La pérdida del poder adquisitivo del dinero provoca que los colaboradores, para nivelar su situación económica, soliciten a sus patrones incrementos salariales. Aun cuando esta práctica se lleva a cabo año con año, no es suficiente para garantizarles realmente una mejora en su economía personal.
Este fenómeno no es exclusivo de México pues se vive en un mundo globalizado. Según el informe Panorama del Empleo 2006 dado a conocer por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) el pasado 27 de julio a nivel internacional, no se vislumbra una situación muy buena en cuanto al incremento salarial para este año y el siguiente; señala que existirá en forma general un crecimiento moderado del empleo, no obstante que en el mundo 34 millones de personas estarán sin él. En el caso de México destaca que su:
- crecimiento general: se espera una proyección del 4.1% para el 2006, y del 3.7% para el 2007;
- empleo y crecimiento de mano de obra: dado que son puntos paralelos se vislumbra:
- empleo: para el 2006, 2.3% y para el 2007, 2.5%, y
- fuerza laboral: para el 2006, 2.1% y para el 2007, 2.5%;
- desempleo: se fija en el 3.3% para el 2006 y 2007, lo cual representa a 1.4 millones de personas, y
- remuneración verdadera por empleado: se mantendrá en el 2006 y en el 2007 habrá un aumento de apenas 0.9%.
Como puede observarse, los porcentajes de nuestro país son poco alentadores, lo cual hace evidente una sana reflexión sobre lo que ocurre actualmente en todos los ámbitos (económico, político, laboral, social) para delimitar los errores cometidos y así enmendarlos y retomar el camino.
La OCDE observa que los principales factores que dan origen a la falta de crecimiento son:
- malas negociaciones institucionales (con los sindicatos de los trabajadores) que generan un pequeño margen para que en el mercado las empresas operen libremente;
- brechas amplias en la desigualdad salarial;
- cargas fiscales, y
- falta de la reforma laboral integral.
De ahí que ahora toque a las empresas pugnar por la solución de estos problemas, pues los más perjudicados son los trabajadores, quienes hacen posible la existencia de la productividad en el país.