En la práctica, las empresas suelen atender los aspectos tecnológicos, de mercadotecnia, finanzas, producción, entre los principales, pero no se repara en reconocer el esfuerzo de los empleados, situación que provoca a largo plazo descontento, resentimientos, rencores y desmotivación entre los trabajadores, y consecuentemente perdiéndose aproximadamente el 50% del potencial humano, pues se ha comprobado que un empleado motivado rinde normalmente un 80% de su capacidad laboral, mientras que un desmotivado sólo un 30%, mermando la competitividad empresarial.
Por lo anterior, se recomienda contar con un ambiente de cooperación y progreso a fin de erigirse como organizaciones más competitivas y participativas en la sociedad. La instrumentación de mecanismos de motivación de personal, por ejemplo el reconocimiento de esfuerzo, suele ser una excelente alternativa, porque permite el involucrar a cada uno de los empleados en cada una de las actividades de la empresa, y por ende configurar un compromiso verdadero entre los sectores productivo y empresarial.
Contrariamente a lo que se cree, la motivación no necesariamente lleva implícito el aumento de un sueldo, o el otorgamiento de dinero adicional, pues los trabajadores no lo perciben como una dádiva por su esfuerzo.
De ahí que resulte más efectivo el aplicar alguna de los siguientes incentivos:
- hacer un comentario, procurando que siempre sea en presencia del empleado, esto nutre a la persona que lo recibe y motiva a los demás a tratar de ser ellos quienes reciban la próxima felicitación;
- publicar en los tableros avisos de felicitación con fotografía de la persona galardonada, asegurándose que siempre esté vigente;
- apartar mensualmente un lugar en el estacionamiento para el "colaborador distinguido", haciendo clara mención del motivo;
- otorgar distintivos a los empleados que alcancen un objetivo o meta, y
- obsequiar cupones de restaurantes, boletos de teatro, centros de diversiones o viajes.
Lo anterior, va permitir a las empresas en general destacar el valor protagónico de cada uno de sus integrantes, capitalizar sus ideas y sugerencias, aumentar su calidad de vida laboral, y fomentar el sentimiento de pertenencia a la compañía, factores que sin duda redundarán en la productividad empresarial.