En una nota publicada en el periódico El Universal se abordó hace algunos meses el tema de las jornadas casuales, el cual consiste en la práctica empresarial de permitir a sus colaboradores asistir un día a la semana (preferentemente el viernes) vestidos de manera informal, claro sin rayar en los extremos. Esto porque en ese día las operaciones generalmente son menores, pues se tiene establecido un horario reducido de trabajo y existe un ambiente de mayor tranquilidad ante el inicio del fin de semana.
Esta iniciativa surgió en los Estados Unidos (EUA) a finales de los años 80 donde hasta el día de hoy es conocida como ?business casual?.
En México se implementó hace más de 10 años y día a día los viernes casuales han ganado terreno porque se suman cada vez más empresas en el otorgamiento de este beneficio, cuyo objeto es sustraer al trabajador de la rigidez de la rutina de los demás días de la semana.
De hecho, diversos estudios han demostrado que este tipo de prácticas ayudan a incrementar la productividad de las organizaciones, ya que el personal se encuentra libre de desenvolverse en un ambiente confortable, algo que es digno de ser considerado con detenimiento por las compañías.
No obstante se debe tener cuidado de no caer en excesos, es decir, que los subordinados se presenten a laborar desaliñados y descuidados, sobre todo en áreas que tengan contacto directo con los clientes.
A continuación se mencionan algunas reglas que las compañías que opten por los viernes casuales deben adoptar para conservar el buen gusto de vestir en el centro de labores:
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