Drogas en el trabajo: un mal latente

Según las firmas de detección de sustancias ilegales, los subordinados, gastan entre los $300.00 y $1,600.00 diarios para conseguir droga

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 .  (Foto: IDC online)

Uno de los problemas que aquejan a la sociedad en general, ya que afecta a cada uno de sus estratos, es sin duda el consumo de drogas.

La drogadicción y el alcoholismo son enfermedades que inexorablemente tienen consecuencias para las compañías, al verse afectadas en su productividad e incluso patrimonio, pues un trabajador con este tipo de adicciones puede ser un generador en potencia de accidentes de trabajo, venta de información confidencial a la competencia, robos, fraudes, siniestros, ausentismos, riñas y empleo de recursos de la empresa de manera inadecuada.

Según las firmas de detección de sustancias ilegales,  los subordinados, para allegarse de estupefacientes, gastan entre los $300.00 y $1,600.00 diarios (o más), cifras que al no poder ser costeadas por éstos, los orilla a cometer cualquiera de las acciones citadas, las cuales, como ya se comentó repercuten en la economía de las compañías para las cuales trabajan.

Algunas corporaciones han tomado cartas en el asunto y han implementado medidas contra las adicciones, tales como la aplicación de exámenes de orina, para lo cual contratan a empresas especializadas, o bien, recurren a la detección de drogas mediante revisiones a casilleros y pertenencias del personal, incluso con apoyo de perros debidamente adiestrados para estos efectos.

Estas medidas han sido cuestionadas por diversas organizaciones sindicales, pues a decir de ellos previo a su aplicación, se debe poner en conocimiento de los trabajadores y sindicatos estas prácticas, a fin de llegar a un acuerdo y tengan plena validez, ya que independientemente de que pudiesen originar algún tipo de discriminación, la LFT es omisa al respecto.

Por su parte, las compañías argumentan que no hay lugar a ningún tipo de discriminación, pues las pruebas se ejecutan por igual entre hombres y mujeres, sin importar, raza, creencia religiosa, nacionalidad o nivel jerárquico, ya que son sometidos a ellas desde los niveles más bajos de la estructura hasta los directores generales, pues el único objetivo es tener una empresa sana, productiva y que sus colaboradores tengan una mejor calidad de vida.

En nuestro concepto estas medidas no constituyen por sí mismas un factor de discriminación laboral, mientras la selección de una muestra de trabajadores a quienes les aplique, obedezca a criterios aleatorios de selección, o bien, que en todo caso les sean practicadas a todo el personal sin excepción.  Incluso se debe mencionar que el ingresar a laborar bajo los influjos del alcohol o de alguna droga, se considera de tal manera grave que se encuentra tipificado como una causal de rescisión de la relación laboral por la fracción X del artículo 47 de la LFT, ya que dicho estado pone en peligro la integridad del trabajador intoxicado, así como la de sus compañeros de trabajo y la de las instalaciones del centro de labores.

Por ello, el problema de las adicciones en los centros de labores, así como las acciones a tomar para prevenir y erradicarlas, debe ser considerado con la debida seriedad, ya que por cada peso que se destine a este fin, se puede recuperar hasta tres veces más la inversión, traducida en la generación de una mayor productividad, disminución de ausentismos laborales, supresión de delitos patrimoniales contra la compañía y en un mejor ambiente laboral.