El fideicomiso es un contrato a través del cual una persona física o moral destina ciertos bienes para un fin lícito (fideicomitente) en beneficio de un tercero (fideicomisario); dicho patrimonio lo administra una institución fiduciaria que recibe en propiedad los bienes con la misión de cumplir los fines del fideicomitente.
Al ser el fideicomiso un contrato, por sí solo no tiene personalidad jurídica, sino que el fiduciario es quien cuenta con la personalidad jurídica respectiva para administrar el patrimonio.
En esas circunstancias si el objeto de dicho instrumento jurídico es destinar los bienes para que se lleve a cabo una actividad, como por ejemplo en los fideicomisos públicos; quien tiene el rol de fiduciario es quién debe contratar a los trabajadores requeridos para tal efecto, porque es su patrón.
De ahí que el fiduciario sea quien debe tramitar su registro patronal ante el IMSS e inscribir a sus trabajadores en el Régimen Obligatorio del Seguro Social, según los numerales 12, fracción I y 15, fracción I de la LSS.
