercados de valores y una pérdida de confianza general. Si esto ocurre, el FMI sugiere que la tasa real del crecimiento del PIB en los Estados Unidos en 2001 bajará al 1.25 %, lo que tendría una repercusión negativa en otras partes del mundo, en particular en la zona euro (desajuste monetario) y en América Latina. El FMI sigue ciñéndose a su hipótesis básica de un ?aterrizaje suave? para los Estados Unidos y la Economía Mundial, con una moderación gradual del crecimiento en los Estados Unidos de nivel mantenible y una recuperación duradera en el Japón, en Europa y en los países en desarrollo y las economías en transición.
  • ¿Puede ser Europa el nuevo motor de crecimiento En la zona euro el crecimiento es extraordinariamente robusto y sólido, si el crecimieto disminuye en los Estados Unidos, parece muy probable que la Unión Monetaria Europea (UME) sea la locomotora del crecimiento mundial. La disminución del desempleo y la subida de los precios de los bienes y valores han consolidado ciertamente la confianza de las empresas de la región.

            Los economistas del Instituto de Economía Mundial de Kiel consideran que la unión monetaria y la desaparición de toda la política monetaria nacional e independiente pueden constituir una amenaza para los mercados de trabajo europeos, y que existe una gran probabilidad de conmociones asimétricas que afecten de distintos modos a los estados miembros, si se toma en cuenta que en la Unión Europea no existen mecanismos eficaces de reajuste. La combinación de un tipo de cambio muy competitivo con el dólar y de una política de apoyo macroeconómica puede ayudar a los estados miembros de la UME, que estén o no dispuestos a desempeñar el papel de motor de crecimiento, a resolver problemas internos en un contexto global de crecimiento más rápido, con el fin de que se pueda evitar un aterrizaje más brusco en los Estados Unidos, con sus repercusiones negativas en la zona euro.

  • ¿Va a desacelerarse otra vez la recuperación de Rusia La Federación de Rusia sigue siendo muy importante para las economías en transición por su peso demográfico y por sus relaciones comerciales y de otra índole con las economías de Europa Oriental y las de otros miembros de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). También el crecimiento depende de que persistan unos precios altos del petróleo. El gobierno se rigió en su presupuesto por un crecimiento real del 4% en 2001, a partir del precio previsto de 18 ó 19 dólares el barril, lo cual queda por debajo de lo que prevé el mercado actualmente. Ahora bien, para poder alcanzar esa meta será preciso que mejore igualmente el clima de inversión, en particular creando las mismas oportunidades para todos los participantes y reduciendo aún más los pagos monetarios y los atrasados.
  • ¿Ha terminado realmente la crisis de Asia Oriental Lo esperado es que si persiste el crecimiento mundial, se consolide y refuerce la recuperación de los países asiáticos más afectados por la crisis, ya que las políticas fiscales y monetarias seguirán siendo propicias y porque la producción no ha actualizado todavía plenamente su potencial. Se estima que los activos internos resultarán más atractivos para los invensores.

            Parece haber una recuperación respaldada por el nuevo dinamisno de la economía china, y existe la nueva Línea de Crédito Contingente del FMI, destinada a contribuir a prevenir las crisis financieras, más que a subsanar los daños ya causados.

  • ¿Va la India camino de un crecimiento intenso y sostenible La tasa de crecimiento económico de la India se ha superado en los últimos años, sin embargo, hay que plasmarla en unos empleos más productivos y mejor remunerados. El desempleo es insignificante, pero la inmensa mayoría de los puestos de trabajo corresponden a actividades de muy modesta productividad. Es preciso que el programa de reforma económica se proponga aumentar el ritmo de absorción de mano de obra por la industria, mejorar la productividad y las condiciones de trabajo en las empresas pequeñas y las microempresas, incluido el sector informal.

Conclusiones Es necesario velar porque se cree un número suficiente de puestos de trabajo para que las tasas de desempleo no rebasen los niveles residuales, y que sean lo bastante productivos y bien remunerados de modo tal que disminuya la proporción de trabajadores empobrecidos en el mundo, así como procurar que los puestos de trabajo generados sean decentes, esto es que tengan condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana, lo cual implica también que el número creciente de mujeres que se incorporan al mercado de trabajo ha de estar en condiciones de encontrar un trabajo que concuerde con sus calificaciones y aspiraciones.

Para ello, habrá que enmendar los fallos de la política mundial actual del empleo, es decir que:

  • el crecimiento vaya unido a unas intervenciones específicas que ayuden a las víctimas de la reestructuración y mitiguen la pobreza;
  • se entiendan cabalmente, no solamente en África Subsahariana sino también en otras regiones amenazadas, las consecuencias económicas y de los mercados de trabajo de la epidemia del VIH-SIDA, y se tomen medidas oportunas;
  • se dedique más atención a los tipos de puestos de trabajo creados, sobre todo en relación con los salarios, la vulnerabilidad y las perspectivas en materia de progresión profesional y de formación;
  • se realicen intervenciones en pro de la igualdad entre los sexos, para tener la seguridad de que la tendencia a la convergencia en los mercados de trabajo concuerda con el progreso de la condición femenina, en vez de limitarse a empeorar la de los hombres, y
  • en los países de población en declive o que envejece, se aligeren los incentivos y la incitación a jubilarse antes de tiempo, así como que se aumente la demanda de mano de obra, con objeto de que las personas de edad tengan la oportunidad de efectuar un trabajo bien remunerado.