Enfermedades laborales de los pulmones

Enfermedades laborales de los pulmones

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 .  (Foto: IDC online)

La fracción II del artículo 134 de la Ley Federal del Trabajo establece la obligación de los trabajadores de observar las medidas preventivas e higiénicas establecidas por las autoridades, y las epecíficas por los patrones según su actividad para su seguridad y protección personal; por ello, la propia ley laboral, en la fracción XII del

artículo 47 determina como una causal de rescisión para los empleadores, la negativa del trabajador a adoptar las medidas preventivas o seguir los procedimientos adecuados para evitar accidentes o enfermedades.

 

Para ejercer esta causal de rescisión, sin riesgo a que el trabajador pueda controvertirla es recomendable:

  • establecer esta obligación en el contrato de trabajo;
  • incluir de manera clara las medidas y los procesos a seguir para cumplirla por los trabajadores en el reglamento interior de trabajo, y
  • documentar de manera precisa mediante acta administrativa la conducta realizada por el trabajador o la omisión de éste que lo llevó a incumplir esta obligación.

 

Qué debe contener una guía de seguridad e higiene  

Para evitar que los accidentes y enfermedades de trabajo afecten a la organización al disminuir su productividad, resulta recomendable la elaboración de una guía o manual para establecer las medidas de seguridad e higiene de la empresa, el cual debe contemplar, por lo menos, los siguientes temas:

  • incendios: la disposición de agua a presión con sus tomas y mangueras, instalación de extintores portátiles y determinar su ubicación y tipo, colocación de señales de aviso, conformación de comisiones y equipos contra incendios;
  • orden y limpieza en los locales de trabajo: vigilancia del estado de superficies de suelos y escaleras, aseo de los trabajadores, y métodos para prevenir enfermedades infecciosas;
  • ventilación: renovación del aire, eliminación de polvos, fibras, humos, vapores o neblinas y medición de concentraciones máximas admisibles de elementos contaminantes;
  • iluminación: combinación de luz natural con artificial, buscando la uniformidad; eliminación de deslumbramientos, y consideración de fuentes de iluminación fluorescentes y antideflagrantes;
  • acondicionamiento térmico: prevención de fuertes variaciones de temperatura, indicadores de las temperaturas idóneas para cada tipo de trabajo, limitaciones en la permanencia de los trabajadores en áreas de mucho calor o frío, exigibilidad a los empleados del uso de los medios de protección para evitar radiaciones directas o indirectas;
  • acondicionamiento cromático: verificación de los colores utilizados en los centros de trabajo para evitar la producción de efectos negativos, considerando especialmente los colores de seguridad y señalización;
  • ruidos y vibraciones: información a proporcionar a los trabajadores cuando la exposición al ruido sea mayor a 85 decibeles, de los riesgos y protecciones a utilizar para evitarlos, así como las medidas técnicas a tomar para reducir el ruido o el tiempo de exposición, cuando ésta exceda los 90 decibeles, y
  • ergonomía: elaboración de estudios para planificar y programar las tareas productivas para diseñar así los puestos de trabajo, con la finalidad de obtener el máximo rendimiento con la menor fatiga posible física y mental.

 

Con la elaboración de este manual, también se disminuye la morbilidad y los accidentes dentro del centro de trabajo, cuyos costos resultan muy altos para cualquier negociación.

 

 

Enfermedades laborales de los pulmones conocidas en la actualidad Dentro de las enfermedades que se han incrementado en las organizaciones, afectando la calidad y productividad de las mismas se encuentran las respiratorias, en concreto, las afecciones pulmonares, las cuales en su mayoría se deben a la exposición repetida y prolongada, o a una única exposición severa a un agente peligroso que ataque a estos órganos. Los síntomas más frecuentes para su detección son:

 

  • tos;
  • dificultad para respirar;
  • dolor en el pecho;
  • opresión en el pecho, y
  • ritmo de respiración anormal.

 

Las causas más comunes de estos padecimientos son la exposición a polvos:

  • inorgánicos, aquellos que contienen carbono, excepto ciertos óxidos de carbono simples, como el monóxido de carbono y el dióxido de carbono; y
  • orgánicos, cualquier sustancia con carbono, excepto los óxidos de carbono simples, los sulfuros y los carbonatos metálicos.

 

Los ejemplos de enfermedades más comunes ocasionadas por polvos inorgánicos son:

  • asbestosis, causada por la inhalación de fibras microscópicas de asbesto. De acuerdo con la Asociación Americana del Pulmón (American Lung Association), es una enfermedad progresiva que provoca la aparición en los pulmones de cicatrices de tejido fibroso;
  • neumoconiosis de los trabajadores del carbón, se debe a inhalación de polvo de carbón, también llamada ?enfermedad de los mineros?, o enfermedad del pulmón negro. En casos severos, se caracteriza por la formación de cicatrices en los pulmones y frecuentemente los dañan en forma permanente y pueden llevar a la dificultad respiratoria.

 

Por su parte, las sustancias orgánicas generan enfermedades como:

  • bisinosis, causada por el polvo producido al procesar cáñamo, lino y algodón, llamada ?disnea del lunes?, o ?enfermedad del pulmón pardo?, es una enfermedad crónica que se caracteriza por opresión en el pecho y dificultad para respirar, y
  • neumonitis por hipersensibilidad, enfermedad de los pulmones debida a la inhalación de esporas de hongos procedentes de heno mohoso, excrementos de pájaros y otros desechos orgánicos, se caracteriza por la inflamación de los alvéolos, que provoca la formación de cicatrices de tejido fibroso en los pulmones y respiración anormal; existen diversas variantes de la neumonitis alérgica en función del trabajo que se realice, como por ejemplo la de los trabajadores del corcho, de granjeros y personas que cultivan champiñones, hongos, setas, etcétera.

 

Los métodos más comunes para diagnosticar este tipo de enfermedades son exámenes especializados de microscopio de tejidos, células y líquidos de los pulmones; estudios bioquímicos y de células de los líquidos de los pulmones; medición de las funciones respiratorias o de intercambio de gases, y examen de la actividad de los bronquios o las vías respiratorias.

 

Aunque existen varios tratamientos para curar estas enfermedades, es necesario que las empresas tomen medidas preventivas para reducirlas e inclusive desaparecerlas, y así lograr evitar contagios, cuya consecuencia resulta más negativa para la organización.

 

Algunas medidas preventivas recomendadas son:

  • no fumar, hacerlo aumenta el riesgo de padecer una de estas enfermedades;
  • utilizar los dispositivos de protección adecuados, como por ejemplo mascarillas, cuando en el aire haya irritantes y polvo;
  • evaluar la función pulmonar mediante una espirometría (se realiza en el consultorio del médico) con la frecuencia que el médico aconseje para familiarizarse con la función de cada pulmón;
  • educar a los trabajadores sobre los riesgos de las enfermedad pulmonares, y

contratar a un experto en salud laboral para que investigue el ambiente del lugar de trabajo con el fin de conocer si existen riesgos de enfermedades laborales de los pulmones.