Para el psicólogo y asesor de recursos humanos estadounidense KennethNowack, los colaboradores que se sujetan a lasórdenes de líderes emocionalmente inteligentes son, con toda seguridad, mucho másproductivos y gozan de mejor salud que aquéllos cuyos jefes son mediocres. Estose debe a que los últimos producen mayores niveles de estrés entre los trabajadores,lo que incrementa dramáticamente sus posibilidades de padecer hipertensión oincluso un ataque cardiaco.
En una conferencia llevada a cabo en el Colegio Oficial dePsicólogos de Madrid en abril pasado, el especialista apuntó que lasconsecuencias de la somatización del estrés es el ausentismo provocado pordiversas enfermedades, así como la baja productividad por desatenciones,malestares e inconformidades durante la prestación de servicios.
Asimismo, indicó que los grupos de trabajo con líderes deficientesson 51%menos productivos y 44%menos rentables que aquellos que cuentan con una buena dirección.
Por otra parte, mencionó que no sólo una mala dirección puedeocasionar la falta de rendimiento laboral, sino también influyen la falta deejercicio, mala alimentación, o carencia de sueño.
Incluso aseguró que si se sumanestos factores con un mal liderazgo se produce un cocktail tremendamente negativo en la productividad de las organizaciones. Deahí que sea importante que éstas analicen el tipo de dirección con la quecuentan, y en caso de no ser la adecuada, corregirla, ya que con ellopropiciarán una buena salud de sus subordinados y por ende se elevarán susniveles de rendimiento laboral.